Después de tres semanas de concurso, al fin, hemos vivido la
primera expulsión definitiva de la edición, la de Dioni, frente a Yurena y
Miriam que continuarán juntas en Isla
Itinerante. Los nuevos nominados de esta semana son: Por parte del grupo
agua, Mario y Cristian, y por parte
del grupo fuego, Víctor y Mª Carmen.
Los grupos, a partir de ahora, vivirán en una misma playa pero separados en dos
zonas, el lado oscuro y el claro, sin que puedan tener ningún tipo de
comunicación.
Hoy me gustaría hablar de Yola Berrocal, una de las pocas concursantes que está logrando
conquistarme en esta edición, pues cada día nos demuestra más sus ganas de
vivir esta experiencia y que en todo lo que hace actúa con el corazón en la
mano.
Me alegré muchísimo de que fuese ella la vencedora de la prueba de líder, en una dura prueba de
resistencia abdominal, donde venció a los que, en teoría, se encontraban con
las aptitudes como para hacerlo, los machitos
de gimnasio. Me fascinó ver cómo una mujer de 45 años ganaba en esta prueba, puramente física, a dos chicos de poco más de veinte que presumen de
músculos por encima de cualquier otra cualidad en la vida. Al igual que lo
hizo Carla por parte del equipo
fuego, frente a otro perfil de las mismas características.
Yola es nobleza,
sabe ganar y perder con una deportividad fascinante, se entrega y vive la
experiencia con el alma, compartiendo sus alegrías y sus penas con el
espectador… es un ejemplo de
concursante.
Creo que Yola
está siendo muy injustamente juzgada por el grupo, la cuestionan por sus
sentimientos y la infravaloran como compañera, poniendo siempre en solfa su
capacidad intelectual, sin embargo, ella les da un baño de inteligencia a todos
sus rivales y, prácticamente sin pestañear, usando argumentos incuestionables,
es capaz de sobreponerse al daño gratuito al que la está sometiendo el grupo. A
mí me ha conquistado y mucho
deberían cambiar las cosas para que le retirase mi apoyo, debería decepcionarme
para verme obligado a ello. Es pronto para hablar de ganadores, nunca corono
con tanta rapidez a un concursante, pero sí espero que llegue lejos en este
concurso. Quizás se marque un tres de tres, haciendo el pleno en victoria en
los realities en los que participa, pero eso ya lo veremos más adelante.
Estando Mila de por medio…
Es bastante lamentable observar cómo tratan de ridiculizarla
públicamente, pinchando en los sentimientos que pueda tener por Mario o haciendo gestos tan poco
respetuoso como los que hizo Suso
mientras ella trataba de defenderse. Es una vergüenza. Pero vamos, qué vamos a
esperar de un chico así, es lo que vimos en GH y no podía ser menos en Supervivientes.
Faltas de respeto por doquier, rabietas de bebé y poca educación ante sus
compañeros y ante el equipo. Que agradezca La
Inspectora a la que le revoleó el saco que no la amenazase con romper las cámaras o volcar las palmeras de
la isla, como ya vimos en GH que advertía a la organización con hacer lo
propio con la mesa de billar.
Suso tiene la
capacidad de destruir la imagen del los compañeros a los que se acerca y,
rápidamente, considera “hermanos”.
En GH lo hizo con varios de ellos,
que pagaron las consecuencias con una merecida en expulsión, y en Supervivientes está consiguiendo lo
mismo con Jorge, Cristian y Steisy,
que se están situando en el punto de mira de los espectadores.
También es cuestionable si este tipo de actitudes sólo vamos
a criticarlas de Suso o también
podemos mencionar a Mila, porque me
parece que Jorge Javier Vázquez se está
saliendo del tiesto con la defensa a su amiga. Yo puedo entender que les unan
lazos de amistad y que sean compañeros de trabajo, pero si no se ve capacitado
para presentar el programa con cierta objetividad que deje de hacerlo. Pienso
que hace un buen trabajo, pero es inadmisible que sea absolutamente incapaz de
ser crítico con ella y que todo sean palabras de ánimo, sin juzgarla por el
mismo rasero que al resto, llegando a cuestionar la profesionalidad y el trabajo de Lara Álvarez al desacreditarla
por una decisión que tomó la presentadora durante la realización de un juego,
donde él hablaba de injusticia y de que el equipo agua debía ceder su
recompensa al fuego. Estuvo totalmente fuera de lugar y, si lo que quieren es
darle más comodidades a Mila, que se
las den sin burlarse del espectador. Precisamente, este año no se puede hablar
mucho de que los concursantes estén pasando penurias, pues comparándolo con lo que han pasado los supervivientes
de pasadas ediciones, bien podríamos decir que, se encuentran de campamento de verano más que en una
supervivencia.
Cerrando con las nominaciones de esta semana, quiero decir
que me encanta que Yurena y Miriam
se hayan repuesto y hayan logrado cargar sus pilas para seguir luchando. Me
encanta cuando un concursante se enfrenta a sus miedos y logra superar las dificultades que les plantea el reality,
deseando seguir compitiendo. Las dos solas, en Isla Itinerante, nos están ofreciendo un espectáculo maravilloso,
casi un reality paralelo muy divertido. Miriam
ha pasado de ser como “una sanguijuela” que absorbe las energías y los
alimentos del resto para alimentarse ella, a saber valerse por sí misma y
conseguir sacar lo mejor de Yurena a
relucir. Un 10 para las dos, por lo que la semana que viene el expulsado que
vuelva a serlo para venirse directo a España,
como hemos hecho esta semana con Dioni.
Y yo diría, hasta luego Mari Carmen
porque, a pesar de ser poco querida por el grupo, ella no es capaz de revelarse
ante las injusticias sino que se sitúa como una de las mayores palmeras de Mila… ay, Mari Carmen, con lo bien que empezaste la edición, nominándola…
Por otro lado, el conflicto de Mario y Cristian tiene que desembocar de alguna forma, por lo que
de momento me interesa que se queden ambos y, más adelante, cuando estén
confiados, marcar la sentencia. Y el cuarto en discordia, Víctor Sandoval, que siga quejándose y desquiciando al grupo. Si se
quiere ir que abandone él, pero no es nuestra función sacarlo y complacer sus
deseos.
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