La conocimos cuando decidió concursar en la segunda edición del reality más famoso
de nuestra televisión, “Gran Hermano”,
en el año 2001, donde se enamoró del que hoy en día es su marido y padre de sus
hijos, Carlos Navarro. Su afición
por la lectura la llevó a comenzar a escribir, consiguiendo hacer posible uno
de sus sueños, publicar su propio libro, “Cianuro
y Chocolate”. Hoy, ‘Hablamos de Tele’
y de literatura con Fayna Bethencourt.
Fayna,
a ti te conocimos gracias a tu participación en la segunda edición de Gran
Hermano. ¿Qué te llevó a presentarte al programa?
Hay que recordar que G.H. era un formato
totalmente nuevo en aquellos años e iba dirigido a personas que quisiesen vivir
una experiencia única hasta el momento. El programa me enganchó como
telespectadora y quise saber qué se sentía al vivir en aquella casa. Además,
pensaba que una plataforma como aquella, supondría una buena oportunidad para
conseguir dedicarme al mundo de la actuación, que era mi sueño en aquel
entonces.
Han
pasado muchos años desde tu participación en el reality, donde conociste a
Carlos, con quien has formado una familia. ¿Viendo el paso del tiempo y lo que
el concurso ha traído a tu vida, cómo valoras la experiencia?
Gran hermano fue determinante en mi vida ya
que en él conocí al que es hoy en día mi marido y padre de mis dos hijos, así
que no puedo valorar mi paso por ese concurso como una simple experiencia, sino
como una parte de mi vida muy importante.
¿Actualmente
sigues Gran Hermano? ¿Qué opinas del reality que tú viviste y la evolución que
ha sufrido el formato?
Me temo que el Gran Hermano de hace quince
años poco tiene que ver con el actual, pero con esto pasa como con algunas
series de televisión, las primeras temporadas son tan diferentes de las últimas
que llegan a parecer series distintas. En lo que se refiere a seguir el
programa, no lo hago, pero es que no suelo ver la programación habitual. En
casa vemos muchas pelis y series, eso sí. ¡Bueno, sin olvidar los dibujos
animados!
¿Qué
aprendiste del mundo de la televisión en el tiempo en el que te dedicaste a
ella?
Aprendí cosas del mundo de la televisión no
tan sólo mientras estuve en ella, sino cuando dejé de trabajar allí. Hace tan
solo unos días, durante una firma de “Cianuro y chocolate”, me pusieron al lado
de un youtuber bastante famoso y la cola que tenía frente a él para firmar su
libro era kilométrica, muy diferente a la que yo tenía en frente, he de decir.
Me hizo mucha gracia e incluso disfruté de ese momento ya que fue como vivir
esa situación en el anverso del espejo. Hace años, cuando salí de G.H., era yo
la que tenía colas kilométricas para firmar autógrafos, recordemos que en aquel
momento Gran Hermano era todo un fenómeno mediático y en cambio ahora que he
hecho algo más que salir en un programa de tv, no lleno locales, ni salgo en
programas de audiencias demenciales. Pero eso está bien, porque es bueno tener
distintas perspectivas de cómo funciona todo esto. Sólo puedo decir, que me
siento más a gusto frente al brillo que desprende la pantalla de mi ordenador
cuando escribo, que bajo la luz cegadora de los focos de los programas en los
que solía participar.
También
te vimos concursar en la segunda edición de La Isla de los FamoS.O.S. ¿Fue
quizás una de tus experiencias más duras en televisión?
La isla de los famosos fue, entre otras
cosas, una experiencia algo agotadora en lo que a la parte física se refiere.
Pero por otro lado, me hizo darme cuenta del gran teatro que es la televisión a
veces.
¿Cómo
lleva una persona desconocida el saltar del total anonimato a la fama, de un
día para otro, y más en los niveles de audiencia que se movían los realities en
el momento que tú participaste en ellos?
Al salir de la casa vivimos momentos de
auténtica locura, en lo que a ser un personaje conocido se refiere. La reacción
ante esta fama es distinta en cada persona, pero en nuestro caso fue la de
aislarnos de todo aquello, y hablo en plural porque no puedo separar mi
experiencia personal de la de mi marido, quien ya en aquel entonces era mi
compañero inseparable. Evitábamos los sitios públicos e incluso nos planteamos
irnos de España durante una temporada. Suena paradójico, pero es así. Cuando no
estábamos en los platós, huíamos de las muchedumbres.
¿De
qué forma ha afectado, positiva o negativamente, esta fama a tu vida
profesional? ¿Sientes que hayas tenido que luchar más que otros para alcanzar
un hueco en el mundo de la literatura y ser reconocida como escritora?
Gran Hermano es un programa genial para
conseguir publicidad si quieres montar un negocio nocturno, hacer bolos o
recorrer los platós de los diferentes realities de la televisión nacional, pero
es absolutamente contraproducente si quieres dedicarte a algo que no tenga que
ver con nada de eso, como es el caso de la literatura.
Aprendí a leer siendo muy pequeña, y
recuerdo pasar días enteros sentada en un rinconcito leyendo sin parar. Hasta
que me di cuenta de que además de leer historias que me gustasen, también podía
crearlas. Entonces comencé a escribir. Tendría unos siete años, en aquel
entonces vivía en Francia y recuerdo que mi maestra en más de una ocasión, me
permitía leerle a mis compañeros de estudio alguna de mis historias, unos
minutos antes de que se acabase la clase.
¿Cómo
te llega la oportunidad de publicar tu primera colaboración literaria?
