4 nov 2016

Fernando regresa a GH 17 dando información del exterior

Entre sorpasso y sorpasso finalmente fue Pol el séptimo expulsado de GH 17. En su entrevista demostró que merecía salir del concurso porque lo volvió a hacer, volvió a dejar a Adara vendida sin ser capaz de dejar claros sus sentimientos y defenderla de los ataques que se estaban pronunciando. Por otra parte, también vivimos el regreso de Fernando a la casa como repescado. Su selección me parece la peor de las opciones que podíamos contemplar pero acepto la decisión de la audiencia, sin embargo, también creo que su nuevo paso por GH debería acabar cuanto antes con medidas disciplinarias por la cantidad de información del exterior que está vertiendo dentro del concurso. Y finalmente, hablando de medidas disciplinarias, la organización decidió penalizar a todos los concursantes subiéndolos a la palestra. Y esto huele a duelo en potencia entre Clara y Bárbara.

Antes de conocer el nombre del repescado, manifesté ayer en Twitter (@HablamosdeTv) que la repesca de Fernando me parecería una vergüenza. Y así me lo pareció. Considero que no se debería premiar a un jugador tan sucio como lo ha sido él, aunque por otro lado entiendo el morbo de reincorporarlo al grupo para ver de qué forma actuará Clara y volverlo a poner frente a frente a sus enemigas, Bárbara y Adara. Creo que su juego es sucio porque, tanto como concursante como  durante la semana que ha sido aspirante, ha cometido considerables faltas de respeto a sus compañeros con ataques externos al reality, entrometiéndose de forma directa en lo más íntimo de sus rivales. Además, la palabra ‘vergonzoso’ se me queda corta para definir lo que sentí al verlo reírse del suicidio de un primo gay suyo. Francamente lamentable.

Por buscar el lado positivo a su repesca, pensé que íbamos a tener el privilegio de expulsarlo dos veces del concurso, por si con una no era suficiente, aunque visto lo visto considero que él mismo no merece tener ese privilegio. Con la actitud con la que ha vuelto a la casa creo que debería salir del reality por la puerta de atrás y sin decir adiós, expulsado disciplinariamente por la organización del programa.

Fernando ya explicó en el apartamento que si regresaba a la casa se iba a encargar, de una forma u otra, de pasar la información del exterior que más le interesaba, como por ejemplo contarle a Adara todo lo ocurrido con la madre de Pol en plató. Una idea simplemente basada en querer hacer daño, no hay más, ya que todos los concursantes conocen lo que puede herir dentro de la casa cualquier tipo de información externa al acontecer de las cuatro paredes en las que se encuentran encerrados. El Súper, antes de permitirle reingresar con sus compañeros, le advirtió que no debía dar ningún tipo de información del exterior o se le penalizaría de manera automática con la expulsión. Fue tajante. Fer decía que lo intentaría para luego prometer que no lo haría. Ya ha roto su promesa y El Súper parece que también su advertencia, ya que no ha sido penalizado de manera automática con la expulsión, aunque confío en que se estén valorando los acontecimientos para tomar una decisión a corto plazo.


Obviamente es difícil controlar la información con la que se entra pero no imposible. Ya hemos visto muchas repescas o la entrada de concursantes reserva que miden sus palabras para vivir dentro sin contar nada de fuera. Una cosa es que les influencie y de forma indirecta se dé lugar a interpretaciones, y otra muy distinta que el expulsado cuente qué está pasando fuera y entre dando instrucciones a sus compañeros de cómo deben comportarse por lo que pueda estar gustando al espectador. Eso no se debería permitir. A veces con una llamada de atención ha bastado, Pilarita tuvo que recibir una nominación disciplinaria y Ana Toro fue expulsada a la semana de entrar. A lo largo de la historia de GH hemos visto diversos casos de entrada de información del exterior con diversas consecuencias, y lo de Fernando creo que está atravesando bastante la línea roja. Y no por decir que lo conocen por la calle, que bien podría ahorrárselo pero podemos considerarlo un comentario más banal, sino porque está diciendo qué es gracioso en el exterior, de quién se deberían alejar, qué deberían hacer para gustar fuera, qué piensan Pablo y Candelas de sus compañeros, ha hecho alusión a vídeos que se han emitido, reacciones… y todo lo que no habremos visto porque se han encargado de censurar la emisión del 24 horas cuando Fer ha soltado por la boca todo lo que prometió callar pero advirtió contar. Espero y confío que, tal y como se le advirtió, se le penalice de forma automática con la expulsión. Una de las bases de Gran Hermano es el aislamiento y Fernando está rompiendo con uno de estos pilares básicos sin contemplaciones, atentando de forma directa contra su esencia.

Todos están nominados. A mí esta semana se me antojaba la salida de Miguel, que sin Pol y sin la repesca de Pablo  creo que su teatro no tiene mucha continuación y es hora de que salga a dar explicaciones fuera. Tampoco me hubiese importado ver caer del concurso a Noelia o Rodri, dos concursantes bastante prescindibles. Sin embargo, la guerra está declarada entre Bárbara y Clara, y parece que ha llegado el momento de señalar a una ganadora en este conflicto. Las redes sociales están dividas y ambas concursantes en una clara posición de riesgo, por lo que más que nunca los que apoyamos a Bárbara y Adara nos debemos mantener unidos para llevarlas HASTA EL FINAL, o al menos lo más lejos posible, y no permitir que la mayoría venza esta batalla. Es el momento de sacar a la reina del tablero contrario, ahora que su rey ha vuelto, y ver cómo se reestructura la convivencia sin una líder que gobierne, ordene y disponga el cómo y cuándo se deben hacer las cosas.

Fruto de esta penalización se ha cerrado El Club durante siete días. Podrían ser más porque tampoco lo vamos a echar mucho de menos. Y, para tratar de que la convivencia no sea tan explosiva como hasta ahora, se les va a facilitar toda la comida que demanden consumir, sin acumularla, para que esta semana deje de ser el foco de las discusiones y hacerles ver que los alimentos no tienen nombre, son de todos y todos pueden hacer uso de ellos. La única condición fue que sacasen la comida que tenían escondida. Casualmente, Bárbara y Adara no se habían apropiado de ningún alimento, sin embargo, los defensores de pleitos pobres que se vienen arriba dándose golpes de pecho y brindando lecciones de vida, tuvieron que sacar lo que tenían oculto en los armarios. Y ellos fueron Bea, Clara y Rodrigo.

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