Creo que estamos ante una
de las ediciones más intensas de Gran Hermano, en la que los
acontecimientos se van sucediendo de forma continua, pocos concursantes sobran y forman un grupo muy completo, ya que
cada uno aporta un toque distinto a la convivencia.
Antes de continuar, tenemos que agradecer a los responsables de la emisión del 24 horas en mitele porque
nos están ofreciendo las imágenes más
interesantes de cada momento en la vida en la casa, y no como sucedía en
otras ediciones donde nos podíamos pasar horas viendo habitaciones vacías o con
gente durmiendo cuando estaba sucediendo algo interesante.
En teoría, lo lógico sería que si hubiesen perdido la prueba, como consecuencia, hubiesen saltado las primeras chispas de la
convivencia, pero ha sido todo lo contrario. Tras la alegría de la prueba
ha llegado la primera bronca reseñable
de la edición. Las Omaitas vs Paco.
Todo ha empezado porque han comenzado a plantearse qué tienen que comprar con el presupuesto
semanal, y han salido a la luz las primeras quejas de la convivencia porque hay quien no respeta las normas y no es muy compañero. Aspectos como no colaborar en las tareas de la casa,
o comer a las espaldas del grupo
(han desaparecido tomates y galletas) han hecho que el ambiente comenzase a caldearse, siendo Loli y Mayca las que expusieran
su desacuerdo.
Las Omaitas
sienten las responsabilidad de
cuidar del grupo, principalmente Loli
que es la encargada de la cocina y
de ella depende administrar la comida.
Cierto es que a ellas les gusta dicha
responsabilidad porque están acostumbradas a una vida de amas de casa, pero
el grupo ha decidido que ellas ejerzan
el rol de madres y en determinados momentos les marquen lo que deben o no
hacer.
Los reproches y la
discusión han terminado volcándose en Paco, ya que varios concursantes
opinan que es el más desconsiderado
de todos, porque cuestiona a sus compañeros
en todos sus actos imponiendo su opinión sobre la del resto sin entrar en
un debate.
Paco es un
concursante al que se le puede aplicar el refrán “consejos vendo y para mí no tengo”.
Una persona que ha reconocido que a sus 40
años no tiene ni idea de cocina y que su
madre es la que se lo hace todo, cómo se atreve a cuestionar el modo de
hacer unas albóndigas, por poner un ejemplo. El caso es que él tiene que opinar de todo, sin tener
conocimiento real de nada, pero sus ideas siempre las expone como
grandiosas dejando por los suelos a sus compañeros, aunque no lleve razón.
Loli y Mayca
cansadas de este comportamiento del taxista han decidido ponerle los puntos sobre las íes, incluso proponerle
que si tan mal hacen ellas su trabajo sea
él el que se encargue de la cocina, pero claro… esto ya no le interesa tanto.
Paco, desde el
primer momento ha querido vender que es
muy inocente (recordad la falsa
reacción ante la “sorpresa” de que era concursante de G.H.) y ahora quiere
hacer ver que es una víctima, cuando
si te pasas 24 horas cuestionando a tus
compañeros lo más normal es que salten.
Ahora lo que quedará
será la imagen de Loli diciéndole que su actitud es de “cortito” y él pidiendo
perdón sin parar. Paco sabe manejar muy bien los tiempos y ahora quiere
dejar a Loli de mala y él quedar de
atacado porque no sabía que estaba haciendo las cosas mal… ¡que
no nos venda la moto! Pide que se le digan
las cosas cuando las hace mal y cuando se le dicen se hace el ofendido. ¿Realmente
es necesario andar detrás de un hombre
de 40 años y regañarle como si fuese un niño de 5?
No os quedéis en la
superficie, es fácil criticar al que toma un rol más dominante, pero todo
grupo necesita su líder, y en este caso es normal que les hayan asignado EL GRUPO COMPLETO el rol a las personas de mayor
edad y con experiencia en el tema de la comida, ya que son amas de casa,
madres y han pasado por una situación económica que las ha enseñado a
administrar cada migaja de pan. Si
no estuviesen Loli y Mayca la
despensa estaría vacía.
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