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2 nov 2016

Razones por las que Pablo debe ser el repescado

Estamos llegando al ecuador del concurso, la convivencia está ya totalmente definida y ahora viene una de las etapas más potentes de la competición. Un factor que entra en juego es la repesca, que debe desestabilizar los planes que muchos ya tienen fijados y pegar un vuelco al reality para terminar de arrancar las caretas que aún muchos mantienen antes de que llegue la fase final, donde será el momento de defender a ultranza a nuestros favoritos para alzarse con el maletín. Aunque para eso aún queda al menos un mes. Un mes del que tenemos que seguir disfrutando de Gran Hermano, y el aspirante que con su vuelta nos aseguraría vivirlo es Pablo.

Pablo fue el concursante que, en un principio, a mí me enganchó a esta edición y lamenté que saliese tan pronto del reality porque le veía un gran recorrido como concursante. Evidentemente, ser un participante como lo fue él no deja indiferente a nadie, por lo que puede aparecer tanto el respaldo como el rechazo del público. Destacó muy pronto, jugó por impulsos y vivió Gran Hermano al límite. Lo vimos discutir, reír, llorar, defender a sus amigos, meterse donde no le llamaban, hacer unos confesionarios que eran puro oro y dar unos zascas que dejaban temblando a su adversario. Y eso sólo lo hace un gran concursante. Probablemente, el destacar tan rápido hizo que se le juzgase muy rápido también. Y todo esto sumado a que se vio envuelto en el drama de los calcetines le llevó a que se le considerase el verdugo, cuando era una víctima más del teatro de Miguel. Pero para eso está la repesca. Es el momento de las segundas oportunidades y de rescatar del olvido a un concursante que con su pronta expulsión salió de la casa de Guadalix de la Sierra dejando dentro muchas cuentas pendientes por resolver, que ahora debemos retomar.

Pablo volvería a la casa con otra filosofía. Sigue siendo el mismo pero no se encuentra tan inestable emocionalmente porque el salir le ha servido para encontrar en sus familiares y amigos el apoyo que en su día le faltó. Recordemos que él se presentó al concurso sin contárselo a nadie y un día antes a su entrada se lo comunicó a sus padres, quienes no se tomaron la noticia de buen grado, por lo que toda esa presión fue una losa que él tuvo que cargar durante los 14 días que estuvo en la casa y con la que sus compañeros no contaban. Ahora entraría más fuerte y sin tantos miedos, con ganas de jugar a Gran Hermano con todas las consecuencias y de hacer frente a todos esos participantes que en su día tuvieron el valor de reírse de él y criticar comportamientos que ellos, posteriormente, también han tenido.

Pocos años el apartamento ha tenido tanta vida como la que está teniendo este año con los aspirantes a la repesca. Y, sin duda, veo como claro protagonista del grupo de aspirantes a Pablo. Allí ya ha vuelto a demostrar lo gran concursante que es desmontando la farsa con la que volvió Montse al reality, tratando de quitarse a toda costa la etiqueta de mueble, cuando para bien o para mal es una realidad como un templo que ha pasado por el concurso con unas cuotas de protagonismo bastante bajas. Ésta se unió a Fernando en contra de Pablo. El ataque y derribo ha sido incansable, viendo en él a Bárbara.

Lo sucedido en el apartamento es representativo de lo que lleva viviendo Bárbara durante todo el reality. El machaque de una mayoría por pensar distinto y no seguir la corriente de actuación que ellos marcan. Pablo se ha visto cuestionado como concursante y como persona, con acusaciones que van desde que dentro de la casa está haciendo un papel hasta intromisiones en el terreno sexual, por supuesto pasando por cuestionar la amistad que pueda llegar a tener con Bárbara una vez que termine GH. Y por supuesto, cuando la tortilla gira y es Clara a la que Pablo deja  en evidencia por su doble moral se encuentran todo tipo de justificaciones. Bueno o malo, en Bárbara todo está mal visto y, en consecuencia, también es malo todo el que le brinda su apoyo. Pero Pablo ha demostrado ser un chico fiel a sus principios y a sus amistades, con criterio propio y que no se achanta ni se deja manipular por las imposiciones de una mayoría.

