Esta edición de Gran
Hermano se está caracterizando por la existencia de algunos concursantes
que pasan desapercibidos, otros que teatralizan todos sus actos y tan sólo
unos pocos que no tienen miedo a las cámaras
y actúan como sienten sin pensar en la repercusión.
Muchas veces, cuando defiendo a Marta y a Sofía, me llegan comentarios recriminándome los fallos
que han cometido en el concurso, sobre todo por Twitter (@HablamosdeTv). Realmente no es algo nuevo porque todos los
años hay gente que coincide con mi opinión y gente que no lo hace, es lo más
normal, pero hoy me apetece detenerme a explicar las razones por las que, tras
ver la evolución que han hecho durante el reality, apoyo como firmes candidatas
a llegar a la final a Marta y Sofía,
y más esta semana en la que ambas están
nominadas.
Cuando yo veo que un concursante se equivoca suelo decirlo
pero también trato de entender las razones por las que está actuando de
determinada manera. En el caso de Marta
las primeras semanas de concurso no supe entenderla, la critiqué mucho por sus dramas, su histeria y por entrometerse
en todas las discusiones, pero ahora puedo decir que veo en ella a una de
las concursantes más auténticas de
esta edición. Lo es porque no tiene miedo a las cámaras, se despreocupa por la
imagen que está dando fuera, el público la abuchea y no veo en ella un cambio
de actitud como sí he visto en otros concursantes, se involucra en discusiones
ajenas porque no tolera las injusticias y en la convivencia están todos
implicados, es dramática pero no sólo para llorar sino también para reír, lo
vive todo intensamente como solemos pedirle que lo hagan a los concursantes de
Gran Hermano, sin embargo, poco se le está aplaudiendo lo generosa que está siendo con la audiencia, al actuar con valentía,
sin filtros y sin miedos al después de GH.
Por otro lado a Sofía
se le puede criticar que sea una arrastrada, que trate de volver con Suso o que tontee con Ricky (probablemente para darle celos a
Suso), pues hasta ella de sí misma reconoce que a veces ha tenido un
comportamiento de niñata. Si Sofía
volviese con Suso estaría alejándose
peligrosamente del maletín que cada vez tiene más cerca pero le da igual. Es
otra concursante real, vive como siente,
dice lo que piensa y hace lo que quiere. Le da igual estar siendo grabada,
no interpreta una versión mejorada de sí misma o un papel totalmente distinto a
su personalidad por estrategia, por miedo a ser expulsada o por generar una
repercusión mediática. Está siendo tal cual es con todas las consecuencias que
eso puede implicar.
Últimamente se ha dicho de Sofía que no le ha dicho a Aritz
las cosas a la cara y, que sin embargo, utiliza el confesionario para ponerlo a
parir y, en definitiva, decir de él lo que muchos pensamos. Yo pienso que el confesionario está para desahogarse y
compartir con la audiencia aspectos que no tienes por qué compartir dentro de
la casa. Yo nunca he creído que sea necesario decirlo todo a la cara, creo que
hacerlo sería, incluso, una falta de educación. Además, dentro de la casa Aritz está idolatrado, aunque poco a
poco van descubriendo su verdadera cara, y enfrentarse a él sería una lucha que
podría dejarla sola o una guerra en la que a ella no le apetezca entrar.
Diferente sería que, por ejemplo, Sofía
le pusiera buena cara a Raquel, trate de tener una amistad con ella después de
todo lo que ha sucedido y fuese por las espaldas poniéndola a parir, eso sí
sería ser falsa pero no es su comportamiento, todo lo contario. A Aritz ella le tiene un cariño y un
respeto, se sintió dolida y traicionada cuando la nominó con tres puntos
llamándola tamagochi, sin embargo,
lo que ha dicho Sofía de él es que
aún así no siente el querer nominarlo por el aprecio que le tiene. Más falsa me
parece la postura de Aritz, que si
la consideraba una amiga jamás se sentó a hablar con ella y a ponerle las
cartas sobre la mesa, sino que como la ve una firme rival para ganar el
concurso la ha despellejado en el confesionario y le dio la puñalada con una
nominación cargada de odio.
Ay Aritz… ese
concursante al que a veces le daría el maletín y otras veces desearía que fuese
expulsado con el porcentaje más alto de la historia de Gran Hermano. La verdad es que cada vez me decepciona más y lo
entiendo menos. No sabría si atreverme a decir que está haciendo un papel, lo
que sí tengo claro es que cada
movimiento que da lo tiene muy pensado, aunque cae en algún renuncio, porque
sabe dónde está y tiene muy localizadas las cámaras, ya que en diversas
ocasiones se ha dirigido directamente a ellas, por ejemplo, cuando quiso hacer
ver que Vera era un bienqueda o
cuando pidió la expulsión disciplinaria de Suso,
por destacar dos momentos.
Nunca señalaré de forma negativa a un concursante por ser un
estratega porque esto es un concurso y ellos tienen la obligación de intentar
ganarlo, diferente es que no me guste la estrategia que está utilizando para
llegar a cumplir el objetivo final. No me creo que Aritz jamás haya visto Gran
Hermano porque sabe muy bien cuándo actuar y de qué forma ser más oportuno
para llegar al público, e incluso conoce otros realities como Acapulco Shore. Su relación con Han no llegaré a entenderla, y he
defendido que no hay que buscarle explicación porque entre ellos sí la
comprenden, pero ha llegado a acusarlo en el confesionario de sobrepasarse, prometer
que no volvería a dormir con él, para luego volver a hacerlo y comerle el
cuello. Recuerdo que las primeras semanas de concurso fue tajante con Han y marcó distancia hasta que escuchó
fuertes aplausos para ambos… no es por pensar mal, pero pienso. El acercamiento
a Suso al ver que se ha salvado de
varias nominaciones después de haber pedido su expulsión disciplinaria y la
inquina que le tiene a Sofía por
verla como una favorita han sido las gotas que han colmado el vaso. Si eres estratega juega abiertamente,
comunícate con el público y haznos entender tu concurso, pero no nos vendas una
bondad y una humildad que sólo juzgas tú, el que todo lo hace bien y el que
tiene el poder de criticar y castigar sin cena a los demás como si el dueño todopoderoso
de la casa fueses.
Y qué decir de Raquel
que todo lo que hace parece estar guionizado. Suso la acompaña en este teatro
pero he de decir que me lo creo más a él que a ella, porque aunque él se deje
llevar muchas veces por actuar de forma que fuera se le vea como el
protagonista de la edición para tener repercusión mediática y sacar
rentabilidad económica de su paso por “este
reality de mierda”, como él lo define, pero no lo veo tan artificial
como sí veo a Raquel. En Suso a veces
veo verdad, una verdad que me repugna, pero muestra lo que piensa y se
aprovecha de circunstancias irreales para alcanzar el protagonismo del que os
hablo. Pero Raquel no está siendo
ella misma, lo llegó a decir su propia madre en El Debate sin darse cuenta de que no le estaba haciendo ningún
favor con esa afirmación. Puedo poner muchísimos ejemplos, pero no acabaría
nunca, así que pondré dos que son polos opuestos. Desde su fingida sorpresa en el confesionario por “descubrir” cómo se ve la
casa y sus compañeros por un plasma, como si ella no hubiese estado expulsada
dos semanas viéndolo todo por televisión, a su fingido llanto en el que algún día le van a reventar los ojos de lo
fuerte que se los estruja para conseguir sacar de ahí alguna lágrima sin éxito.
Nada de Raquel es verdad, y si algo
lo es no puedo creérmelo entre tanta mentira, por eso quiero que sea la próxima
expulsada.
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