Los que me seguís en Twitter
(@HablamosdeTv) o leéis habitualmente el blog ya sabréis que esta semana me han invitado a disfrutar de La Gala y El Debate de Gran Hermano
desde plató. Algunos con mucho ojo me escribisteis diciendo que me habíais
visto. El viernes ya os contaba cómo se vive una gala, desde luego fue una experiencia magnífica, y hoy os
traigo mi forma de vivir El Debate
en primera persona.
Como, en esta ocasión, ya era la segunda vez que iba a plató no iba tan nervioso ni me impactó tanto
entrar allí, pues ya sabía cómo era. A diferencia de la gala, que nos asignaron
un lugar, nos dejaron sentarnos donde
quisiésemos y yo traté de elegir una zona donde tuviese la mayor visión
posible, aunque una grada siempre te quedaría de espaldas, en este caso fue la
de grandes hermanos, pero eso también permitió que los tuviese más cerca e,
incluso, que pudiesen hacerse selfies
con nosotros, porque al contario está prohibido, es decir, el público no puede
sacar fotografías.
El Debate es un
programa mucho más desenfadado que la gala. Desde antes de empezar se puso música en plató, para empezar a activar
al público, y comenzaban las primeras reacciones con la entrada de los
colaboradores. Algunos se dirigían al público y se acercaban, tanto al
principio como durante los cortes de publicidad, y otros preferían salir o
mantenerse en su sitio. Yo noté muy buen
ambiente, aunque después por televisión los veamos gritándose y parezca que
se lleven mal. Cada uno defiende a capa y espada a sus favoritos pero no deja de ser un juego.