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17 feb 2021

La gran lección de Laura Velasco

Me vuelvo a enfrentar a la página en blanco porque tengo cosas que contar. Alguna vez os dije que cuando “hablamos de tele”, en el fondo, “hablamos de vida” porque al comentar realities no hago más que ponerme en la piel del concursante y empatizar con las situaciones que viven y, eso, me hace aprender mucho. Ayer tuve la suerte de tener en Instagram (hablamosdetele) una charla en directo cargada de lecciones de la mano de Laura Velasco, ex concursante de Gran Hermano Revolution, y hoy os vengo a contar a través de lo que me explicó todo lo que me hizo aprender.

Con una sonrisa en la cara en todo momento me demostró que los sueños se cumplen y, parafraseando uno de los lemas que acompañó a su edición de GH, “cuidado con lo que deseas”, me hizo ver que hasta lo más inalcanzable se puede hacer realidad, aunque no debemos olvidar que el camino a veces puede ser muy duro y puede que hasta nos duela recordarlo. 

Fue elegida en un casting multitudinario para entrar en la casa más famosa de España. Ya tenía algo especial que los responsables del programa supieron ver cuando visualizaron el vídeo que adjuntó junto a su formulario online, pues la citaron directamente en Madrid haciéndola saltarse una de las pruebas del casting, pues ya se la dieron por superada. Querían conocerla en persona. Y es que no me extraña, porque Laura tiene un duende que te atrapa y escucharla hablar es como adentrarte en un libro que recoge sabiduría. La sabiduría de haber vivido.

Estaba trabajando en la farmacia cuando recibió “LA LLAMADA”. Le dijeron que saliese un momento y que estuviese sola porque iba a recibir una mala noticia: “La mala noticia es que vas a pasarte los próximos tres meses sin teléfono móvil, porque eres concursante oficial de Gran Hermano”. Y dicho y hecho, a pesar de que entró en la casa junto a noventa y nueve personas más pero su selección creo que no se dudó. Estaba dentro y logró pasar a la casa, curiosamente, junto a un grupo de compañeros con los que ya tuvo trato ese fin de semana caótico del que no se nos hizo partícipes a los espectadores hasta que ya había terminado.

Entre esas personas se encontraba Miriam, una compañera que representó un apoyo fundamental para Laura en el concurso y que se entiende que aparezca porque, según cuenta en contra de lo que tanto hemos escuchado, en Gran Hermano NO se magnifica todo, pero sí necesitas mucho un apoyo y te agarras a él como a un clavo ardiendo. Cuando ese apoyo sale no estás de luto, por lo que no sufres tanto una pérdida ya que sabes que antes o después estará fuera y estará bien, sino que el sufrimiento parte de encontrarte sola dentro de la casa sin saber qué hacer. También nos compartió que su relación con Miriam acabó bien, pero que la distancia y el tiempo han hecho que lleven un año y medio sin tener contacto. Y es que a veces hay etapas en la vida que se cierran, el cariño se mantiene pero las circunstancias te alejan.

Igual que Laura ayer nos dio más de una lección con sus palabras, ella también afirma haberlas recibido del programa porque siente que su paso por Gran Hermano ha marcado un antes y un después en su vida. Le hizo aprender mucho sobre sí misma: a conocerse, a respetarse y a quererse. “Es un proceso de autoaprendizaje. De saber cómo gestionar las emociones y de ver lo que la gente, y tú mismo, eres capaz de hacer por algo”. Me dijo que, sobre todo, le había ayudado a saber quién es y me parece maravilloso seguir escuchando a los concursantes explicar que la experiencia que viven entre esas cuatro paredes es tan profunda que les hace redescubrirse. Quizás, tras el confinamiento, muchos podemos acercarnos un poquito a entender a lo que se refieren.

