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8 feb 2017

Este VIP lo vivo entre la vergüenza ajena y la pereza

Descansar. El Súper los reunió anoche en el salón para mandarlos a DESCANSAR. Algo que si no lo veo no lo creo… Tengo la sensación de que la edición se les va un poco de las manos y el único modo de tratar de calmar los ánimos fue mandarlos a descansar. Y yo que creo que necesito tomar como propio ese consejo y descansar un poco de GH VIP, al menos de las horas que puedo dedicar a ver el directo… descansar y verlo más puntualmente, tratar de disfrutar del espectáculo que ofrezca una gala o un debate sin mucha más implicación… aunque para mí eso no es disfrutar de Gran Hermano, pero al fin y al cabo esto no es Gran Hermano aunque sí una consecuencia que le perjudica. El reality deja de ser el reality y el show sobrepasa los límites del show. No todo vale. Ahora mismo lo único que siento al verlo es vergüenza ajena y pereza. Y es innecesario sentir algo así.

Lo que voy a escribir hoy probablemente sea una postura poco popular porque tomando partido por alguno de los concursantes generas mucho más movimiento, y no lo voy a hacer. Puede ser difícil que me entendáis aunque tampoco pretendo convenceros de nada, de hecho, ya he recibido alguna crítica por redes al visibilizar que lamento lo que está sucediendo en esa casa y que me resulta imposible mantener un debate medianamente coherente en defensa de algunas de las partes. Sólo quiero compartir que TODOS los participantes me transmiten un rechazo descomunal. Mi misión no es encontrar culpables, no es contar lo que ha sucedido en la casa o analizar los porqués. Lo que yo siempre he hecho ha sido compartir mi opinión de la forma más transparente posible y narrar mis emociones como espectador, tal y como podríais hacer cualquiera de vosotros. Y hoy sólo me nace escribir que lo que estoy viendo no me gusta y que cada vez veo más como a un extraño ese programa que se llama “Gran Hermano” pero que no reconozco en su emisión. Es como si hubiesen usurpado su identidad.

La canción de una telenovela que me fascina, llamada precisamente “La Usurpadora”, dice: “Un día llegaré con un disfraz, distinto el color, la misma faz”. Aunque en el caso de esta telenovela la impostora llegaba para rearmar todo lo que había destruido la original, y en GH no. Ha cambiado el color, como también se nos anunciaba en aquella promo de GH 17, por lo que igual era la crónica que una muerte anunciada… No lo sé, estoy divagando demasiado, quizás para intentar encontrar esperanzas en el cambio y no caer en el pesimismo del fin. Puedo estar equivocado, pero considero que hay actuaciones que beneficiarían al formato y que ayudarían a revitalizarlo pero lo único que observo, con mucha impotencia, es una decadencia.

La casa de Gran Hermano no es un ring de boxeo. La solución ante una convivencia llena de miedos y poco dinámica no es irnos al extremo opuesto, provocando un incendio para verlos hacerse heridas. Sentí aburrimiento con este VIP por momentos, pero ese aburrimiento se ha transformado en vergüenza ajena y una pereza tremenda de tener que aguantar a concursantes impresentables. ¿Para qué? ¿Para verlos gritar sinsentido? ¿Para no vislumbrar un ápice de coherencia? ¿Para aplaudir la reiterada falta de respeto? No me divierten, ni esto me anima a comentar la estancia de este grupo en Guadalix de la Sierra.

El nivel para defender a los concursantes este año está siendo: “Sí, este participante es esto pero el otro más”. Argumentos de patio de colegio, como cuando van los niños al maestro a decirle: “Profe, Pepito me ha dicho tonto”, y entonces salta Pepito y dice: “Pero él a mí me ha dicho feo”. ¿Qué es peor? ¿Hay que mirar quién ha empezado, de verdad? QUE ME DA IGUAL.

Yo no me veo con la capacidad de entrar en este tipo de debates. Sinceramente, me supera. Todas las partes andan pidiendo respeto y presumiendo de educación, cuando por todas las partes he visto actitudes absolutamente despreciables. Desde amenazas, gestos agresivos, comentarios machistas, homofóbicos, ataques a familiares, juzgar la vida externa al reality, cuestionarse como profesionales, dedicarse insultos de todo tipo… incluso el permanecer en silencio. Y en el otro extremo hay quien anda hablando de poner demandas. ¿De verdad hay que llegar a este tipo de cosas? ¿DE VERDAD? ¿El programa lo va a consentir? Me da vergüenza que se toleren los comportamientos que estamos viendo en esa casa y, casi que como un premio, pues les den vía libre para dejar de hacer la prueba y que puedan descansar tranquilitos… Creerán que es suficiente con una charla aleccionadora en el confe, ¿no? De esas que les entra por un oído y les sale por el otro, de esas que a veces tanto sobran y no hacen más que desordenar la convivencia natural de la casa, como esas dinámicas que encienden la mecha pero luego les regañan porque estalla la bomba. Lo dije recientemente en un vídeo y hoy lo repito. La figura del Súper está perdiendo todo el respeto que debe representar. ¡Cuidado!

Hay quien dice que GH VIP 5 se está convirtiendo en GH 17. Entiendo que se haga la comparativa porque es el recuerdo que se tiene más reciente, para muchos un recuerdo desagradable por el clima tan asfixiante que se respiraba en esa convivencia. Pero yo no creo que tengan ni punto de comparación. Sí que en GH 17 la convivencia fue muy difícil y en ocasiones se atravesaron límites, pero creo que no dejó de ser una convivencia y un juego. Errores hubieron muchos rodeando a la edición natural peor administrada de la historia pero siempre he dicho que el directo de GH 17 nos dio grandes momentos que te enganchaban durante horas. Llegué a identificar Gran Hermano dentro de esa convivencia, no tanto fuera de ella o en lo que la rodeaba. Pero en este VIP… en este VIP no hay convivencia, no hay juego, no hay vida, no hay ilusión, no hay alianzas, no hay sentimientos, no hay emoción, no hay estrategias… no hay Gran Hermano. Hay gente que no quiere vivir esta experiencia sino que la afronta por la obligación personal de disparar nuevamente su popularidad, hay que gente que asume el encierro como un empleo enfocado a que el aguante significa dinero, hay gente que asume la vida en directo como un “insulta en directo” para ser enfocado por las cámaras porque eso es lo que entienden como espectáculo, hay que gente que usa la provocación como saludo... Hay gente que sólo me produce rechazo, por un motivo u otro.

Nunca he escuchado tanto en una edición la palabra bullying. Una palabra muy grave que no se debe utilizar a la ligera, pero que se está usando tanto dentro de la casa como fuera, a diario, para definir el estado de esa convivencia. Y me parece lamentable que se esté llegando a este punto.

Yo hoy me niego a decir más, me niego a entrar en los conflictos, me niego a señalar culpables, me niego a detallar las descalificaciones que se han dedicado, me niego a pedir la expulsión o la permanencia de algún nominado en esa casa… ha llegado a un punto que me da igual todo esto. ME DA IGUAL. Hoy solo pido medidas, sentido común, respeto al espectador y Gran Hermano. Y cuando lo vea igual dejo de sentir esa vergüenza ajena que me están produciendo, deja de darme pereza la vida en la casa y vuelvo a vivir con la entrega que siempre pongo el formato que tanto me apasiona. Pero lo haré si veo el formato que tanto me apasiona, no algo que se le parezca. Mientras tanto, iré a descansar un rato como ordenó El Súper, y lo que vea y comente pues será con una distancia que no se merece este programa.

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