Sólo cuatro concursantes continúan en competición, Aritz, Han, Niedziela y Sofía, tras las
salidas de Carlos y Marta, la de él
esperada y la de ella… a ella sólo puedo darle las gracias por tanto, por haber sido un diez como concursante, una joya.
Marta Peñate, gracias.
Ayer tenía un nerviosismo especial antes de que comenzase la
gala, algo iba a suceder, esperaba sorpresas, secretos y que por fin se le diese sentido al lema de la edición porque todo
lo que ven mis ojos acaba siendo real, sigo sin entender de qué debemos
desconfiar los espectadores. Ya, en el post de ayer, especulaba sobre cómo pudiese ser la recta final porque
no me entra en la cabeza que tengamos que ver durante dos semanas la exclusiva convivencia de cuatro personas.
(Pinchando aquí podéis leer esas ideas de las que os hablo). Pero ese nerviosismo y ganas que tenía por
ver la gala, esas sorpresas que esperaba, acabaron convirtiéndose en
desagradables al escuchar a Mercedes
Milá pronunciar el nombre de Marta, al comunicar quién debía
abandonar la casa. Mi ganadora.
Previamente había salido Carlos, como era de esperar. A pesar de haber estado encerrado casi
tres meses en una casa rodeada de cámaras es un concursante al que me ha
costado mucho conocer, no puedo criticarlo ni vitorearlo porque simplemente ha pasado desapercibido, él mismo ha
señalado en multitud de ocasiones que se había percatado de que las cámaras no
lo seguían cuando se movía por la casa… No todos los concursantes pueden ser
excelentes, lamentablemente, pero desde el primer día vimos en él a un chico tranquilo y falto de emotividad, con la
boda que abrió la edición. En ese momento se podía justificar diciendo que
estaba nervioso pero, a día de hoy no, porque su estado de ánimo ha sido el
mismo, lineal, durante todo el concurso. Al margen de la cantidad de comida que
había en la despensa, pocas cosas le causaban preocupación. Quizás esto se deba
a que ha sido un concursante anexado,
ya que, realmente, la seleccionada, la que hizo el casting, fue Ivy. Me recuerda a ese matrimonio de GH 10, Gema y, precisamente, Carlos, de Barcelona también, donde el chico tampoco desprendía mucha chispa
pero entró al concurso como una
consecuencia de. Esto se vio reflejado, como es lógico, en su corta entrevista, en la que él mismo
manifestaba que prefería no hablar…
estábamos apañados si la gala hubiese dependido exclusivamente de él pero, por
suerte o por desgracia, llegó Marta.
Mercedes Milá
supo darle a Marta la entrevista que
le correspondía y un, más que merecido, agradecimiento por haber sido una de
las concursantes más grandiosas de esta edición. A mí el comportamiento de Marta durante la entrevista no me
extraño un ápice, sobre todo, teniendo en cuenta en la situación que se
encuentran los concursantes nada más salir de la casa. Marta actuó en plató como llevamos viéndola actuar durante tres
meses, intensa y sin filtros, auténtica,
diciendo lo que pensaba y haciendo lo que sentía.
La postura de algunas de las expulsadas, sobre todo de Amanda, fue bastante triste, incluso la
propia Mercedes Milá llegó a
llamarla reventada por su falta de compañerismo y su mal perder. Una vez que un
concursante está fuera de competición debe seguir el concurso como un
espectador más, asumir su derrota con deportividad, y más ella que tanto
presume de haber sido atleta, y, por supuesto, como todo espectador puede
alegrarse o no por la salida de un concursantes pero Amanda, en muchas ocasiones, cruza los límites de la educación,
aunque presuma de ella y la exija a los demás. Yo, simplemente, le recordaría a
Amanda que Marta ha tenido tres ocasiones de ser expulsada por el público,
tantas como ella, y no lo ha sido, sin embargo, el público decidió que Amanda fuese la séptima expulsada de esta edición. En el caso de Marta, no sólo nunca la hemos
expulsado, sino que en dos ocasiones más la hemos mantenido dentro de la casa,
con votos en positivo, para acercarla a la gran final, obteniendo, finalmente
el puesto de 5ª finalista. Yo creo
que las diferencias son evidentes, simplemente hay que aceptarlo y saber perder.
Pepa Álvaro,
directora de casting de Gran Hermano, escribía ayer en su Twitter este mensaje
para Marta: “Desde el primer minuto de casting nos conquistaste por tu naturalidad.
Mil gracias por ser tal cual.” Desde luego hay que darle la enhorabuena al
equipo por encontrarla y por saber ver en ella a una concursante inolvidable, aunque respecto al grupo
de este año también les daría algún tironcillo de orejas porque hemos visto los
dos extremos, tanto concursantes maravillosos como otros que eran bastante
prescindibles. Espero, para GH 17,
más Martas, concursantes que sientan
y se atrevan a jugar sin miedos. Ha sido una
valiente en una edición con falta de riesgo por parte de muchos. También
necesito estrategia, inteligencia y menos carpetas artificiales.
Con la salida de Marta
me posiciono radicalmente por la victoria de otra de las concursantes más
auténticas de esta edición, a la que a veces podrán llamar ordinaria pero actúa
sin filtros, sin miedos y no presume de algo que no es, Sofía. Durante toda la edición la he apoyado muchísimo, aunque, bajo
mi punto de vista, la victoria de Marta
hubiese sido más acertada, pero Sofía
también merece ese lugar por haber hecho un
concurso muy atrevido, criticable y completo. Sin lugar a dudas, cuando se
recuerde GH 16, gane o no, el nombre
de Sofía será mencionado.
Para terminar, una vez más, porque nunca me cansaré de decir
GRACIAS, MARTA PEÑATE, GRACIAS.
De acuerdo en todo contigo!!!! Ojalá sea SOFIA la que se lleve el maletín y no el falso y vinagres de Aritz
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