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26 oct 2015

Necesito concursantes con cerebro, jugadores y arriesgados en GH 16

En el post de hoy vengo a dar un tirón de orejas al equipo de casting de Gran Hermano. Muchas veces he aplaudido su labor, por el fantástico trabajo que hacen, pero hay veces que se equivocan, pues concursantes que en principio parecen fantásticos se deshinchan dentro de la casa. Es cierto que esto es algo difícil de ver, al conocer a las personas individualmente y no verlos sometidos al encierro del concurso hasta que entran, pero con la entrada de Ricky han recaído en el error que hoy vengo a exponer, y que espero que se remiende para GH 17.

Sabéis que soy un apasionado de este programa y que no critico por placer, todo lo contrario, me molesta que las cosas en Gran Hermano no salgan bien, me apena, porque le tengo mucho cariño a este reality y no me gustaría que pudiese desaparecer, pero, lamentablemente, la presencia de determinados concursantes entorpece el desarrollo del concurso, estancan las tramas, aparece un GH artificial que empobrece la esencia que tanto nos llena y, como consecuencia, es patente el riesgo de perder seguidores. Los fieles nunca dejaremos de ver Gran Hermano porque todo lo que sea GH nos va a gustar, a veces nos apasionará y otras sólo nos entretendrá, pero al fin y al cabo ahí estaremos… pero no todos los espectadores son fieles.

No sé por qué razón el equipo de Gran Hermano ve tan necesario introducir concursantes tan básicos como Suso y Ricky. Si no teníamos suficiente con Suso y su trama con Raquel y Sofía meten a Ricky para monotematizar la trama, tenerlo como complemento y que se siga hablando de este intento desesperado de tener una carpeta.

Las relaciones de parejas son importantes en Gran Hermano, claro que sí, a los espectadores nos gustan, sobre todo cuando son reales, hay sentimientos y pasión. Por si no había caído el equipo, me gustaría explicarles que de lunes a viernes, todas las mañanas, hay un programa de televisión que se dedica a vender carpetas artificiales. Chicos y chicas con ansias de fama van a un plató de televisión para “buscar el hamor berdadero”, como diría mi Gato preferido. Hay mucha gente a la que le gusta, puede ser divertido ver cómo jóvenes de gimnasio, sin mayores aspiraciones en la vida, discuten para conseguir que el o la tronista de turno lo elija para abandonar el programa con él y que después la relación dure un suspiro para conseguir ser él o ella el siguiente tronista, lo entiendo, pero ese programa se llama “Mujeres y Hombres y Viceversa”, no “Gran Hermano”.

Suso, Sofía, Ricky y Raquel. Parece que este año no se puede hablar de otra cosa, parece que lo que ellos hacen es “dar juego”… resulta que ahora el juego en Gran Hermano se limita a buscar desesperadamente una carpeta. Yo me niego a pensar que este es el GH que nos espera de aquí en adelante, me niego a entender esta evolución en el formato porque Gran Hermano es mucho más que esto.

Esta edición hay concursantes que me gustan más y otros que me gustan menos. Entre los que me gustan, ninguno despunta como favorito y algunos me generan dudas, cosa que no debería ser así llegando casi al ecuador del programa. Me encantaría desvivir mi defensa por algún concursante, como he podido hacer otros años con participantes valientes, arriesgados, dispuestos a compartir toda su realidad con el público, estrategas, apasionados, jugadores y personas. Este año no encuentro este tipo de concursantes, no encuentro a nadie con quien empatizar y sentirme identificado, no encuentro juego, garra, riesgo… y sobre todo me cuesta ver VERDAD, una base en Gran Hermano. Algo que sí es justo decir es que esta edición pocos concursantes son “muebles”, pero muchos de ellos son personajes secundarios incapaces de tener una trama por sí mismos.

Podría tener mis esperanzas puestas en la repesca, para que volviese un concursante con los errores aprendidos, como Quique, a poner las cartas sobre la mesa, a sentir Gran Hermano como sólo un apasionado de este programa puede sentirlo, con cariño y respeto, a ser estratega y jugar. Pero ahora resulta que a este tipo de concursantes lo llaman “mueble”, sin serlo, por lo que dudo mucho que llegue a regresar a la casa.

La vuelta de Maite no niego que sea divertida, desde luego sería desmontar Guadalix en medio minuto, pero dudo que durase dentro de la casa más de dos semanas, y volvería a ser un espejismo, como lo fue el estreno de la edición. Además, cierto es que Maite absorbe un protagonismo que no favorece al grupo para el beneficio del desarrollo de otras tramas, aunque tampoco hay muchas abiertas..

La otra opción es Raquel, una chica que parece que no va a aprovechar esta segunda oportunidad para aprender de sus errores. La que pedía kleenex y psicólogos ha vuelto con el teatro victimista que se le da tan bien, el de llorar sin lágrimas. Bueno, también ha sumado a esto una defensa irracional hacia el machismo de Suso y un desprecio apabullante hacia Han, al decir que nunca ganaría el programa un chino, gay, de bazar.

La opción ninguno sigue compitiendo, el que no lo hace es Muti que recibió un 2% de apoyo por parte de la audiencia para regresar a la casa.

Sin más me despido, con mal sabor de boca y esperando que estas palabras puedan ayudar para resolver errores que después de casi 16 años de bagaje no deberían cometerse.

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