Supervivientes está llegando a su fin y me apetece hacer un análisis en profundidad de los concursantes. Hoy empezaré con Tom Brusse, quien para mí ha sido uno de los grandes descubrimientos de esta edición, aunque ya lo conociese de realities anteriores en los que fui altamente crítico con él, por ello hoy quiero hablar de la importancia de las segundas oportunidades.
Aunque no deja de ser un concurso, muchas veces he comparado los realities con la vida real pues es el formato televisivo que más nos acerca a observar las conductas de las personas ante una serie de circunstancias, y que nosotros valoramos y empatizamos, o no ,con ellas. Pero no solo es interesante observar y valorar esas conductas, sino que me apasiona el mundo de las redes sociales porque es el lugar donde rápidamente observas el juicio que está haciendo la gente de dichos comportamientos y eso también forma parte del reality, aunque a veces somos extremadamente crueles y a mucho concursantes les cuesta una barbaridad lograr disociar el personaje que estamos juzgando por televisión con su ser individual, pues al fin y al cabo, muchos tienen la generosidad de desnudar su realidad ante una cámara sin construir un personaje ni trazar una estrategia.
La cuestión es que, normalmente, cuando vemos a un mismo concursante en diferentes realities yo trato de resetear y empezar de cero. Es verdad que quiero valorar estrictamente lo que haga en su participación en el nuevo reality, pero debo reconocer que me es prácticamente imposible no partir con ciertos prejuicios al respecto de su pasado, tanto para bien como para mal. Hay concursantes que me han gustado y he defendido en un reality, por lo que he partido con buena imagen de ellos si han entrado en otro y con el paso de las semanas se ha podido mantener o me han podido llegar a decepcionar, sin embargo, hay otros participantes que no me han gustado nada, sin embargo, semana tras semana van logrando mi afinidad y termino deconstruyendo la imagen que tenía de ellos para pasar a defenderlos en su nueva etapa. Y esto último es lo que ha sucedido con Tom.Yo conocí a Tom en la segunda edición de “La Isla de las Tentaciones”, aunque sé que algunos de vosotros ya lo habíais visto en su paso por “Mujeres y Hombres y Viceversa” que fue donde conoció e inició una relación con Melyssa. En este reality yo observé a un hombre prácticamente sin escrúpulos. No daba crédito a la manera en la que no midió sus actos y fue infiel a su pareja delante de toda España, a pesar de que ella llegase a escaparse de su villa para ir a decirle que era un sinvergüenza y que el chico viese lo mal que lo estaba pasando por sus imágenes. En el sinvivir de aquella niña, solo me nacía mi instinto de protección hacia ella y mi rechazo absoluto hacia él y, en consecuencia, hacia Sandra Pica (la tentadora con la que había iniciado una relación), pues además parecía que le divertía el sufrimiento de la que era su novia y que la estaba utilizando para elevar sus índices de fama y, una vez alcanzado, darle la patada. Todo por el dinero. Es más, haciendo memoria de todo lo que vivimos en aquel reality, se me llega a poner hasta mal cuerpo mirando hacia el pasado.
Tras todo esto, él siguió en televisión y continuó su relación con Sandra, con la que participó en “La Casa Fuerte”, reality que tampoco seguí mucho pero que los ratos que vi lo hacía con absoluto rechazo hacia la figura de ambos y restándole credibilidad a todo lo que le ocurría porque la imagen que yo tenía de él era totalmente negativa.
Sin embargo, llegó “Supervivientes”. Este año sí he seguido con bastante continuidad el programa y me ha permitido descubrir a un Tom que yo no había conocido y que, hasta ahora, en televisión no se había mostrado. Quizás por los formatos en los que había participado y por su actitud en los mismos, yo había conocido a un Tom bastante mujeriego, superficial, frío, egoísta y con unos valores que jamás defendería en un concursante. Pero si hoy tuviese que definir a Tom lo haría como una persona con un gran sentido del humor, con la capacidad de recapacitar sobre sus errores y pedir disculpas si lo ve necesario, un chico sincero que plantea de frente sus ideas a los demás sin entrar en cuchicheos innecesarios, un luchador que ha sido capaz de evolucionar y superarse como superviviente tanto en la isla como en las pruebas sin plantearse en ningún momento la posibilidad de tirar la toalla a pesar de haber sido la persona más nominada del concurso, un muchacho sensible que no le avergüenza emocionarse si necesita llorar y que tiene en gran valor la posición de su familia en su vida y, por supuesto, la importancia de que aquí sí ha demostrado qué era para él su pareja por la que se ha preocupado hasta el final a pesar de que ella decidió romper su relación en mitad del reality para irse con otro dejándolo destrozado a kilómetros de distancia e incomunicado del mundo exterior, entre otras muchas cosas.
Éstas serían algunas de las virtudes que he visto en Tom y esto me hace valorar esa importancia de saber ver más allá en una persona. Hay que aprender a que no debemos poner etiquetas a los demás y arrastrarlas para siempre como si se las hubiese tatuado en la frente porque, probablemente, el Tom al que hemos conocido es un nuevo Tom. Un Tom que tendrá mucho de lo que ya tenía, pero un Tom que también va adquiriendo aprendizajes, que hemos logrado ver y conocer en otras circunstancias y que no es el mismo de ayer pero tampoco será igual al de mañana. Que como chico joven que es y, sobre todo, como ser humano tiene derecho a equivocarse y si asume aquel error como una enseñanza toma más valor todo lo que vivió en otros realities.
Yo debo decir que a mí me ha parecido precioso ver la cercanía que poco a poco ha logrado alcanzar con Melyssa tras la manera tan dolorosa en la que terminó su relación. Hemos visto entre ellos momentos de mucha unión, aunque también hayan vivido discusiones muy fuertes. Entiendo que han tenido que lidiar con una balanza en la que a un lado podía aparecer el rencor y la desconfianza y, al otro lado, el cariño y la complicidad que existe entre ellos. Probablemente nunca volverían a ser pareja ni cuando termine el concurso sean mejores amigos y cada uno haga su vida alejado del otro, pero seguramente lo hagan mentalmente en paz y eso es muy importante, el hecho de que ellos hayan conseguido hablar, arreglar sus diferencias, dejar el pasado atrás, ayudarse cuando se han necesitado y brindarse sin dudarlo esta segunda oportunidad que yo también he decidido darle a Tom y, por eso, hoy puedo decir que para mí merece el sitio en la final que en otros programas no le hubiese dado.
Tom Brusse, ya no eres un sinvergüenza. Gracias por permitirme redescubrirte.
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