Era fan de Gran
Hermano y luchó durante años por cumplir su sueño de entrar en La Casa, hasta que lo consiguió. Lo
hizo teniendo que fingir que era madre,
acompañada de su bebé Juan, un
muñeco reborn. Hoy, ‘Hablamos de Tele’
con Marina Landaluce.
Vivir la experiencia, todas las emociones
que el programa te transmite y conocerme más a mí en cuanto a la relación con
otras personas.
Has
sido una persona que has luchado mucho por entrar en este concurso,
presentándote a muchas ediciones. ¿Por qué piensas que este año ha sido en el
que te han dicho que sí? ¿Qué consejo les darías a las personas que se han
presentado varias veces al casting y no han conseguido entrar en la casa?
Simplemente este año me ha tocado a mí, he
tenido suerte, sin más.
A la gente le digo que no se rinda, que si
no es esta edición puede ser en otra.
¿Cómo
recuerdas tu entrada en la casa? ¿Cuáles fueron tus primeras impresiones de tus
compañeros? ¿Se ajustaron después con la realidad que viviste?
Mi entrada fue muy
emocionante, como en un sueño, no me lo creía, y cuando vi a mis compis tan
arreglados y guapos pensé: “¿Qué hago aquí?” (risas), y encima me veían como
una madre y eso no me gustaba.
Esta
ha sido la edición de los secretos y tú tenías que hacerte pasar por madre.
Tengo que decirte que actuaste muy bien porque la historia que montaste me dio
hasta pena, sabiendo que era mentira. ¿Cómo te preparaste para ocultar el
secreto? ¿Y una vez dentro cómo llevaste el tener que ocultarlo?
Pues
me dijeron el día antes de entrar que ese era mi secreto y que me montara la
historia como quisiera, así que lo preparé corriendo con la ayuda de mi Tata,
mi prima, mi hermana y mi madre. Les pregunté mil detalles porque ellas son mamás,
y la historia era así de lacrimógena porque no podía decir que tenía novio, ni
que mis padres estaban en España, ¿si no por qué leches me iba a meter con el
bebé?
Fue
muy duro mantener la mentira, no me gustaba mentirle a mis compañeros, bueno, a
mis amigos, a los demás me daba igual (risas).
¿Cómo
has llevado las críticas y las bromas que se han hecho respecto a que tengas a
Juan, tu Bebé Reborn?
Esperaba que fuera peor, la verdad, estaba
preparada y me da igual. Es como el que colecciona sellos o monedas, es un
hobby más, lo que pasa es que hay mucha gente ignorante y se piensan que por
tener este hobby soy una loca o algo así.
Has
dicho que no entrabas a Gran Hermano a hacer amigos pero que ha sido el único
sitio donde realmente los has hecho. ¿Por qué crees que te ha sucedido esto? ¿A
quiénes te llevas como amistades para siempre?
Sí,
no iba con esa intención pero al final me llevo muchos amigos. Esa vivencia,
quieras o no, te une a ciertas personas que al final son más que amigos, son
tus hermanos.
Y los
hermanos que me llevo son: Quique, Nied, Vera, Amanda, Aritz y Carolina.
Sigamos
hablando de amistad porque, dentro de la casa, ha dado la sensación de que
siempre reclamabas cariño, en el sentido de que gente a la que tú apreciabas
mucho le llegaste a decir que te sentías como una “segundona” porque por encima
de ti tenían personas más importantes, por ejemplo, lo hablaste con Niedziela o
Aritz. ¿Por qué te sentiste así?
No sé,
por eso no iba con intención de hacer amigos, en la amistad yo siempre lo doy
todo y había personas que, en alguna ocasión, yo les daba todo y sentía que no
recibía lo mismo, pero bueno, también yo tenía a mi mejor amigo allí que era Quique,
y otros pues también tenían su preferido. He de decir que fuera, Nied, Vera y Quique
son todos igual de especiales para mí.
Una
de las críticas que más ha sonado es que tu afán por el “piqui-piqui” te ha
mostrado como un poco “loba con piel de cordero”, ya que por un lado parecías
muy dulce cuando hablabas con algunos de tus compañeros y los disculpabas, como
te sucedió con Marta o cuando te enteraste del pacto de Ivy y Carolina, pero
después ibas por detrás contando todo lo que sabías y “despellejándolos” como
una loba, de ahí el símil. Cuéntame por qué actuabas así, llevando y trayendo,
y si te sientes identificada con esta imagen que hemos recibido de ti.
Para
nada soy así, esa es la imagen que se dio de mí, pero yo dentro era una de las
personas que menos cotilleaba, por eso muchas veces se me veía de un lado a
otro, porque fuese donde fuese estaban hablando mal de alguien y yo no quería
participar, y contaba lo que yo creía que perjudicaba a mis amigos y a mí, nada
más.
Mucho
se ha dicho también que te has enamorado de Quique, por tu acercamiento con él
dentro de la casa y por cómo te emocionaste al ver el alegato que te hizo y,
sin embargo, no te emocionaste tanto cuando hablaste por teléfono con tu novio.
¿Qué sientes realmente por él?
Quique,
por mucho que os empeñéis, es mi hermano, y dentro era mi mejor amigo y éramos
muy afines. Me emocioné porque fue un alegato muy bonito y porque vi, que a
pesar de que él estuviera fuera, me seguía apoyando.