Entiendo que el duelo para volver deba estar entre Fernando y Pablo. Montse ya está fuera y Candelas está viendo los toros desde la barrera, por lo que su regreso no supondría el golpe de efecto que necesitamos producir en la convivencia. Por otro lado, me gustaría destacar que Fernando ha manifestado que si es repescado hará llegar a Adara, de una forma u otra, lo sucedido fuera con la madre de Pol. Algo que supondría un daño innecesario dentro de la casa y que infringiría de forma directa las normas del concurso. Yo considero que un aspirante que advierte con quebrantar las bases del programa con el único fin de hacer daño debería ser descalificado para evitar que llegase a producirse su amenaza. Ser repescado es un gran privilegio pero también implica grandes responsabilidades que no se deberían olvidar. Distinto es que algo de información se escape, son humanos, y obviamente El Súper debe llamarles la atención si esto sucediese, pero en el caso de Fernando es algo claramente premeditado.

Aun así, el regreso de Fernando no aportaría más que un refuerzo a la mayoría y una vuelta poco interesante al pasado.  Como ya he dicho en alguna ocasión, la historia de Fer quedó cerrada. No creo que tenga cuentas pendientes dentro del reality. Su historia con Clara no tiene continuación, y menos ahora que tiene a su novia más presente que nunca, y su enfrentamiento con Bárbara tuvo el final merecido, pues la YouTuber lo dejó desmontadísimo. No tiene nada nuevo que aportar a la casa que no hayamos visto ya. Es más, tampoco creo que fuese positiva la vuelta para Bárbara y Adara porque, aunque bien es cierto que Fer es tan torpe en su juego que les da puntos, pero desde fuera también se los dará visitando los distintos platós. Aún existen dentro muchos temas abiertos que tienen ellas por enfrentar, como el de Clara, Miguel o Bea, por lo que este retroceso en los conflictos no sería beneficioso.

Sin embargo, la vuelta de Pablo activaría tramas necesarias de resolver. Pablo tiene un claro enfrentamiento con Miguel que no tuvo un final. Es más, Miguel y Clara han continuado burlándose de él durante todo el reality, a pesar de estar ya fuera de competición, pero parece que les hace felices el reírse de los demás cuando muchas veces les haría falta tener un espejo por delante para reírse un poco más de sí mismos y respetar al resto. Pablo entraría con una información que, si es inteligente, debe administrar bien para conseguir desenmascarar el teatro de un Miguel que está jugando con sus compañeros y con la audiencia sin límites, que trata de posicionarse como víctima de una historia que él mismo ha provocado y que ya es hora de que dentro de la casa salgan a la luz las verdaderas intenciones de un participante que parece sólo buscar altas dosis de protagonismo televisivo.

Por otro lado Clara es más auténtica. Lo cortes ni quita lo valiente y siempre he defendido que es una concursante necesaria dentro, aunque su comportamiento para mí es indefendible. A ella Pablo no tendría que desenmascararla tanto como a Miguel pero sí dejar en evidencia la doble moral con la que está jugando, cuando siempre cuestiona en los demás las cosas que ella hace elevadas a la enésima potencia. Además de que no tengo ninguna duda de que haría lo posible por luchar en contra de la dictadura que en numerosas ocasiones trata de imponer.

Pero esto no es todo porque Pablo también tiene un conflicto abierto con Noelia. Es una concursante que dentro la ven con cierta ternura, ya que ella trata de mantenerse al margen de los conflictos y los sufre, pero después vuelan las puñaladas por la espalda. Pablo fue víctima de Noelia, a quien por delante ponía buena cara y después le dio tres puntos en la primera ronda de nominaciones. Noelia es cada vez más prescindible en la convivencia, pero es importante que antes de salir del reality alguien le haga frente y saque a relucir su juego sibilino que se encuentra enmascarado en el de una concursante graciosa. Que a mí no me hace ninguna gracia.
Y por si todo esto os parece poco, Pablo sumaría un refuerzo a esa minoría. Es obvio que se situaría del lado de Bárbara y Adara, quienes se van a quedar bastante solas con la más que probable partida de Pol. Es justo que el poder sea algo más equitativo y tengan en Pablo a un aliado, no sólo para la convivencia sino para las nominaciones. También sería una forma de enviarles un mensaje de apoyo dentro de la casa, pues con la salida de Pol la chupipandi cantará victoria y así bajaremos los humos por ambas partes.

Y todo esto a priori, porque ya sabemos que Pablo es una bomba de relojería que puede estallar en cualquier momento, por lo que igual saca el lado nunca visto en Rodrigo, desenmascara las mentiras de Bea o lo vemos celoso por la relación de Meri y Alain… quién sabe… Lo que está claro es que su regreso sería el que más explosionará la convivencia y nos hará disfrutar de Gran Hermano en estado puro.

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