26 sept 2020

Los realities ya no se entienden sin las redes sociales

Las redes sociales son un nuevo medio de comunicación que está al alcance de todos y, en general, de manera gratuita teniendo conexión a Internet. Son una realidad. El ahora, porque hay quien todavía habla de son el futuro y yo veo que son el presente. Y cada vez han ido cogiendo más fuerza. Se nota que los programas de televisión hacen un esfuerzo por tener vínculo con ellas y unos lo logran con más éxito que otros. Probablemente, quien mejor las ha sabido utilizar hasta ahora haya sido la nueva generación de “Operación Triunfo” que supo escuchar muchas de las peticiones y ofrecer ese sistema que jugaba constantemente con la viralidad del contenido que fue clave de su éxito en el regreso del formato. Pero, aun así, siento que les queda mucho partido por sacarles y veo que otros realities importantes, como “Gran Hermano”, no ha sabido acercarse de la misma manera al público virtual a pesar de sus intentos.

Puedo comprender que, al fin y al cabo, una producción en una cadena privada busca sacar la mayor rentabilidad económica posible al formato pero considero que los beneficios que se obtienen ofreciendo ciertos servicios de manera gratuita al espectador, estando promocionados por distintas marcas publicitarias, llegaría a ser más rentable que capar ese contenido para convertirlo de pago, poniendo trabas a los espectadores para su acceso y cabreando las masas que, realmente, tampoco tiene ningún tipo de obligación de consumirlo y corres el riesgo de que cierta parte del público que lo vería decida no hacerlo o no engancharse tanto, con la consecuente bajada de interés por salvar o expulsar a los concursantes en la que también se puede perder un tirón económico importante al reducirse el número de SMS y llamadas telefónicas que fluctúan en las votaciones. Para las cuales, también juegan poco con las redes, cuando son éstas quienes generan mucho dinero movilizando todo tipo de argucias para salvar a sus favoritos con el tema de las recargas, sorteos y demás.

Hay gente en las redes sociales que comentan el programa con un criterio y una repercusión incluso mayor que cualquier colaborador o presentador de la cadena. Efectivamente, lo sacas de ese espacio y son personas que no son famosas ni conocidas. Pero en el mundo de las redes los roles cambian. Hay otro mundo. Y el público decide a quién seguir. Las redes generan identidad y son mucho más democráticas porque el espectador elige. Sin embargo, en televisión si yo quiero ver un reality me lo tengo que comer con lo que haya porque no tengo medios para anular la presencia de determinadas personas que no me agraden. En redes, bloqueo o simplemente no sigo a una cuenta, y ya está. Y el tirón que tienen estas personas nunca han sabido canalizarlo a su favor.

Creo que el error muchas veces está en la pretensión de cruzar los dos mundos enfocándolos de la misma manera y eso lleva a que no haya demasiado éxito. Que por supuesto hay quien funciona de maravilla en ambos, pero hay que entender qué es lo que está demandando un público y qué demanda otro. Las redes sociales considero que hoy en día son uno de los mayores canales de publicidad, tanto positiva como negativa, y posteriormente lo que se ha hablado en redes sociales sobre un reality se convierte en una representación de lo que se comprende que opina la audiencia mayoritaria, con lo cual, estas reacciones del público posteriormente acaparan titulares en todos los medios digitales. Y a lo mejor algunos piensan aquello de “que hablen mal o bien, pero que hablen…”. Y hasta cierto punto esto puede ser bueno, pero digo yo que si hablan bien pues será mejor. Con lo cual, el trabajo de redes sociales pienso que requiere de mayor inversión económica, creativa y laboral. No basta con ir colgando tweets con la información que todos ya vamos obteniendo por otros medios e inventarse un hashtag. Que no está de más, pero no es suficiente.

Igual os parece una broma, pero las redes sociales enganchan tanto porque al final tienen ciertos puntos en común con los realities. La gente entra a hablar, a compartir, a lucirse, a desahogarse… Hay un punto de ese egocentrismo y exhibición que tienen los participantes al entrar en el concurso donde todo el mundo les mira. Y tu opinión, tu foto, tu vídeo o tu noticia va a ser observada con lupa y juzgada sin contemplaciones. Por supuesto, la opinión de las redes debe ser relativizada porque la fuerza de respuesta cada vez es más dura principalmente en Twitter, donde la limitación de caracteres te hace tener que lanzar tu mensaje de manera tajante para llegue lo que quieres decir, se comprenda y genere impacto. Pero todo eso se termina convirtiendo en entretenimiento y en espectáculo por sí mismo. Y la gente te sigue para ver qué es lo próximo que sueltas al respecto.

Igual que Telecinco tiene la gran capacidad de utilizar a todos los programas de la cadena como satélites del reality principal, para darle voz y repercusión, no han sabido generar este mismo juego en las redes sociales donde hay un público bastante fiel a este tipo de formatos y que en muchas ocasiones han disparado la popularidad de algún participante que habían dejado olvidado. Sin ir más lejos, el caso de Adara Molinero ha sido más que evidente, pues ella concursó en una edición de Gran Hermano que no tuvo demasiado éxito. Sin embargo, por sí misma conquistó a mucha gente, entre los que me incluyo, y empezamos a pedirla con una fuerza tremenda en las redes para lograr su regreso a televisión. Durante tres años no se habían acordado de ella, pero decidieron escucharnos, y ese regreso hizo que terminásemos haciéndola ganadora de GH VIP 7 y que se convirtiese en uno de los rostros más codiciados de la cadena ya que, en el último año, no ha parado de hacer colaboraciones, tanto ella como todo su entorno.

Y es que en un principio las redes se podían utilizar para realizar cierto testeo de lo que más había podido gustar de un programa, qué era lo que más repercusión había tenido en los trending topic o para lanzar llamadas de atención al público a poner la tele al publicar lo más relevante de lo que estaba sucediendo. Pero cada vez estoy más convencido de que el mundo reality sin las redes sociales ya no puede concebirse. El público de realities en España siente muy suyo el concurso, sobre todo ocurre con “Gran Hermano”, y pienso que las posibilidades de interactividad que tenemos en nuestras manos no se deben utilizar de la misma manera que se podría hacer cuando se hacía tele tradicional. Hay que dar un contenido a ese público que se reúne en redes a hablar de un programa porque aparecen con unas inquietudes distintas al público que simplemente coge el mando de la tele y la mira. El de las redes, además del mando, tiene un móvil constantemente en la mano. Un móvil que es lo primero que miran al abrir los ojos y lo último que miran cuando se van a dormir. ¡Y el que no sepa tener un teléfono que le quiten el teléfono! Y no lo digo por los espectadores.

Bueno, y ya que estamos, sígueme en mis redes sociales :P

1 comentario:

  1. Es cierto que ADARA impactó en GH17, había chicas muy guapas pero ella supo enganchar, su sonrisa,sus ojos, el pelo tan bonito q tenía ahora se lo ha echado a perder lo tiene totalmente quemado una pena. Lo demás me encanta .

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