Que Laura es una mujer de los pies a la cabeza y que siempre ha sido así no me cabe ninguna duda. Una mujer que ha tenido la necesidad de hacerse a sí misma; como una mujer activista, una mujer feminista y una mujer que ha tenido que reafirmar ante el mundo quién es para al mirarse al espejo poder verse feliz, porque como ella misma explicaba: “Nadie se mete en un proceso tan largo, tan duro y tan peligroso como un capricho”. Es algo tan intrínseco que lo sabe desde que es pequeña, pero no le puso nombre hasta que se fue de intercambio a Italia cuando, viendo precisamente Grande Fratello VIP (La versión VIP del formato italiano de GH), se dio cuenta de lo que le estaba sucediendo. Su familia de acogida utilizó a una concursante transexual para burlarse de ella, pero en ese momento no entendió el por qué hasta que buscó información en Internet y algo se encendió dentro de ella. Tras ese nombre llegarían otros como los de Amor Romeira o Bibiana Fernández... y es que qué importante es tener referentes y estar informados en esta vida. Por eso, también aproveché para pedir mayor educación en valores en las escuelas para que los niños/as crezcan informados y respetando todo tipo de circunstancias y, si les alude de forma directa, sin sentirse un bicho raro.

Esta charla me hizo darme cuenta de las injusticias que se cometen con las personas transexuales y de cómo se les exige estar continuamente demostrando que son quienes sienten que son, incluso realizando test psicológicos para demostrar que no han perdido la cabeza, pero esta charla también me hizo darme cuenta de lo luchadora que es Laura y todas las personas que atraviesan un proceso así. Laura me demostró que es una persona tolerante que ha tratado de ignorar siempre a los que han vivido señalándola cuando iba por la calle porque, al fin y al cabo, ella ha tenido que tolerar a todo el que no la toleraba a ella y pasear con una sensación sobre la nuca con la que ha tenido que convivir siempre y de la quiso liberarse en GH al entrar siendo Laura, sin más, ya que nunca había salido de su pueblo y fue su oportunidad de presentarse sin etiquetas. Pero quizás, todos aquellos que la apuntan con el dedo y se burlaban, tienen mucho más odio en su interior y eso nunca les dará el brillo en la mirada que ella lucía cuando me hablaba con orgullo de lo que había conseguido. Aunque duela. Y aunque aún sea incapaz de mirar determinadas prendas o determinadas fotografías de su pasado porque removerlo supone también remover el dolor que le hicieron.

 

Con perspectiva, quizás se valoró como joven y cobarde, al no dar un palmetazo en la mesa cuando en aquella casa le hicieron una encerrona para hablar de transexualidad operada, pero contarlo siempre debe ser una opción. Claro que contarlo siempre da visibilidad y otorga referentes a la sociedad, pero no hacerlo también fue otro modo de dar voz a su realidad, tan simple como normalizándolo. Así me contaba que se lo hizo saber al equipo de GH en el casting, pues tenía muy claro que: “Yo no iba ser un mono de feria ni estoy entrando en ningún circo. Uno de mis objetivos al entrar al programa era mostrar la normalidad que tiene una persona transexual. Si mi familia, o yo misma, entro en el juego corto con la coherencia de lo que había dicho en mi casting”. Pero esto no le impidió luego contar su historia, a su manera. Rechazó sentarse en un Deluxe a cambio de una suma importante de dinero porque, aunque sabía que en televisión iba a llegar a más gente, pero perdía el control del enfoque de la entrevista, así que sacó un libro titulado “El secreto de Laura” que lloró mucho al escribir y donde cualquiera puede entender de primera mano su intimidad. Yo lo leí ya hace unos años y lo guardo con mucho cariño porque fue un regalo de la propia Laura. Me encantó, y en él se lanza un mensaje que va más allá de la transexualidad. Te anima a ser quien quieras ser en esta vida. Y eso todos nos lo deberíamos aplicar.

En la charla también tocamos un poco el salseo que hay en la actualidad, como es “La Isla de las tentaciones”, le pedí su opinión sobre COVID como técnico en farmacia que es y me soltó una exclusiva al contarme que había sido tentada por Los Javis a formar parte del elenco de “La Veneno”, pero que declinó la oferta porque tenía que enseñar el pecho, sin embargo, ahora mismo se arrepiente tras haber visto la obra maestra que han hecho. Quién sabe si en la segunda parte de la serie vuelva a pasar el tren... Ojalá.

Podría escribir mucho más, pero fundamentalmente os invito a ver nuestra conversación porque, quienes no pudisteis verla en directo, la tenéis grabada. Espero que os transmita y os enseñe tanto como lo hizo conmigo en esa hora de entrevista. Gracias, Laura, una vez más por tu generosidad. Que nada ni nadie te arranque la felicidad que te has ganado a pulso. Y a quien te juzgue, ya sabes, le prestas tus zapatos y a ver dónde llega y cómo.


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