Hoy es uno de esos días que vengo a descargarme con vosotros
sobre lo que considero decisiones
injustas por parte de la organización de GH VIP. Anoche, viendo el “Límite
48 horas” decidí dejar de twittear (@HablamosdeTv)
porque necesitaba expresar muchas cosas y preferí esperar a descargarme en el
blog, sin la limitación de 140 caracteres, porque no entiendo qué concepto tienen de introducir
novedades, cómo se consensuan y de qué forma escuchan a la audiencia, ya
que suelen presumir de esto pero, últimamente, no siento representados los
deseos o quejas de las redes.
Terminé GH 16
haciendo un vídeo llamado “10 errores de GH 16 que no deberían repetirse en GH 17”, en el que exponía todo lo que
pienso que no se ha hecho del todo bien, y por lo que considero que se debe
producir un aprendizaje a futuro
para redirigir el formato a las bases que lo definen y nos enamoran.
Siempre he defendido que Gran Hermano no es GH VIP, pero el VIP tiene mucho de Gran
Hermano, y por lo que sí lucho es por que no suceda también en el sentido
contrario, que Gran Hermano no se
vea contagiado por el espíritu del VIP,
pero quizás sea difícil que no se vea influenciado, como ya hemos visto en GH 16, por lo que eso me hace temer por
GH 17.
Una de las cosas que me hacen ser crítico con el VIP es su forma de centrar el análisis principal de la convivencia en la
vida privada de los concursantes, algo que no me interesa absolutamente
nada. El plató de El Debate o de Límite 48 horas, incluso de las galas,
en muchas ocasiones nos transporta al plató de Sálvame, de hecho, un importante porcentaje de los colaboradores
que aparecen son procedentes de ese programa. Si no fuese suficiente tenerlos
en antena de lunes a viernes durante cuatro horas, más el Deluxe, también nos los meten con Gran Hermano. Ojo, que no me parece mal que se emita Sálvame, alguna vez lo veo, pero es
cuando yo decido verlo. Si pongo GH VIP
es para ver GH VIP y no Sálvame.
En esta edición de GH
VIP, muchos de los concursantes se sitúan más cerca del perfil de anónimos que el de famosos,
por lo que tenía la esperanza de que se premiase, analizase y valorase la
convivencia por encima de los asuntos privados de cada uno de ellos, pero veo
que no. De hecho, nos han forzado a ver la convivencia de Javier Tudela y Laura Matamoros por las rencillas que tienen en su
familia. Para mí es un sinsentido que poco me interesa conocer, y deseo la
expulsión de Javier para romper con
esa trama forzada, poder conocer a Laura
sin filtros y, además, porque Javier
como concursante no aporta más que el morbo que se está generando en el
exterior sobre su familia, pero a la convivencia suma poco, que para mí es lo
realmente importante.
Al margen del enfoque que se le da a la emisión, algo que
tampoco me está gustando nada son las
novedades que se pretenden introducir al formato. Anoche pudimos conocer
varias de ellas y con todas estoy en desacuerdo. Quizás me estoy volviendo muy
exigente o quizás el programa no está haciendo las cosas del todo bien… y casi
que me inclino más a la segunda opción, ya que el revuelo en las redes sociales era importante.
Las pruebas semanales dividirán siempre a la casa en dos equipos, los cuales tendrán objetivos
distintos para ganarla. Si un equipo falla, la prueba no estará superada, por
lo que contarán con un euro por persona
y día para hacer la compra semanal. Ayer se echaban las manos a la cabeza
en plató con el poco dinero que tenían para hacer la compra y el hambre que
iban a pasar… Un euro por persona y día, para ser una prueba perdida, es un presupuesto VIP. A los anónimos los
dejan sin la posibilidad de hacer la compra y tienen que subsistir con las reservas de la despensa.
Pero el presupuesto es lo de menos, pues la novedad
catastrófica que han introducido en la mecánica es penalizar de forma tajante
al equipo causante de la pérdida de la prueba semanal, quitándoles la opción de nominar. No entiendo cómo han podido tener
una idea tan fuera de lugar, mezclando la prueba con las nominaciones para evitar que los concursantes jueguen.
