El concurso está en una fase
decisiva y la estrategia se encuentra a la orden del día, todos la tienen
pero no todos la reconocen. La estrategia no
debe ser vista como algo negativo pero muchos la niegan en su beneficio, y
algunos juegos son más visibles y otros más sibilinos. Lo que tampoco contemplo
es que un estratega juzgue a los demás
por serlo porque llegamos al punto en el que se intenta manipular la
proyección que se da al público, tanto de los actos propios como de los ajenos.
La doble vara de
medir de algunos espectadores me hace mucha gracia. Cuando Carlos Lozano se ve implicado en una
estrategia se aplauden los movimientos y se llena la gente la boca para decir
que esto es un concurso, sin embargo,
cuando otros participantes la realizan en su perjuicio se habla de juego sucio. Otro ejemplo podría ser
que cuando Carlos Lozano utiliza los
momentos de directo para disparar
dardos envenenados en contra de todos sus compañeros se aplaude como una defensa oportuna pero, sin embargo,
cuando ante estos ataques los compañeros saltan para defenderse se habla de oportunismo… hombre, si os parece se
quedan callados ante la ristra de acusaciones que tienen que escuchar sin poder
pronunciar una palabra. Sinceramente, pienso que cualquiera saltaría. A pesar
de que también reconozco lo incoherentes que son los argumentos que algunos
utilizan para defenderse, pero al fin y al cabo, la reacción de hablar la entiendo.
Yo he defendido que Carlos
Lozano ha sido uno de los mejores
concursantes de esta edición, y lo
mantengo, porque como concursante ha dado momentos impagables y su estrategia ha destapado muchas caretas,
pero recalco, su estrategia. Lo que
detesto de un concursante es que trate de tomarnos el pelo a la audiencia.
Cuando un concursante vende,
constantemente, que no sabe hacer números y que juega de corazón me hace desconfiar porque eso no se dice, se
demuestra, y Carlos ha demostrado lo
contrario. Como espectador, me siento engañando cuando un concursante trata de convencerme de que juega con una baraja
distinta a la que tiene en la mano, y eso es lo que hace Carlos Lozano. Él tiene unas cartas en
la mano que jamás voltea, no las comparte
con la audiencia, pero juega con nuestra confianza para que creamos que nos dice la verdad con
respecto al mazo con el que realiza sus movimientos, sus cartas no son los
corazones pero nos vende tenerlos, sin embargo, como buen estratega, hace todo lo posible por conocer cuáles son las cartas de sus rivales, y
en los momentos más críticos de la partida los desvela ante el grupo y ante el
público para dejar en evidencia su juego.
Para los que digan que en la casa no saben cuándo están en directo, aclararles una cosa. Quizás no lo
saben con exactitud, pero lo intuyen
con clara facilidad. Primero porque, tanto en la casa como en plató, se
escuchan unos pitidos cuando se
encuentra cerca el arranque de la gala/debate/límite,
segundo porque se les solicita cambio de
pilas general y tercero porque se encienden unos focos que no son los habituales con los que conviven. Además, y
como es lógico, cuando el súper se dirige a ellos durante una gala, ya sea para
nominar, pedir alegatos,
posicionamientos, etc., se sobreentiende que esos momentos cruciales son emitidos en directo.
El problema no está
en jugar sino en negar el juego y vender a la audiencia una falsa realidad.
Ahora se está lapidando la estrategia que se montó para salvar a Dani Santos de la nominación, cuando la
primera semana de concurso fue Alejandro
el que dio sus puntos a Javi Tudela
para que pudiese gozar de ese mismo privilegio. Qué rápido se nos olvidan las
cosas…
Carlos siempre ha
jugado por libre y nunca ha sido parte de un grupo, algo que es totalmente
lícito porque el premio se gana de forma individual,
pero lo que no se puede hacer es camuflarte
como parte de uno para dejarlos en la estacada en el momento que más te
interese, traicionando su confianza al destapar ante todos las cartas que
tenían en la manga y vender tu santidad cuando has sido en muchas ocasiones
parte de ese juego coral.
Carlos Lozano sabe
mucho de televisión, ha presentado uno de los talent show más importantes
de la historia de la televisión, “Operación
Triunfo”, el cual tiene mucho de reality y donde también tenía su parte de
pizarritas para la salvación. En muchas ocasiones ha medido sus puntos a la
hora de votar, ha jugado con la distribución de cantidades y ha sabido nominar
según el momento en el que le haya tocado hacerlo, sabiendo quién lo había
hecho ya y quién quedaba aún por disparar sus puntos. Todo esto me parece
fantástico y lo admiro en un concursante, pero cuando me tratan de vender otra
moto para mí lo pierden todo.
Hay que tener en cuenta, también, que el no ser parte de un
grupo no te impide jugar. Carlos
tiene muy claro que todos los habitantes de la casa son sus rivales, TODOS, y a todos los tiene que
vencer. Sabe provocar situaciones
para generar conflictos que se podrían haber evitado, para situar en la picota,
cada semana, a un participante al que destruir.
Carlos Lozano es el mayor estratega de la edición.
Quiero aclarar que ser estratega no es algo negativo, no utilizo esta
definición de forma despectiva, sin embargo, Carlos y muchos de sus seguidores sí la utilizan como condena para
los demás, pues parece que el único con derecho a jugar es él. Carlos juega, nunca deja de hacerlo y
con quien más juega es con la audiencia.
Y para acabar, sólo quiero añadir que si Carlos
Lozano gana este concurso habrá sido por méritos propios, por saber jugar y
por saber aplicar su estrategia durante tres meses dentro de la casa. Será una victoria más que merecida,
aunque haya llegado a un punto en el que a mí su juego me produzca cierto
rechazo porque como espectador me siento engañado al ver que enmascara una realidad, pero alabo lo gran concursante que ha sido,
lo que nos ha hecho disfrutar y la responsabilidad que ha demostrado al conocer
en qué juego entraba.
Me parece que tienes bastante razón. Me gusta bastante y además él grupo de Fran, Ale y Carlos era él mejor. Y se ha separado por Carlos. De todas formas no puedo dejar de darle él premio a él ya que nos ha hecho disfrutar como nunca!
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