Sé que habrá gente que no lo entienda. Algunos medios de comunicación lo definen de boicot. Yo sólo lo veo como el reflejo
de la pasión de auténticos fieles de Gran Hermano que sienten que
se les está dando de lado, que no se les está escuchando y que han decidido
decir “basta” a la destrucción del formato. Es lícito
seguir viéndolo, de hecho, como he dicho alguna vez no descarto algún día ver
algo de GH Revolution como quien ve un
programa cualquiera, sin implicación, pero eso sólo representa la destrucción del significado real de nuestro programa. Lo que se está haciendo no es GH. Y como espectador ayer quise volver a vivirlo y lo
conseguí, por eso me sumé a “darle la vuelta” a la emisión con la
iniciativa que se movió en Twitter de ver la gala de estreno de la edición más valorada por los fans
del formato, la 12+1.
No sé si pensar que la
vida es irónica o que las casualidades no existen, pero quien vio anoche
aquel estreno pudo darse cuenta enseguida de las coincidencias que de repente aparecían como reclamo de la edición
que se hizo hace cinco años con la que se está haciendo en la actualidad. Una forma de venderlo tan parecida y un
resultado tan distinto…
Ya se hablaba entonces de revolución, de la cámara 360
grados, vimos la que yo considero la
casa más bonita de la historia de Gran Hermano en la que, por cierto, también
la cocina se encontraba separada del salón y ¡volvía a tener piscina! Pero aquello se trataba de otra historia.
Sonaba la sintonía,
se abría la puerta de “Gran Hermano”
y aparecía Mercedes Milá para darnos
la bienvenida. El plató se caía abajo. Y los pelos se me pusieron de punta a
pesar de saber que aquello ya era parte del pasado. Fue emocionante al tiempo que triste porque todo ese movimiento que hicimos era una lucha,
una reivindicación por ser escuchados, para que los responsables del programa
viesen que no estábamos dando de lado
Gran Hermano pero que veíamos lo que sentíamos como tal. Por eso me parece
tan desacertada la palabra boicot
porque nosotros al formato no queremos hacerle daño. Pero sí sentimos que nos lo hacen a nosotros como espectadores
teniéndonos absolutamente anulados porque, nuevamente, como he leído por
redes sociales, no se nos hizo ni una mención en la gala de todo lo que se está
movilizando.
Se me encogió el corazón cuando se hacía un anuncio por el
que habíamos luchado muchísimo y por el que ahora nos ha tocado volver a
hacerlo… El 24 horas. A Mercedes se le llenaba la boca al poder
compartir la noticia: Íbamos a tener un
canal 24 horas de Gran Hermano,
gratuíto, en Internet. Sin interrupciones. Y todo era posible gracias a la
plataforma de mitele. ¡Qué cosas!
Parece que hace 5 años había más
evolución y revolución que hoy en día.
Hablando de luchas, también se luchó por que los ex concursantes tuviesen lugar en ese plató.
Se iba a instaurar una grada en la que ellos tuviesen voz y aportasen su
opinión en el desarrollo del concurso. Algo que era maravilloso porque al
tiempo que dabas paso a la nostalgia permitiéndonos
ver y recordar a gente que nos había hecho vibrar en años anteriores, quién había
mejor que los propios protagonistas de esa experiencia para empatizar con las emociones de los participantes que se encontraban dentro. Una idea redonda que también desapareció.
En la gala no paraban de sorprendernos. Cada grupo de
concursantes entraba de una forma distinta a la casa: Unos lo hicieron
literalmente dados la vuelta, otros
a través de una cocina inclinada,
otros en un dormitorio en miniatura
y otros a través de una representación del Arca
de Noé. Todos ellos eran personas
normales, de la calle, con los que cualquiera nos podíamos identificar. No
los veíamos ansiosos de fama. No venían del mundo de la tele, no eran un perfil
viceverso ni parecían buscar querer acabar allí. De hecho, el tiempo demostró
que no acabaron allí.
No sólo la forma de entrar era lo sorprendente sino que no
nos iban a permitir despegar la mirada de la televisión. El plató era impresionante y tenía una sala insonorizada… Gran
Hermano tenía un plan. Cada semana un +1
se incorporaría a la convivencia. Que la edición se llamase GH 12+1 iba más
allá de una superstición de Mercedes
Milá, se elaboró entorno a eso una de las mecánicas más deliciosas de la historia del formato
con una recta final irrepetible e inesperada.
También se anunciaba que iban a subastar una plaza como concursante. El dinero que se pagase por
entrar en Gran Hermano iría destinado íntegramente a Cruz Roja. Esto también lo echo de menos… GH siempre fue una puerta a la visibilidad y ayuda para las causas
sociales.
Poco a poco han ido destruyendo todo el sentido de este
programa sin que nos demos cuenta… bueno, igual no nos hemos querido dar cuenta y hemos ido tragando cada pequeña
involución para no dejar de verlo, para no abandonar nuestro programa… Pero a
muchos ya nos han tocado la fibra cuando han decidido seguir dando pasos en su
destrucción y no permitirnos acercarnos a la
vida en directo. Eso ya no existe. No podemos mirar por la cerradura de la
casa más famosa de España. No hay canal
24 horas y todo ha estallado.
Puede que nos encontremos ante un gran casting pero no nos están permitiendo conocerlo. Y el resto
ya pasa a un segundo plano, por lo que hoy no me voy a detener a entrar en la labor del presentador, en los
colaboradores que siguen en plantilla frente a otros importantes que han caído
o en la mecánica que han planteado para este Revolution.
La revolución no está
en GH, está en las redes. Porque las
redes somos Gran Hermano y por eso ayer volvimos a sentirlo. Yo espero
volver a verlo por televisión. Espero que GH vuelva a ser Gran Hermano. Lo pido a la organización, lo suplico y
nuevamente les tiendo mi mano para remar a favor de este formato. Porque
sólo la tendrán para remar a favor de este formato. Siempre. Y me apena mucho ver
la estrepitosa caída que está teniendo. Me llena de impotencia. Es como ver
ahogarse a alguien, saber que hay un salvavidas, incluso un barco donde
montarlo, y que no te permitan poder ayudarlo.
Parece que volvió el 24h!!
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