24 jun 2016

Yola no tiene el apoyo del grupo pero sí el del público

Yola es la concursante más nominada de esta edición y su permanencia en el reality se debate en un pulso constante entre el rechazo de sus compañeros y el respaldo de la audiencia. Las fuerzas que ejercen ambas partes cada vez son más intensas, ya que el descarado aislamiento y machaque que recibe por parte del grupo es injusto y desmedido y, por otro lado, los espectadores cada vez estamos más cansados de ver las situaciones que tiene que soportar así que le ofrecemos nuestra protección manteniéndola dentro de Supervivientes, para que siga superándose y cumpliendo el sueño que tanto tiempo ha deseado vivir.

Cada semana se busca cualquier tipo de excusa para atacar a Yola, para tratar de dejarla mal públicamente y poder conseguir el objetivo que llevan mucho tiempo ansiando: mandarla fuera del concurso porque la ven como una rival fuerte, al haber ganado ya dos realities.

El motivo que se utilizó ayer para emprender un ataque en bloque en su contra fue que, cogiendo cangrejos, había roto uno de los huevos que habían ganado en una prueba de recompensa… señores, UN HUEVO. Que sí, que yo entiendo que el alimento es una pieza fundamental en un concurso de supervivencia y el valor que le podamos dar aquí a ese huevo no es el mismo con el que lo necesitan allí pero, por favor, un poco de compañerismo. Yola en ningún momento rompió ese huevo de forma consciente, todo lo contrario, porque a ella le hace la misma falta que al resto la comida.

El problema está en que el huevo es una mera excusa para ponerla de tonta, de perjuicio para el grupo, de que se hace la víctima, de provocadora y de un sinfín de calificativos más que no tienen ni pies ni cabeza. Y la cabecilla que promueve este ataque es Mila, que siempre necesita tener un blanco débil al que disparar para sentirse superior, y todos la siguen.

Como Yola es trabajadora, se implica en la supervivencia, tiene ganas de aprender y se deja el alma en el concurso, lo normal es que pueda tener errores a la hora de poner su valía en práctica para tratar de ayudar al grupo. Seguramente se tiró horas para conseguir reunir a más de 70 cangrejos que les facilitarían la supervivencia, tanto para alimentarse como para usarlos de cebo para la pesca, sin embargo, en vez de agradecerle su gran aportación al grupo y su esfuerzo, ellos van a buscar el fallo. Era de noche y Yola no se dio cuenta de que en la caja en la que estaba reuniendo los cangrejos estaban los huevos y se podían romper. Pero yo también digo que no se dio cuenta Yola, ni el resto, porque es tan simple como, en vez de montarle un pollo, llegar y sacar los huevos de la caja para que ella la siga utilizando para trabajar con ella. Pero claro, es mucho más fácil quejarse desde una esterilla. Mila no se puede equivocar, porque como no trabaja no da posibilidad al error. Eso sí, cuando por su culpa han perdido innumerables pruebas de recompensa, nadie ha sido capaz de reprocharle su falta de implicación, pero a Yola no le pasan ni una.

Esta semana, para variar, Yola vuelve a estar nominada pero respiro un poco más tranquilo porque estamos ante la crónica de una muerte anunciada, la de Carla, que por fin se sitúa en la palestra.

Ha costado verla ahí, ella se ha escurrido como una anguila de las garras de la nominación, le ha tenido mucho miedo y ha urdido todo tipo de estrategias para no exponerse al juicio del público. Cuando anoche se enteraba de que, al fin, tendría que pasar ese filtro se descomponía, y es que ella sabe que su concurso no ha sido bueno, la audiencia le tiene ganas y casi nada podrá salvarla de convertirse en la próxima expulsada.

Carla, como superviviente es justo reconocer que ha sido de las mejores, se ha dejado la piel en las pruebas, ha sido competitiva, y venía aleccionada para hacer fuego y demostrar determinadas destrezas con las que subsistir, pero este reality no sólo se sustenta sobre el pilar que sujeta la supervivencia, es importante pero no exclusivo, es decir, hay muchos más factores que van a definir tu paso por el concurso porque, efectivamente, esencialmente “Supervivientes” es un concurso, un reality, y Carla como concursante ha sido nefasta. Su juego se define con el miedo, el ocultismo, la falta de sinceridad, la utilización de rivales fuertes, la doble cara, la falta de empatía con la audiencia, los ataques fuera de lugar, el peloteo… y podría seguir pero vamos a dejarlo así porque el concepto ha quedado bastante claro. No sólo no debe salvarse frente a Yola sino que también tiene que ser expulsada frente a Steisy y Paco, sin vivir la segunda oportunidad en Cayo Paloma.

Y no puedo despedir el post de hoy sin hacer mención a Yurena, una gran concursante que define parte de la esencia de esta edición y que su paso por el reality ya ha llegado a su fin. Gracias por entender el sentido del concurso, por superarte y por ofrecernos momentos que nos han hecho reír como pocos lo han conseguido. A veces hay que cerrar ciclos y hay que saber retirarse a tiempo. Era el momento de Yurena, pues desde la salida de Miriam su brillo se ha ido apagando poco a poco al no encontrar una compañía que encajase con ella de una forma tan perfecta como lo hizo la novia de Carlos Lozano. Yurena lo ha dado todo y era mejor quedarnos con un gran sabor de boca y un buen recuerdo, a verla eclipsada por otras tramas que ahora toman fuerza en esta recta final. La expulsión definitiva de Steisy hubiese sido totalmente injusta y el tándem con Paco va a dar mucha más vida a la isla que lo nos podría haber ofrecido su estancia junto a Yurena. Yurena, era tu momento, ni antes ni después. GRACIAS.

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