Supervivientes 2015
prometía ser una edición con muchas novedades,
de hecho tuvo que retrasar su estreno
porque los preparativos no estaban listos, pero cada vez el desencanto es mayor respecto a éstas,
teniendo los propios concursantes
esta misma sensación.

Respecto a El Debate
de plató tampoco me terminó de convencer. Por un lado hay que señalar que Raquel Sánchez Silva estuvo de 10, principalmente
en la entrevista con Rasel, pero veo
muy necesario parcelar los programas.
Un reality show no es “Sálvame Deluxe” y ayer teníamos a Mila Ximénez y a Lydia Lozano como colaboradoras, lo que ya introduce la atmósfera
de “Sálvame”, atmósfera en la que entran
el resto de colaboradores porque empiezan a chillarse sin sentido y a producir un caos en el que es imposible entender lo que están discutiendo.
Además, el reparto de la palabra fue
muy desigual, ya que prácticamente no escuché la opinión de Ares Teixidó o Daniela Blume.
Respecto al contenido que se llevó a debate encontré muy poco análisis. Eché muchísimo de
menos a expertos en el mundo del reality
como Belén Ro, Carmen Alcayde o Manu Berástegui,
entre otros. Lo que vimos fue a Chiquetete
dando ánimos a Carmen Gahona, la
cual ni siquiera es concursante pero con sus visitas de tres horas al día a la
isla ha conseguido ser más protagonista que los propios participantes, además
de ver cómo Alberto Isla aparecía en una sala para hablar de Chabelita y promocionar su estreno como
tronista en “Mujeres y Hombres y
Viceversa”.

Quiero acabar
pidiendo cambios. El casting es muy bueno y se puede hacer una gran edición, espero que la mecánica y el enfoque que se le está dando a los debates no empañen las tramas, sin permitirnos
disfrutar de SUPERVIVIENTES.
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