Los concursantes llevan tratando de sobrevivir apenas una semana
y media pero en las dos islas se han generado dos grupos muy diferenciados, llegando al punto de negarse a compartir la comida. Los ánimos están muy
crispados, y aunque tratan de vendernos que son un gran grupo de supervivientes
yo me posiciono en el extremo opuesto, pues llega a darme vergüenza ver el comportamiento que están teniendo entre sí en una
situación tan límite.
Parece que a los participantes hay que agradecerles que se entreguen al reality, cuando debería entenderse
que ésta es su obligación como
concursantes, pero claro, después de vivir tantas quejas y abandonos a lo largo
de su historia, sin ir más lejos este año tenemos el caso de Rasel que abandonó antes de que el
concurso diese el pistoletazo de salida, parece que lo anormal es que traten de sobrevivir. Este año también les están
poniendo las cosas muchísimo más fáciles, ya que a mí las comodidades de Isla Privilegio no me terminan de convencer. Como
decía en otro artículo, que en un concurso de supervivencia tengan la posibilidad de vivir en Isla Privilegio es como si en un
concurso de cantantes tuvieran la
posibilidad de actuar en playback.
El grupo de los veteranos se dividió por sexos, sólo que desde el jueves Isabel Rábago traicionó a las mujeres y
decidió venderse como víctima,
posicionándose con los hombres por
el miedo atroz que le tiene a la
nominación. En el fondo le salió bien la jugada, ya que están en la palestra Suhaila y Nacho Vidal, a quienes ayer
veíamos pedirse perdón de una forma muy sentida por lo mal que se habían tratado
en todo este tiempo. ¿Realidad o ficción? No es por pensar mal pero… ¿no es muy
casual que Nacho decida acercarse a
pedir perdón a Suhaila justo antes
de un debate en el que se va a
comentar qué nominado merece continuar en la isla?
Una de las discusiones más sonadas que han tenido estos días
el grupo de los veteranos ha sido
por la tarta de cumpleaños que le pusieron
a Fortu, quien en un principio decidió compartirla con todos pero al día
siguiente se retractó de esta decisión, alegando que la tarta era suya. Creo
que Fortu está dejándose arrastrar
por Nacho Vidal, titubea en
la toma de decisiones o en qué decir en cada momento y siempre pasa por el filtro de Nacho antes de
actuar. De hecho, aunque la tarta fuese de Fortu,
quien tomó la decisión de no compartirla fue Nacho. Cierto es que la tarta se le regaló a Fortu por su cumpleaños, pero la organización puso una tarta grande
para que la compartiese con el
grupo, de hecho, no les dieron la ración de fruta que les otorgan a los concursantes de Isla Privilegio porque
ya les habían dado la tarta. Así que, por un lado se demuestra que la tarta era
para compartir, y por otro el descarado egoísmo
con el que juega el grupo de los hombres.
Pasando al grupo de los novatos,
quienes están viviendo en Cayo Paloma, tenemos a Los Gandíos (Labrador, Arantxa y Lucía)
frente a los Viceversos (Noel, Lola,
Rubén y Christopher), y si os digo la verdad me cuesta posicionarme por uno de
los bandos, ya que de hacerlo tendría que inclinarme a favor de la mala educación o a favor de la falsedad
en máxima potencia y, sinceramente, no veo necesario ir a favor de alguno de
ellos ya que no apruebo el comportamiento que están teniendo.
Entre ellos tampoco faltan los conflictos por la comida y
por las nominaciones. Hemos visto a Rubén
con doble cara, a Arantxa amenazando
con pegar a Lola, a Lucía haciendo
un gesto de escupir en la mano de Rubén, a un Noel dictatorial que decide cuándo se abre o no un coco… y muy poco
compañerismo y supervivencia.
En todas las ediciones se han formado grupos, han tenido discusiones muy fuertes, pero a la hora de
encontrar comida se repartía
entre todos, ya que todos se encontraban en las mismas circunstancias, pasándolo igual de mal. Por esto, pienso
que los concursantes merecen ser sancionados
porque no deben olvidar que son un grupo
y que si la supervivencia fuese individual los mandarían a una isla solos, como
está Elisa de Panicis, de la que
también tengo mucho que decir:
El nombre de la isla a la que han mandado a Elisa asusta con sólo oírlo, Isla Destierro, pero lo único que
asusta es el nombre ya que ella está encantada, se siente en el paraíso. La actitud de Elisa al llegar a la isla me gustó
mucho, ya que tras creerse expulsada del concurso se encontró con la
oportunidad de continuar disfrutando de la aventura y vimos cómo sus ojos se
inundaban de alegría pero, después
de ver cómo han trascurrido sus primeros días en soledad, creo que se están
aplaudiendo sus méritos por encima de lo que realmente ha conseguido.
Me cuesta creer, y mucho, que todo lo que ha hecho Elisa en Isla Destierro lo haya hecho sin ningún tipo de ayuda por parte del equipo. Hay dos
cosas que me llaman poderosamente la atención: Por un lado, montó una cabaña muy decente en un tiempo
record, ya que antes de que acabase la gala en la que la habían dejado sola
ya la tenía lista, cuando vimos en la gala de estreno como el equipo de los
novatos, formado por ocho personas, trabajaban durante toda la gala para montar
su cabaña y no la vimos acabada. Y por otro lado, el tema del fuego me parece realmente falso, ya que jamás en la historia de
supervivientes se ha logrado encender fuego por méritos propios, la propia Elisa no supo hacerlo cuando era una más de
los novatos con la falta que les hace el fuego, sin embargo, ella en Isla Destierro frota dos palos y lo
consigue… sinceramente no me lo creo. De hecho, en la secuencia que
pusieron no vimos cómo Elisa prendía la
hoguera, sino que la vimos rozar dos palitos, después vimos cómo salía humo
de una caña y lo siguiente la hoguera hecha. Pienso que si ella hubiese
conseguido tal proeza habríamos visto un
vídeo más concreto de cómo la concursante hacía saltar la chispa para
lograr hacer arder la leña que tan bien colocada estaba. Desde aquí pido a la
organización que muestren el fragmento
completo de cómo Elisa hizo el fuego.
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