En primer lugar lo presentan como una sanción, cuando para muchos será un privilegio el hecho de no tener que pringarse en el confesionario
dando puntos porque no quedan mal con nadie, ni son los causantes de la
nominación de sus compañeros, por lo que al público también se nos privará de conocer la opinión de
toda la casa respecto a la decisión más importante y todo correrá a cuenta
de un grupo minoritario. Y en segundo lugar, hay que saber que sin nominaciones no hay juego. No tiene
sentido, ni es justo, que por errores de prueba se les penalice sin jugar. Me
parece un error fatal. De hecho,
dentro de un grupo hay varios miembros y el fallo de uno puede producir que
todo un grupo no nomine. Es surrealista. ¿Y
qué pasa si ninguno de los grupos pasa la prueba? ¿Se quedan todos sin nominar?
Qué gracia…
Pero tranquilos, que ahora os vais a reír más porque las
novedades absurdas no quedan aquí. Si de esta forma no taponan suficientemente el juego, las estrategias, la
competitividad, la rivalidad y, en definitiva, el concurso, han tenido la “genial”
idea de que cuando un participante dé sus nombres en el confesionario, los
concursantes nominados recibirán una descarga
eléctrica… O sea, que llevamos todo Gran
Hermano 16 quejándonos de lo absurdas que son las nominaciones a la cara y
del daño que le han hecho al formato, pero llega el VIP y hacen lo mismo pero de otra forma, con dolor físico, ya que aunque voten en el confesionario todos
sabrán qué nombres se han pronunciado al recibir el calambre. Ayer decía Jordi que no conocerán cuántos puntos
se les ha otorgado… pero eso quedará por ver porque claro, si en el momento que
se pronuncia un nombre esa persona recibe una descarga… quien reciba 3 puntos será
el primero en recibir el calambre, 2 el segundo y 1 el tercero, por ejemplo.
Pero atención, que si con todo esto no tenéis suficiente no
os preocupéis porque yo os cuento más. ¿Sabéis que han inventado? Los alegatos para no ser nominado, una
ridiculez como una casa de grande. ¿Cómo se les puede pedir a los concursantes
que den un discurso delante de sus compañeros para defender el que no deben ser
votados? Os juro que no entiendo nada.
Los alegatos para la audiencia pueden tener algo más de sentido, ya que hay
espectadores que no siguen de forma intensa todo lo que sucede en la casa,
¿pero a sus compañeros? ¿para las nominaciones? Ese alegato es la convivencia diaria y un discurso de dos minutos
no va a hacer variar la idea de nadie. Me llegó a producir vergüenza ajena el verlos de pie ante sus compañeros dando
argumentos absurdos por los que merecen no ser votados, pues ellos mismos no
sabían qué exponer ni cómo reaccionar… no
era necesario.
Para cerrar, aprovecho para nombrar el mal trato que se le está dando a la emisión del canal 24 horas, ya
que la censura está muy presente y
pocas veces nos muestran los acontecimientos más importantes de la convivencia.
Para colmo, se censuran hasta en los programas dedicados a GH, ya que en El Debate cebaron una discusión
sucedida el día anterior, censurada en el 24
horas, para emitirla el martes en Límite
48 horas. ¿Eso es ofrecer al público todas las posibilidades para que esté
informado sobre la actualidad de la casa?
Me parece muy necesario que se replanteen las normas del concurso, que resitúen el reality que
se está haciendo, que escuchen a la audiencia, que entiendan que introducir
novedades no implica destrozar los cimientos de un formato y que se den cuenta
de que rizar el rizo no siempre es bueno, menos es más. Hay novedades innecesarias, enfoques equivocados y bases que no deben
cambiar cuando las cosas están bien hechas.
muy de acuerdo!
ResponderEliminarLa verdad es que me duele ver como destrozan el formato y la esencia del concurso...lo que dices tu, menos es mas
ResponderEliminar