Desde hace algunos años la palabra imprevisible está estrictamente ligada a Gran Hermano por el fantástico trabajo que hace el equipo, con su
capacidad de reinventarse, y por
cómo los participantes reaccionan de la forma más inesperada, dejándonos a los espectadores sin poder parpadear.
Ante todo quiero decir que Gran Hermano es un formato que me fascina y, como no podía ser de
otra forma, esta edición me está gustando mucho, pero algo que no se debería
permitir nunca el programa, que siempre se ha caracterizado por ser pionero en el mundo en aplicar grandes
ideas, es el estancarse y ser previsible
para los espectadores y para los concursantes.
Esta edición prometía ser rompedora, que diese un giro de tuerca a todo lo que hemos
visto hasta el momento y, por supuesto, manteniendo la esencia del reality. El
tema de los secretos empezó con
fuerza pero a mí me ha dado la sensación de que se ha ido desinflando con el
paso de las semanas, que no se ha explotado tanto el lema de la edición como
deberían, aunque he de recordar que aún se guardan un as debajo de la manga que espero que sea realmente sorprendente.
“Desconfía de lo que ven tus ojos y sospecha de lo que no ven”,
así se nos anunciaba Gran Hermano Dieci…shh…éis.
El Gran Hermano de los secretos y las
falsas apariencias aunque a mí me parece que es el Gran Hermano más obvio. Las primeras semanas nos desubicó un poco a todos, desconfiábamos
de lo que veían nuestros ojos y especulábamos un montón de teorías sobre lo que
no veían, y todas ellas han resultado falsas, al menos de momento.
Todo lo que se ha dicho o hecho ha sido prácticamente como
se nos ha presentado, tanto, que las nominaciones
son excepcionalmente en el confesionario, con el derecho al secreto. Esta noche,
siguiendo la norma y como era de prever volverán a dar sus nombres y razones a la cara, sin lugar para la sorpresa, la estrategia, la especulación,
el misterio y el secreto. Todo muy evidente. No sé dónde quedan las nominaciones en positivo, el repartir
los 6 puntos a tu antojo, el nominar
comiendo, el ganar tus puntos en una gymkhana o test de preguntas, el tener los
puntos que te otorgue un sorteo, el que alguna semana no sepan quiénes son los
nominados y todos tuviesen que hacer la maleta… y sobre todo el secreto a la votación.
Se podría haber jugado mucho más con las falsas apariencias, con falsas nominaciones, con expulsiones
inesperadas, con la aparición de otra casa, con secretos y novedades que se
introdujesen con el reality avanzado a una parte de los participantes y, en definitiva,
con mil historias que hemos inventado en las redes y con las que los propios
concursantes han especulado que podrían haber hecho una edición más completa y particular.
Lo más lejos que han llegado con las falsas apariencias ha sido que la semana pasada en vez de expulsar
a Amanda en la sala de expulsiones
la hicieron creer que estaba salvada, pero no es más que algo anecdótico como
para sostener en ello el lema de la
edición.
Recuerdo la recta final de GH 12+1 donde el público iba convirtiendo a un nominado en
finalista y los concursantes lo creían expulsado. Fue una recta final épica,
ligada al lema “Dale la vuelta”. Yo espero y deseo que el as que se esconden
bajo la manga pueda volver a dejarnos con la boca abierta pero tampoco entiendo
que se espere a la recta final para sorprender al espectador, pues con pequeños
detalles cada gala podría haberse vinculado al de este año, a los secretos y las falsas apariencias,
convirtiéndola en única y especial. El espectador de Gran Hermano es perro
viejo y no le gusta acomodarse, se sienta delante de la televisión esperando sorprenderse, no ver más de lo mismo,
no ver una gala monotemática donde ya
sabe o intuye lo que va a suceder.
Sin ir más lejos esta noche veremos cómo Danielle Clyde entra en la casa
(concursante de Big Brother México que viene de intercambio), cómo Marta Torné oculta un objeto para el
juego de la inmunidad, cómo dos
nominadas se enfrentan en la sala de expulsiones a los últimos treinta minutos viendo vídeos y cómo
las nominaciones vuelven a ser a la
cara. En definitiva, veremos más de
lo mismo y yo sigo esperando sorpresas porque en el Gran Hermano de los secretos y las falsas apariencias todo está
siendo como parece. Ni los pequeños secretos que un concursante debería tener
el derecho de guardar, como son las nominaciones o los propios vídeos, se están
respetando, pues por desvelar y
sentarlos delante de la realidad les comunican hasta los porcentajes, así
que podríamos decir que estamos ante el Gran
Hermano más transparente y no ante el Gran Hermano de los secretos, pudiendo
haber sido el lema: “Confía en Gran Hermano, todo lo que ven tus ojos es real y lo que no
ven te lo contarán”.
Totalmente de acuerdo, el GH mas previsible i monotono de la historia.
ResponderEliminarLas galas y debates se hacen muy aburridas y más a quienes vemos el 24 h, repiten los mismos vídeos demasiadas veces, Mercedes se ve apagada y sin fuerza en las entrevistas a los eliminados. No sé si es pq ya no ve como en tiempos el 24 h. y se deja guiar por lo que vemos, una vez editados los vídeos, que a veces, no se parece en nada a la realidad. Dan ganas a veces de dejar de verlo, Igualmente pasa con las votaciones, casualmente ocurre algo que no era nada habitual en otros GH eso de porcentajes igualados, imagino que es una forma de hacer votar a la gente pq me temo que cada vez se vota menos, por eso dan porcentajes pero nunca número de votos pq seguramente nos parecería irrisorio para el número de personas que lo vemos. Espero que vuelta de nuevo el GH que todos echamos en falta y que nos sorprendía cada gala.
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