Antonio Tejado
tuvo que abandonar el concurso por su dolencia, dejando cerradas todas las
bocas que cuestionaron la realidad de su daño, a las cuales me gustaría ver pedir
perdón con tanto ímpetu como juzgaron; Miriam
fue expulsada por el público, por lo que se trasladó a vivir con Yurena a Isla Itinerante y vivieron la
noticia como si se encontrasen en un velatorio; Finalmente, Víctor y Dulce repiten como nominados
del grupo fuego por tercera semana consecutiva, enfrentándose en la palestra a Dioni y Mario por parte del grupo agua.
Algo que me parece,
cuanto menos, curioso es que Mila
Ximénez no salga nominada. Ni siquiera viéndola mal, llorando cada día y
activando un protocolo de abandono cada diez minutos, superando sorprendentemente
a Víctor Sandoval que es experto en
este tipo de protocolos, son capaces de darle un voto a ella. Todo lo
contrario, prefieren ir a por Dulce
con acusaciones bastante cuestionables y que podrían ser atribuidas en mayor
medida a Mila.
En el equipo fuego
se palpa el miedo por pronunciarse,
sobre todo por pronunciarse con una opinión contraria a la que pueda dar Mila. Muchos han optado por vivir el concurso
a la sombra de la colaboradora de “Sálvame”,
para resguardarse las espaldas, usarla a ella de parapeto y salvar semanas sin
ningún tipo de implicación ni mérito propio en el juego. Y todos ellos han
hecho de Dulce una víctima.
Me da igual si fue antes el huevo o la gallina, es decir, si fue antes el ataque o que Dulce
fuese la que decidiese distanciarse
del grupo, ya sea porque es una mujer más solitaria o porque no se sentía
cómoda compartiendo mucho tiempo con los compañeros que les ha tocado vivir, lo
que está claro es que el avasallamiento constante al que la tienen sometida no
es justo. Es una vergüenza. Ni
siquiera tuvieron el respeto y el compañerismo de felicitarla cuando se salvó
de la expulsión.
Todo lo que haga Dulce
puede ser cuestionado sobre todas las cosas, hasta límites realmente patéticos,
ya que no vi ni medio normal el pollo monumental que le formaron por usar el papel higiénico, señores, EL PAPEL HIGIÉNICO. Están en una
convivencia de un grupo de ocho
personas pero la culpable de que se gaste el papel higiénico es Dulce, por supuesto, no podía ser de
otra forma.
También tiene que aguantar acusaciones del tipo que no cuida el fuego porque está dormida,
comentario absurdo donde los haya, ya que si el equipo ha acordado hacer turnos
nocturnos para mantener el fuego, lo lógico es que las personas que están
despiertas, cuando llegue su momento de acostarse, despierten a los siguientes
porque una persona que está dormida no es consciente de despertarse en el
momento preciso que le corresponde sin ningún estímulo externo, y menos alguien
que está tomando una medicación por sus
problemas de espalda.
Y en este machaque no faltan los reproches de que no hace
nada o de que busca las cámaras
para actuar. Las imágenes hablan por sí solas y es cierto que no he visto a Dulce haciendo grandes labores de
supervivencia pero las personas que la acusan son, precisamente, quienes tienen
al grupo a su servicio, porque yo he visto cómo a la señora Mila Ximénez hasta le llenan la taza de
isotónico porque ella no puede. Y si hablamos de buscar la cámara, son Mila y Víctor Sandoval los que aprovechan su presencia para lanzar pullitas y
tratar de hacerla saltar, se marcan monólogos de infarto, francamente sucios, y
atraviesan los límites del surrealismo y la caricatura en las discusiones
absolutamente absurdas que provocan para tener minutos de pantalla.
Pasando ahora a hablar de los nominados (Dulce, Víctor, Dioni y Mario), me gustaría que esta
semana hiciésemos un “tocado y hundido”
con Dioni, trayéndolo así directamente para España, pues lo más probable sea que cuando el próximo expulsado
llegue a Isla Itinerante se abran
teléfonos para decidir qué dos continúan en la aventura y quién es
definitivamente expulsado de Supervivientes
2016.
Dioni es un
concursante que infravalora el esfuerzo de sus compañeros, juzga su trabajo y
cuestiona cada paso que dan sin él mover
un dedo. Me pareció fatal el desprecio que se le hizo a Yola por equivocarse con la cocción del
arroz, cuando ella lo hizo con su mejor intención y de los errores se aprende,
pero al menos intentó ofrecer soluciones al grupo y no críticas. Por otro lado,
muy sucio me pareció la traición de
Dioni a Cristian, en vez de tener una conversación tranquila con él y
llegar a un acuerdo, fue a cuchillo en su contra amenazándolo con la nominación
y cumpliendo su amenaza, por haber tratado de hacer fuego sin su presencia.
Una cosa es ser líder
de un grupo, alguien con dotes de mando, con sentido común para la organización
y que aporte calidad a la supervivencia, y otra ser un gobernante, como si por sus manos tuviesen que pasar todas las
decisiones sin que él sea capaz de mover un dedo en beneficio del grupo y todas
sus aportaciones sean críticas destructivas.
También quiero decir que me parece fascinante el tándem que
hacen Yurena y Miriam, y estoy
deseando ver cómo subsisten sin la ayuda de Víctor, el garífuna. Si la semana que viene ven que deben volver a
quedarse otros siete días solas volveremos a vivir otro drama de velatorio
fantástico. Creo que tenemos que hacerlas espabilar y que ellas se vean
obligadas a cambiar el chip, a
tratar de disfrutar de la experiencia y a empezar a valerse por sí mismas como
supervivientes. Me parece muy interesante ver la evolución que puedan tener en el concurso, por lo que la semana que
viene hagamos con Dioni un “tocado
y hundido” y para España.
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