Las redes sociales tuvieron un gran peso a
la hora de entablar amistad con personas con gustos literarios afines a los
míos. En ese medio es dónde conocí a una escritora que, tras leerme, me invitó
a participar en una antología que ella se encargaba de coordinar.
Ahora
ha salido tu primer libro en solitario, “Cianuro y chocolate”. ¿Cómo nace este
proyecto?
Las historias que componen “Cianuro y
Chocolate” no nacieron para ser publicadas, o al menos ese no era mi objetivo
al escribirlas, pero al recopilarlas me di cuenta de que todas ellas formaban
una sola historia que contar. Fue cuando este recopilatorio de cuentos
envenenados llegó a ciertas manos, cuando finalmente tuvo la oportunidad de ser
leído por tanta gente.
¿Qué
podemos encontrar en “Cianuro y chocolate”? ¿Qué te lleva a escribir una
historia de terror?
Cianuro es la suma de muchos relatos que
versan sobre un mismo tema. La maldad que duerme en el ser humano es un terror
del que no se puede escapar. Tan solo me limité a retratar la oscuridad que
todos llevamos dentro, bajo distintas perspectivas y en distintas situaciones.
Lo que se encuentra entre las páginas de Cianuro, no es más que lo que corre
por las calles y las venas de muchas gentes y lugares.
El
título me llama muchísimo la atención porque combinas algo tan dulce como el
chocolate con algo tan letal como el cianuro. ¿Qué te llevó a elegirlo? ¿En el
libro encontraremos estos sentimientos encontrados?
La vida se compone de luz y de oscuridad,
de dulce y amargura. Normalmente, solemos distinguir entre una cosa u otra,
incluso parece fácil, ¿pero qué pasa cuando las dos cosas se confunden? Ahí es
dónde nace Cianuro y Chocolate.
¿Qué
tiene “Cianuro y chocolate” de Fayna Bethencourt? Es decir, tiene tu sello
porque lo has escrito, pero qué tiene de fantasía y qué tiene de sentimientos
reales o vivencias personales que dejes entrever.
En los relatos que componen Cianuro, hay
imaginación, hechos vividos, algún hecho escuchado en los medios y hasta un
pequeño homenaje al cine de terror que más escalofríos ha despertado en mí.
Hay
un fragmento de la sinopsis que dice: “Los monstruos de verdad no viven en
cuevas ni salen de ningún ataúd. Ellos te sonríen y te tienden la mano, o te
miran desde el espejo donde ves reflejado tu rostro cada mañana.” Es muy dura
esta advertencia, que pensándolo en frío en algunas ocasiones puede ser real,
de que los auténticos monstruos pueden encontrarse en tu entorno más cercano,
incluso serlo tú mismo. ¿Qué piensas de esto? ¿Vamos a entender, aprender y
reflexionar con tu libro o simplemente es una cuestión de sentir el miedo y no
poder dormir por las noches?
Cianuro no pretende ser una lección de
vida, pero me gusta pensar que tiene una especie de moraleja o advertencia que
todos deberíamos tener en cuenta, y es que el horror no siempre viene de cara,
ni es feo o repulsivo. Los monstruos más terribles se suelen acercar a ti con
una sonrisa.
Entre
la gente que haya tenido la oportunidad de leer ya tu libro y te hayan dado su
opinión, ¿qué es lo que más se repite en sus reacciones?
A nivel personal, mi libro tan sólo me ha
traído satisfacciones. La acogida que ha tenido entre los lectores ha sido
maravillosa y no puedo estar más agradecida a las personas que han disfrutado
con mis historias y me han hecho partícipe del buen rato que han pasado.
¿Tienes
en mente algún nuevo proyecto literario de cara a un futuro?
Acabo de participar en una antología
benéfica llamada “La cosecha del arco iris”, junto a un montón de estupendos
autores e ilustradores. Y dentro de poco estará en la calle otra antología
benéfica en la que también aporto mi granito de arena en forma de relato. He de
decir que ambas versan sobre temáticas completamente distintas a la de “Cianuro
y Chocolate”. En cuanto a proyectos en solitario, bueno, sólo diré que ya estoy
trabajando en ello.
¿Volverías
al mundo de la tele o participarías en algún otro reality show si te lo
ofreciesen? ¿Es una experiencia que te gustaría repetir o es un apartado de tu
vida que cerraste y dejaste atrás?
La tele es para mí, como esa vieja foto en
la que uno sale con un peinado y unas ropas de hace más de una década y uno no
puede evitar mirarla con ternura pero sin ganas de volver atrás.
Para
ir acabando te voy a pedir que seas un poco consejera. ¿Qué le aconsejarías a
un chico o una chica de 19 años, como fue tu caso cuando entraste en ‘Gran
Hermano’, que quisiese participar en un reality?
Lo primero que haría, si una persona joven
me dijese que quiere entrar en GH, sería preguntarle el porqué. Mi respuesta
iría acorde a los motivos que me diese para querer entrar.
¿Y
qué le aconsejarías a una persona que tenga el sueño de dedicarse a la
literatura y sienta que no encuentra oportunidades?
Lo único que puedes hacer si te gusta
escribir, es seguir haciéndolo. Las oportunidades si han de llegar lo harán,
pero nunca dejes de hacer lo que te gusta.
Fayna,
muchas gracias por haber pasado por el blog. Te dejo este espacio para que
puedas añadir lo que quieras a la entrevista y te deseo mucha suerte con tus
proyectos. Estoy deseando leer “Cianuro y chocolate”.
Muchas gracias por contar conmigo para esta
entrevista y si lees “Cianuro y Chocolate”, será un placer conocer tu opinión.
Es un placer intercambiar pareceres con los lectores, sobre las historias que
componen el libro.
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