Hoy hablamos de tele
con una auténtica fan de Gran Hermano,
además de haber tenido la suerte de cumplir
uno de sus sueños al convertirse en concursante
de la duodécima edición del reality. No llegó a la final pero recibió mucho
apoyo por parte del público, al
entregarse al juego de forma visceral,
tanto en las discusiones como en los momentos divertidos. Sin más, os dejamos
con Terry Willis.
¿Qué
te llevó a presentarte a Gran Hermano?

Me llevó la ilusión de toda una vida siendo
seguidora del programa y el afán que he tenido siempre, desde muy niña, a
conseguir todo lo que me proponía.
¿Por
qué crees que fuiste seleccionada? ¿Qué aconsejarías a todo el que quiere
entrar en el programa y no logra pasar los castings?
Pues sinceramente es una pregunta
complicada, no sé, yo me siento especial, sé que tengo una personalidad diferente
y un carácter fuerte. Supongo que eso, y que encajaba con lo que buscaban ese
año, hizo que fuera una de las afortunadas.
Mi consejo para los aspirantes a entrar en
GH es que sean ellos mismos. Sé que es un tópico, pero yo personalmente creo
que es la única forma de llegar a cumplir un sueño como entrar en GH, ya que el
equipo de castings son unos fieras y ya se las saben todas, colársela es
prácticamente imposible.
Todos
los concursantes explicáis que “en GH todo se magnifica”. ¿Este sentimiento que
generáis con los compañeros dentro de la casa se mantiene fuera?
A ver, es verdad que todo se magnifica ahí
dentro, cuando aún solo ha pasado una semana de concurso ya piensas que ha
pasado un mes, quieres mucho y odias también. Fuera de la casa pasa algo
parecido cuando sales y empiezas a experimentar el cambio de vida al que te
sientes sometido, pero es cuestión de adaptación. Yo, personalmente, en 2
semanitas ya estaba con mi vida normal.
¿Qué
es lo mejor y lo peor de ser concursante de Gran Hermano?
Lo mejor es formar parte del mejor reality
que hay en la historia de la televisión, experimentar el proceso de castings
(que para mí fue de las mejores cosas), entrar en la casa, conocer a gente que
te llevarás de por vida, la gente que conoces fuera a raíz del paso por el
programa, la ilusión… son tantas cosas buenas
Y malo, pues que el cambio de ser una
persona anónima a que la gente te reconozca y te juzgue es un poco complicado,
eso fuera de la casa. Dentro, que también se pasa mal aunque la gente no lo
crea, el aislamiento llega a agobiar, el no tener a tu gente, no saber nada del
exterior, la falta de comida y de tabaco, no todo el mundo está preparado para
eso.
Estuviste
nominada 5 veces. ¿Cómo se vive la nominación en GH, la propia y la de tus
compañeros? ¿Cambia el comportamiento habitual? ¿Se piensa más en las cámaras y
el concurso?
Pues la verdad que la primera vez que estuve
nominada me acojone ¡y mucho! por el miedo de no saber si ibas o no a gustar a
la gente. Las demás veces lo llevaba un poco mejor, aunque siempre con nervios
y ansias de saber qué iba a pasar.
El comportamiento de la gente sí cambiaba, más
o menos dependiendo de la persona, pero por norma general cuando se estaba
nominado una de dos, o se intentaba llamar un poco más la atención o pasar
desapercibido y dejar que los demás se echaran tierra sobre su propio tejado.
Hablando
de las cámaras, ¿llegaste a olvidar que estabas siendo grabada o realmente eras
consciente de ellas y llegaban a condicionar tus actos?

A ver, decir que te olvidas de las cámaras
es una hipocresía. Es verdad que a medida que va pasando el tiempo no eres tan
consciente de que te están grabando todo el rato, y algún momento que otro si
puedes llegar a olvidarlo, pero en los momentos de más tensión sí, siempre se tenía
en mente: “hay dios que me están grabando, contrólate”.
¿Una
vez que eres expulsada, tras 109 días de encierro, cómo reaccionas al volver a
tu vida, la cual ya no era la misma que tenías antes de entrar por el impacto
de fama que te otorgaba tu participación en GH?
Al principio flipante, el mero hecho de ese
mismo día que salí, ir a la posada y que todo el mundo se quisiera sacar una
foto conmigo era surrealista. Al principio lo pasé un poco mal porque te
sentías con la obligación moral de pararte a cada persona que te pedía una foto,
pero ya a final del día llegaba a cansar. Tampoco me puedo quejar porque el
cariño que recibí de toda la gente fue el mejor regalo que me he llevado de
todo esto.
¿Qué
significó para ti entrar en Gran Hermano? ¿Alguna vez te has arrepentido de
haber participado?