Ayer comenzó el nuevo reality
show de Telecinco, “Ex, ¿qué harías por tus hijos?”. El
reality en sus promociones había generado mucha expectación, la idea parecía
muy interesante y a priori es un formato que se puede explotar para sacar mucho
jugo de él, pero la decepción en el
público se notó ayer en las redes sociales.
Los espectadores tenemos ganas de reality show, tras una edición un poco atropellada de Supervivientes teníamos ganas de tener
un reality entretenido durante el verano, a la espera de Gran Hermano 15, tal y como sucedió el año pasado con la apuesta de Campamento de Verano, pero no estamos seguros si este formato
llegará a cuajar entre el público.
Deberían plantearse un giro
de tuerca y orientar el programa en otro sentido, ya que si continúan en la
línea del estreno van a darse contra una pared. El dato de audiencia del estreno ha sido de un 13%, y si no se dan cambios radicales bajará sin límites.
No se puede decir que el casting sea un error, ya que en el grupo se pueden generar muchas
tensiones, entre los miembros de las parejas y en el grupo en general.
Podemos encontrar ex que se reconcilien o que se formen parejas entre los
concursantes, estando los ex presentes, algunos
aún enamorados, pero considero que no les están dando a los concursantes el
protagonismo que necesitan para calar
en el público, ya que vimos más la opinión de los familiares en plató que las reacciones y los pensamientos de los
propios concursantes. En ningún
momento hubo conexiones con ellos, ya que todo está grabado, pero parece que no
han contemplado la opción de que Álvaro
de La Lama pueda llegar a intervenir para propiciar un debate y que los
concursantes puedan expresarse, respecto a las decisiones y el desarrollo de la
semana.
Probablemente la mecánica
es el principal error del formato. En España estamos acostumbrados a los realities shows en directo y participar
en ellos continuamente con nuestra opinión y nuestros votos. En este caso, al
ser el reality grabado, los nominados se
deciden por pruebas y las expulsiones las eligen los propios concursantes.
Esto no es determinante para que el programa no vaya bien, pero si cuentan con
la posibilidad de la grabación y nos quitan el privilegio de decisión, deberían
ofrecernos tensión y pruebas más entretenidas.
Vivimos dos pruebas,
una en la que una grúa sostenía en el aire al hombre boca abajo, el cual
sostenía de los brazos el mayor tiempo que le fuese posible a su ex. En la otra
prueba saltaban a una plataforma hinchable para catapultar al otro miembro de
la pareja, quien tenía que nadar para tocar una campana.
Las pruebas fueron
bastante simples, deberían constar de un recorrido, una carrera de
obstáculos en la que los concursantes
enfrentasen diferentes destrezas, o pruebas donde todos los participantes
jugasen de forma paralela, algo similar a las pruebas de inmunidad de
Supervivientes. También podrían enfocarlo a enfrentar miedos, por aquello de ver ¿qué son capaces de hacer por sus hijos?
No se puede dedicar
la mitad del programa a emitir la prueba porque eso aburre a todo el mundo.
Las pruebas deben ser divertidas,
que generen rivalidad entre los
concursantes y que ocupen el tiempo
justo y que no sean el contenido base del desarrollo de la gala.
Ayer vivimos la primera expulsión, Joana y Rubén fueron los primeros expulsados frente a Roberto y Laura y Pablo y Mónica. El
enfoque de este reality es diferente, ya que son los propios concursantes los
que deciden a qué rival se quitan de encima y luchan sin compasión, dejan los
sentimientos a un lado y se olvidan de las afinidades de la convivencia para
votar a los rivales que ven más fuertes a la hora de ganar pruebas y llevarles
a ellos a ser nominados. Al menos ha sido la idea que han llevado a cabo los
concursantes en esta primera gala.
Si queréis seguir el
reality a diario, podéis ver de lunes a viernes un resumen a las 21.00h en Divinity. Esperamos que aprendan de sus
errores y den al concurso el giro que necesita porque pueden exprimir mucho
jugo del formato y no lo están haciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario