Ahora o nunca. Yola y
Steisy son dos de las grandes favoritas de esta edición, pues semana a
semana se ha demostrado que tienen a dos de las corrientes de votos más
potentes de este año con sus salvaciones. Ambas de encuentran en la palestra
frente a Mila, a quien la envuelve
un halo protector difícil de atravesar pero puede lograrse con la unión de
fuerzas de Yola y Steisy.
Mila es la
concursante más protegida, sí, digan
lo que digan. No es cuestión de palabras es cuestión de hechos. Hemos visto cómo
sus propios compañeros la protegen por encima del resto y le permiten cosas que
en otros participantes critican, aceptando sus imposiciones; por otro lado, se
consiente que con Mila se quebranten
las normas del concurso, pues ayer mismo era informada de su pérdida de peso, lo que para ella
supuso un subidón de energía que no pudo recibir el resto, al igual que vemos diferencias
de trato en otros asuntos, como cuando para su cumpleaños ella pudo recibir la visita de su hija en Honduras, a la
que pudo ver dos días y disfrutar de una
comida tranquilamente junto a ella y, sin embargo, Paco debió conformarse con una conexión con plató de dos minutos y
no tuvo ni un pedazo de tarta con el que celebrarlo. Diferencias notables; Y,
por supuesto, no puedo dejar de destacar la inmensa plataforma con la que
cuenta cada tarde en la cadena, “Sálvame”.
Aunque unos quieran justificar este argumento diciendo que hay colaboradores
que la critican, pues claro que sí, pero el
enfoque del debate siempre se sitúa a su favor porque se organiza una
campaña de defensa arrolladora y los colaboradores que no se suman al carro,
porque no están de acuerdo con aprobar su concurso, son señalados como verdugos. Cada uno defiende a quien
quiere, pero es una evidencia innegable que Mila se sitúa en una posición ventajosa con respecto al resto de
concursantes.
Y lo que ya me parece el colmo es ver el descarado posicionamiento de Jorge Javier
Vázquez en esta edición, ya que no sólo insinúa o la defiende en
situaciones puntuales que puedan vivirse dentro del reality, sino que tenemos
que ver cómo en otros programas, en medios escritos y en redes sociales
defiende incondicionalmente a la colaboradora de “Sálvame”. Como dije una vez, yo puedo entender que sea su amiga y
que su cariño hacia ella le haga empatizar y tratar de entenderla, pero tiene
que saber que su función en el programa es presentar,
no defender ni opinar, sobre todo porque volvemos a cuestionarnos la protección
que recibe Mila sobre el resto de
participantes, y que la cara visible del formato se posicione con una de las
participantes es, directamente, una
falta de respeto al resto de compañeros y al criterio de los espectadores que
se implican en el concurso. Siento decir que no me hace ninguna gracia ver
cómo Jorge permite a Mila y a sus familiares unas licencias
que censura en el resto, incluso, con cierto tono irónico que cada vez me hace
menos gracia porque tiende a la humillación sin necesidad alguna. Esto y que en
toda conversación termine introduciendo tintes sexuales sin venir a cuento
restan valor a un reality que se está desintegrando para convertirse en un
apéndice del programa de las tardes, el cual ya tiene su lugar en la parrilla
televisiva.
Yola y Steisy
están demostrando pasión por su participación en el reality, se dejan la piel
en cada prueba, se emocionan con las pequeñas cosas y viven el concurso con el
alma. Podemos estar más a favor de una que de otra, como es normal, ya que
entre ellas hay un enfrentamiento abierto y terminamos posicionándonos con una
de las partes, pero considero que es un
enfrentamiento que debe resolverse en la isla porque es un asunto del
reality que, de momento, no tenemos que frenar, hay que continuar disfrutando
de su evolución para sacar una conclusión final. Más adelante será necesario un
cara a cara de ambas en la palestra, quizás luchando por un lugar en la final o
por el propio maletín pero, ahora, sería muy triste ver partir a cualquiera de
las dos frente a Mila Ximénez, una
concursante que no define en absoluto el
espíritu de Supervivientes.
Y a los que dicen que sin Mila la edición hubiese perdido muchas tramas, les digo que nadie
es imprescindible. Sin Mila la
edición hubiese sido radicalmente distinta, sí, pero no sabemos si hubiese sido mejor
o peor, ya que la convivencia y la supervivencia se hubiese dirigido en otro
rumbo, quizás más libre y menos injusto.
Pero en este punto del concurso no seré yo quien no agradezca a Mila su participación, porque es cierto
que ha sido un personaje con mucho peso que ha dinamitado ciertas tramas,
muchas veces provocándolas de forma artificial. Mila ha tenido peso en el reality pero no ha sido protagonista, sino antagonista, y una antagonista no
merece el triunfo. Como digo, no seré yo quien no agradezca su participación
pero tampoco seré yo quien premie su mala educación sobre el sentido real de
este concurso. No penalicemos a dos grandes protagonistas, como son Steisy
y Yola, que sí sienten que su lugar
se encuentra en esa isla.
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