Estamos llegando al ecuador
del concurso, la convivencia está ya totalmente definida y ahora viene una de
las etapas más potentes de la competición. Un factor que entra en juego es la repesca, que debe desestabilizar los
planes que muchos ya tienen fijados y pegar un vuelco al reality para terminar
de arrancar las caretas que aún muchos mantienen antes de que llegue la fase
final, donde será el momento de defender a ultranza a nuestros favoritos para
alzarse con el maletín. Aunque para
eso aún queda al menos un mes. Un mes del que tenemos que seguir disfrutando de
Gran Hermano, y el aspirante que con
su vuelta nos aseguraría vivirlo es Pablo.
Pablo fue el
concursante que, en un principio, a mí me enganchó a esta edición y lamenté que
saliese tan pronto del reality porque le veía un gran recorrido como
concursante. Evidentemente, ser un participante como lo fue él no deja
indiferente a nadie, por lo que puede aparecer tanto el respaldo como el rechazo del público. Destacó muy pronto, jugó
por impulsos y vivió Gran Hermano al
límite. Lo vimos discutir, reír, llorar, defender a sus amigos, meterse donde
no le llamaban, hacer unos confesionarios que eran puro oro y dar unos zascas
que dejaban temblando a su adversario. Y eso sólo lo hace un gran concursante. Probablemente, el
destacar tan rápido hizo que se le juzgase muy rápido también. Y todo esto
sumado a que se vio envuelto en el drama de los calcetines le llevó a que se le
considerase el verdugo, cuando era una
víctima más del teatro de Miguel. Pero para eso está la repesca. Es el
momento de las segundas oportunidades y de rescatar del olvido a un concursante
que con su pronta expulsión salió de la casa de Guadalix de la Sierra dejando dentro muchas cuentas pendientes por resolver, que ahora debemos retomar.


Entiendo que el duelo para volver deba estar entre Fernando y Pablo. Montse ya está fuera y Candelas
está viendo los toros desde la barrera, por lo que su regreso no supondría el
golpe de efecto que necesitamos producir en la convivencia. Por otro lado, me
gustaría destacar que Fernando ha
manifestado que si es repescado hará llegar a Adara, de una forma u otra, lo sucedido fuera con la madre de Pol. Algo que supondría un daño innecesario dentro de la casa y
que infringiría de forma directa las
normas del concurso. Yo considero que un aspirante que advierte con quebrantar
las bases del programa con el único fin de hacer daño debería ser descalificado
para evitar que llegase a producirse su amenaza. Ser repescado es un gran privilegio pero también implica grandes
responsabilidades que no se deberían
olvidar. Distinto es que algo de información se escape, son humanos, y
obviamente El Súper debe llamarles
la atención si esto sucediese, pero en el caso de Fernando es algo claramente premeditado.

Sin embargo, la vuelta de Pablo activaría tramas necesarias de resolver. Pablo tiene un claro enfrentamiento con Miguel que no tuvo un final. Es más, Miguel y Clara han continuado burlándose de él durante todo el
reality, a pesar de estar ya fuera de competición, pero parece que les hace
felices el reírse de los demás cuando muchas veces les haría falta tener un
espejo por delante para reírse un poco más de sí mismos y respetar al resto. Pablo entraría con una información que,
si es inteligente, debe administrar bien para conseguir desenmascarar el teatro
de un Miguel que está jugando con
sus compañeros y con la audiencia sin límites, que trata de posicionarse como
víctima de una historia que él mismo ha provocado y que ya es hora de que
dentro de la casa salgan a la luz las verdaderas intenciones de un participante
que parece sólo buscar altas dosis de
protagonismo televisivo.

Pero esto no es todo porque Pablo también tiene un conflicto abierto con Noelia. Es una concursante que dentro la ven con cierta ternura, ya
que ella trata de mantenerse al margen de los conflictos y los sufre, pero
después vuelan las puñaladas por la espalda. Pablo fue víctima de Noelia,
a quien por delante ponía buena cara y después le dio tres puntos en la primera ronda de nominaciones. Noelia es cada vez más prescindible en
la convivencia, pero es importante que antes de salir del reality alguien le
haga frente y saque a relucir su juego sibilino que se encuentra enmascarado en
el de una concursante graciosa. Que
a mí no me hace ninguna gracia.
Y por si todo esto os parece poco, Pablo sumaría un refuerzo a
esa minoría. Es obvio que se situaría del lado de Bárbara y Adara, quienes se van a quedar bastante solas con la más
que probable partida de Pol. Es
justo que el poder sea algo más equitativo y tengan en Pablo a un aliado, no
sólo para la convivencia sino para las nominaciones. También sería una forma de
enviarles un mensaje de apoyo dentro de la casa, pues con la salida de Pol la
chupipandi cantará victoria y así bajaremos los humos por ambas partes.
Y todo esto a priori, porque ya sabemos que Pablo es una bomba de relojería que puede
estallar en cualquier momento, por lo que igual saca el lado nunca visto en
Rodrigo, desenmascara las mentiras de Bea o lo vemos celoso por
la relación de Meri y Alain… quién
sabe… Lo que está claro es que su regreso sería el que más explosionará la
convivencia y nos hará disfrutar de Gran
Hermano en estado puro.
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