Con
mi novio es diferente, lo primero porque no esperaba poder hablar con él, y sé
que él es muy cortado. ¿Qué querían que le dijera por teléfono, que llorase
como una magdalena y que cuando le viera le iba a hacer el amor locamente? No,
no soy así, le pregunté por su trabajo, por cómo estaba toda la gente del
pueblo con mi estancia en la casa y de que cómo me veía, que si estaba
contento, nada más. ¡¡Ah!! Y que le quiero.
También
se te ha relacionado con Aritz y se ha comentado que intercediste en su
relación con Han con el objetivo de romperla, para situarte tú como su
principal apoyo. De hecho, tú te llevaste muy bien con Han pero cuando discutió
con Aritz te posicionaste radicalmente en su contra. ¿Cómo viviste tú esta
historia desde dentro y cuáles eran tus intenciones? ¿Te sentiste utilizada por
Aritz y, posteriormente, apartada cuando hizo las paces con Han?
Lo
primero es que no veíais que Han estaba continuamente celoso de mí, cuando me
acercaba donde estaban ellos me decía que me fuera y Aritz le decía siempre que
no, que no me fuera. Yo me empecé a llevar mal con Han porque yo sabía que por
detrás decía cosas sobre mí que a la cara no me decía, y todo por los celos, y
yo en ningún momento quería que se separaran, quería que estuvieran bien,
estando o no juntos, odiaba cuando discutían, y bueno, yo siempre le he dado mi
apoyo incondicional a Aritz, cuando estaba mal, y no me arrepiento ni me siento
utilizada. Él hubiera hecho lo mismo por mí.
Tú
eres muy fan de Gran Hermano. Mucha gente te ha acusado de ser un mueble. Hazme
una autocrítica, como espectadora, de tu paso por el concurso, es decir, ¿qué
hubiese opinado tú de la concursante Marina Landaluce?
Que es una persona normal y estable, llora
cuando tiene que llorar, ríe cuando tiene que reír, y cuando tiene que decir
cuatro verdades las dice, como se las ha dicho a Maite, a Raquel, a Sofía, a
Marta, a Han, a Suso, incluso a Aritz. Los que han visto el 24 horas han visto
todo eso, aun así diré lo que siempre digo, es un programa de convivencia, no
de chuscar, ni de quién está más loco y da más la nota.
A
pesar de las críticas, salvaste dos nominaciones, en las que salieron Amanda y
Suso. Cuéntame cómo se vive desde dentro el momento en el que entra información
del exterior, tanto positiva como negativa, ya que te llovieron los abucheos
pero te salvaste de varias nominaciones.
Pues
pensé que no lo tenía que estar haciendo tan mal cuando me salvé ante dos
grandes favoritos, y lo de los abucheos jamás lo entenderé.
¿Cómo
se lleva el retomar la vida en el exterior después de 74 días de encierro?
¿Cómo estás asumiendo el que te reconozca la gente por la calle?
No me ha costado nada adaptarme porque en
todo momento sabía dónde estaba y he tenido los pies en la tierra. Que la gente
me reconozca y se me acerque a darme su cariño me hace gracia y me encanta
porque jamás pensé que me pasase a mí.
Te
quejaste de no haber recibido el mismo trato que el resto de concursantes en El
Debate. Cuéntame cómo te sentiste y qué te gustaría explicar que no pudiste.
Claro que me quejé, aparte de no invitarme
a muchos debates y límites, y siempre invitar a los mismos, es que en las últimas
dos galas que fui, los dos últimos debates no tenía ni micrófono, mientras que
la mayoría sí, no tuve tercer grado, y siempre le dan protagonismo a los mismos
y ya cansa, porque yo puedo opinar más y mejor que ellos (Suso, Maite, Marta,
Raquel...).
¿Por
qué decidiste rechazar la entrevista en “Las Estrellas de Ro” con Belén
Rodríguez?
Es una señora que me ha estado poniendo a
caldo mientras he estado en la casa y riéndose de mí, y metiéndose con cosas
tontas como mi ortodoncia, entonces, decidí que no se merecía ni un
segundo de mi tiempo.
¿Volverías
a participar en Gran Hermano? ¿Qué cambiarías de tu paso por el programa?
Claro
que entraría, y actuaría exactamente igual, como yo soy.
Hay
dos tópicos que repiten muchos concursantes que son, que en GH todo se
magnifica y que te olvidas de las cámaras. ¿Tú lo has vivido también de esta
forma o has sido consciente de que estabas siendo grabada?
Sí
que te olvidas de las cámaras, sabes que no debes hablar de ciertos temas pero
ya está, y lo de que se magnifica, no más que en la vida real.
Quiero
mencionarte en una pregunta tu biografía de Twitter porque es, cuanto menos,
original: “No intentéis buscarme en
tiendas, soy un mueble de edición limitada... Si te parezco sosa échame
salecita... Cuenta oficial de Marina GH16”. ¿Cómo se te ocurrió ponerte
algo así? ¿Por qué crees que dentro de la casa no ha sido tan visible tu
sentido del humor?
Mi humor siempre ha estado ahí, pero le han
dado más importancia a otras cosas.
Excluyéndote
a ti, si en tu mano estuviese, quién de los 16 concursantes se hubiese llevado
el maletín de GH 16 y por qué.
Vera, Quique o Nied, simplemente porque han sido y son mis grandes hermanos y con ellos convivir ha sido súper fácil.
Vera, Quique o Nied, simplemente porque han sido y son mis grandes hermanos y con ellos convivir ha sido súper fácil.
Marina,
muchas gracias por habernos concedido esta entrevista.
Podéis
seguir a Marina en Twitter en @_MarinaGH16_
Y a
nosotros en @HablamosdeTv
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