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28 oct 2016

Pol es un lastre traidor para Adara del que tenemos que liberarla

Anoche vivimos una noche mítica en toda edición de Gran Hermano, la de Halloween. Pero el terror se ve mucho más en algunos concursantes al verse de frente con la palestra y tratar de esquivarla que al pasear junto a los zombies. Tanto como ha reclamado Clara su deseo de ser nominada, ayer tuvo la oportunidad de estarlo al ser miembro del Club y prefirió evitar el peligro. Eso sí, se encargó de nominar de forma directa a Pol, quien tendrá que sentarse en la sala de expulsiones junto a Adara, Alain y Bárbara. Pero esta semana nuestra decisión es doble, pues ha llegado el momento de decidir qué expulsado debe regresar a la casa convertido nuevamente en concursante de pleno derecho. Y para mí el candidato ideal a ser repescado es, sin ninguna duda, Pablo.

Empezaré hablando de Pol, a quien tenemos que agradecer inmensamente a Clara que al fin lo haya colocado en la palestra. Distinto es que apruebe sus intenciones porque lo ha utilizado a modo de venganza para hacer daño a Adara y Bárbara, pues se siente el centro del universo y piensa que nominaron a Fernando para fastidiarla a ella, como si Fernando no hubiese sido un concursante individual con una participación bastante cuestionable. También es criticable la actitud que tomaron Bea y Miguel, entregando el poder sin rechistar a la cabecilla para que se tomase la justicia por su mano. Aunque con su silencio y, posteriormente, tras ser preguntados si estaban de acuerdo, aprobaron la decisión de exponer de forma directa a Pol. Tanto como se cuestionó en su día que Adara no salvase de la nominación a Noelia, ahora Miguel no es que no hiciese nada por salvar a ese amor que dice haber encontrado en Gran Hermano y necesitar cerca sino que, directamente, es cómplice de su exposición al juicio del público.

Aún con todo esto, creo que la expulsión de Pol es la más necesaria en este momento. Pol tiene que pagar con su salida todas las traiciones que ha tenido con Adara, al dejarla en evidencia y no prestarle su apoyo cuando más lo ha necesitado. Ella jamás ha dudado en posicionarse de su lado, ayer mismo lo hacía enfrentándose sin miedos a los que habían formado parte de la venganza que pusieron en marcha en honor a Fernando. Pol ha querido situarse siempre en una posición de víctima que no le corresponde, llegando a ir al confesionario a decir que si alguien debería estar llorando es él. Se ha preocupado mucho más por hablar con toda la casa y difundir las intimidades de su relación que por tratar de entender a Adara en su dolor. Cierto es que Adara en muchas ocasiones sobrepasa límites con sus escenas de celos, pero lo que más le duele es lo vendida que se siente cuando Pol no le brinda su apoyo. Es por esto que Pol es un lastre que Adara está arrastrando y que perjudica de forma sustancial en su concurso. Es el momento de liberarla y disfrutar de su presencia con la compañía de la única persona que ha sido incondicional en su paso por Gran Hermano, la que siempre ha estado ahí para brindarle un abrazo o un consejo desde el corazón. Ella es Bárbara y siempre han defendido eso de: “Juntas hasta el final”. Su posición dentro de la casa tiene que evolucionar y quiero verla como Adara, sin estar envuelta en una carpeta que nunca aprobé.

Por otro lado, no creo que Alain deba pagar los platos rotos de una estrategia dañina. Es un concursante que siempre ha demostrado ir por libre pero sin ser tibio, algo muy difícil en Gran Hermano. Creo que ha sabido hacerse escuchar siempre, sin dar gritos, y que jamás ha estado dispuesto a vivir el concurso detrás de un líder. Desde que entró en la cocina parecía que su espíritu había sido apoderado por el de Fernando, y es que este oficio les otorga un poder muy peligroso, pero pienso que es un concursante de largo recorrido, de esos que poco a poco van saliendo del cascarón conforme se van sintiendo a gusto dentro de la casa. Alain es un concursante secundario, no un mueble, y este tipo de concursantes siempre son necesarios para que se creen otras tramas de menor relevancia pero que nos ayudan a que el reality no se monotematice en una sola historia. Aún no es el momento en el que merezca recibir la sentencia del espectador.

Además, pienso que nos deberíamos dar el lujo de hacer sentir a Clara triunfadora y que crea que su estrategia le ha salido bien, al ver a Pol expulsado. Una concursante crecida es muy peligrosa y ella ya lo está pero si su plan tiene el resultado que espera aún más aumentará su ego. Esto también nos permitirá mantener los pies en la tierra de Adara y Bárbara, para que no llegue a un punto en el que se sientan con el poder absoluto y le pierdan el respeto a la sala de expulsiones porque crean que pueden cargarse a todo el que se propongan. Y la guinda del pastel sería neutralizar esta jugada con una repesca certera que equiparase las fuerzas de los grupos.

