18 de Septiembre de
2014, una fecha que no se borra de mi mente…. Hoy he querido compartir con
vosotros una entrada más íntima, más
sentimental. Llevamos tres años compartiendo este espacio en la red, tres
años aquí donde “Hablamos de Tele”
todos juntos, generamos debates muy interesantes donde todos plasmamos nuestro
punto de vista sobre lo sucedido en un reality
o un talent show, pero hoy no voy a
opinar sobre hechos sino que os voy
a contar lo que siento. Bien es cierto que mis opiniones están plagadas de
sentimiento, a veces me han criticado la
subjetividad que utilizo para defender o criticar a un concursante pero eso
es la base de este blog, el poder
plasmar diferentes puntos de vista que se generan tras ver un programa,
pero hoy soy más YO que nunca a la hora de expresar lo que vivo estos días ya
que no voy a OPINAR sino a CONTAR mi
espera y me gustaría que en los
comentarios dejaseis la vuestra.
Quiero intentar explicar qué siento esperando el estreno de Gran Hermano, para mí el mejor
programa de toda la parrilla televisiva. Siento
ganas, más ganas que nunca, ya que la espera ha sido larga, más larga que
otros años, más de 400 días sin G.H.
Para algunos puede ser una locura la fiebre que algunos despertamos por Gran Hermano, en mi caso la noche del
jueves es sagrada y NADIE (como
gritaría Bea ‘La Legionaria’) me la puede interrumpir. Todos mis amigos saben
que no pueden hacer planes conmigo si
emiten Gran Hermano, pero esa fiebre te la provoca la pasión y los sentimientos que el programa te hace sentir.
Hay quien se vuelve loco con un mundial de fútbol, otros no se pierden un concierto de su cantante preferido, hay quien no puede pasar sin helado de chocolate… y mi vicio es GRAN HERMANO. Me gusta Gran Hermano, me encanta, me apasiona, AMO Gran Hermano. ¿Por
qué la gente menosprecia el formato y te juzga por verlo? Nunca he ocultado mi pasión por el concurso, eso me ha hecho
escuchar millones de veces “ese programa es una mierda”,
incluso de personas que lo veían y no querían reconocerlo. Vergonzoso no es ver un programa que muestra la convivencia de seres
humanos, donde se ve el amor, el compañerismo, la amistad, el odio, las
broncas, los reencuentros, las reconciliaciones… es decir, donde se ve la vida. Ves al ser humano sometido a un encierro que
le hace vivirlo todo con intensidad, pero viviendo
situaciones que bien hemos podido vivir todos nosotros fuera de la casa con
nuestros amigos, nuestra familia, compañeros de trabajo, vecinos…. ¿Te avergüenzas de tu vida? ¿Te avergüenzas
de ser humano? Entonces… ¿por qué te avergüenzas de ver Gran Hermano o
catalogas al programa de vergonzoso? Las personas que ahí se exponen lo
hacen de forma libre y conscientes de que están siendo grabados, para muchos es
una experiencias fabulosa e inolvidable que repetirían con los ojos cerrados…
no será tan malo…
Dejándome de reivindicaciones, porque me enciendo, retomo lo
que os quería explicar. Por todo lo anterior, como os decía, me chifla G.H. y
cuando se acerca su estreno hay una
chispa dentro de mí que se activa, una ilusión, y empiezo a contar los días… las
horas para que Mercedes Milá se
plante en el centro del plató y grite
“¡COMENZAMOS!”.
Los días previos al estreno trato de encontrar la mayor información posible, comienzo a
leer otros blogs para encontrar esas
ganas en otras personas, leo o veo todas las entrevistas que se hagan a los responsables del programa, o a Mercedes Milá para conocer las
novedades, aunque en la mayoría de las ocasiones me encuentro con la frase de “no
podemos decir nada”, algo que me encanta. Prefiero no saber, prefiero encontrarme con sorpresas, cuantas más
mejor, en el estreno del programa.
Las promos de
G.H. ya son continuas en Telecinco, y cuando estoy en otros
quehaceres con la televisión puesta y suena
la sintonía no puedo evitar dejarlo todo para mirar la televisión, y luego
volver a lo mío pensando que pronto
podremos disfrutar de la vida en directo.
Para la noche del estreno yo también tengo mis liturgias… si no las hago es como si algo
fuese a salir mal. No es una gran superstición, todo lo contrario, es para disfrutar más si cabe de esa noche. Yo
me reúno con mi familia y hacemos
una cena un poco peculiar, cena que más bien podría ser merienda, ya que
comemos hasta cansarnos crepes con
chocolate, y así disfrutamos de la
comida, de la compañía y de Gran Hermano con un sabor dulce.
Y aunque mi sueldo no depende de G.H. me preocupo muchísimo por el dato de audiencia porque lo que menos
deseo es que no vaya bien el programa y pueda ponerse en riesgo un reality que tanto me hace disfrutar…
así que a los trabajadores de la televisión, que sí les va el sueldo en ello,
es normal que les tiemble el pulso al
pensar en el temido dato.
Gran Hermano está a
la vuelta de la esquina. Todo debe estar preparado. El hambre de Gran Hermano es grande pero en unos días comenzaremos
a saciarla. ¿Y tú cómo vives el estreno
de Gran Hermano? Compártelo.
hola :)) me has recordado aquellos inicios de los primeros GHs en los que cuando decías en voz alta que te gustaba gran hermano, todo el mundo se giraba asombrado porque alguien se atrevía a reconocerlo en voz alta, y a partir de ahí, siempre se sumaba alguien para comentar que había visto la gala, así como de casualidad hasta que subía el volumen de la involucración y de repente salían los datos de la audiencia a la luz de la realidad, nosotros también vamos a seguir gh en nuestro blog, un único objetivo, divertirnos y tratar de sacar sonrisas, si puede ser alguna carcajada y especialmente este años, algún que otro cacareo, os leeremos, un saludo :))
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