Pienso que la repesca de Pablo sería la más adecuada porque en las dos semanas que estuvo en la casa ya demostró ser un gran concursante. Además, tiene muchas cuentas pendientes dentro de esa casa y una guerra abierta con Clara y Miguel, a los que no dudaría en desenmascarar. Por otra parte, Adara y Bárbara, tras la salida de Pol, quedarían demasiado indefensas ante el grupo y su poder ante las nominaciones sería nulo. Necesitan ese apoyo que Pablo no dudaría en brindarles.

Hay quien se plantea la vuelta de Candelas pero yo creo que sería desaprovechar la repesca porque el golpe de efecto que produciría su regreso no sería tan relevante. Candelas salió de la casa por su traición a Bárbara, con la que tendría que volver a convivir, pero su enfrentamiento tampoco es un gran aliciente para que desee verla reingresar. Se apoderó de ella el miedo a seguir nominada y se acercó a un grupo que la juzgó y aisló desde el cuarto día. Ahora sabe a Adara fuerte fuera de la casa y tengo claro que se acercaría a ella por interés y con altas dosis de peloteo, como ha demostrado en platós y redes sociales, después de haber abandonado la casa sin apenas dirigirle la palabra. Sin embargo, mantendrá su enfrentamiento con Bárbara para demostrar el daño que le ha hecho y tratar de justificar un cambio de actitud que a día de hoy sigue sin tener una explicación coherente, más allá del miedo. Es más, Candelas es muy amiga de Noelia y seguiríamos privándonos de que alguien sacase a relucir la falsedad con la que actúa esta concursante, enmascarándola en su gracejo andaluz, sin embargo, creo que Pablo sí la pondría de frente a la realidad.

La repesca de Fernando la entendería, directamente, como un error. Sería una involución en las tramas, volviendo a conflictos que ya están más que trillados y aportando a esa mayoría nuevamente un poder que no es conveniente. No creo que Fernando tenga cuentas pendientes, su historia dentro del concurso quedó más que cerrada y ahora es el turno de situar en primera fila a Clara y Miguel sin que vuelvan a refugiarse tras él, al verse anulados por el protagonismo que tomarían sus enfrentamientos en bucle con Bárbara, por las pelotillas de los pies. Pienso que Fernando es agua pasada, pisada y no debemos volver a beber de ella.

Y Montse… pues eso… Montse. Que no hay nada que añadir ni nada que interesante que pueda aportar su repesca.

Así que apostaré hasta el final por Pablo. Sé que lo sucedido anoche durante la gala le puede perjudicar pero ahí también se demuestra la autenticidad y la impulsividad con la que siempre ha jugado este concursante, al filo de la navaja. Estoy hablando de cuando Pablo tocó la cabeza de Miguel, momento en el que se sospecha que trató de quitarle el peluquín. Hay gente tremendamente exagerada que habla de agresión, cuando ni siquiera le propinó un tirón de pelos con fuerza que, si hubiese querido, podría haberlo hecho para dejar su calva al descubierto. Pienso que simplemente fue un juego que no quedó bien visto. Igual sí trató de hacer caer la prótesis como tanto se ha reclamado que sucediese a lo largo de todo el concurso, pero ahora se le critica. El peluquín de Miguel es parte de su juego, de hecho tiene más protagonismo que el propio concursante, por lo que entendí perfectamente el guiño que quiso tener Pablo con el espectador, probablemente de forma poco acertada. Yo he de confesar que me hizo gracia que le tocase la cabeza conociendo el teatro que se trae Miguel porque dejó patente que está dispuesto a hacer caer la pantomima que nos intenta vender desde que empezó GH 17. Y eso es lo que quiero, una repesca que vaya a dar mucho de que hablar.

Por otra parte, también se le responsabiliza de que Bárbara ayer no nominase. No vi mala intención en él, de hecho, lo que trató de hacer fue transmitirle confianza para que entrase en el confesionario. Así mismo lo interpretó la propia Bárbara y lo verbalizó posteriormente, pero fue ella la que se vio sometida por una crisis de pánico y el miedo la llevó a perder su derecho a dar sus puntos. Es más, estoy seguro de que lo único que quería hacer Pablo era darle un abrazo, por eso cuando El Súper le pidió que estuviese congelado él reclamó si tampoco se podía mover. El Súper le dio permiso para moverse, pero no para hablar. Y así lo hizo.

Una repesca tiene que introducir vida a la casa, suponer un golpe de efecto, dar un giro a la convivencia, propiciar una evolución en las tramas y generar contenido interesante. Y todo esto nos lo puede aportar Pablo.

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