Maite, Muti, Raquel y
Quique han vuelto a Guadalix,
para someterse a un proceso de repesca
donde uno, o ninguno, se convertirá, nuevamente, en concursante oficial de Gran Hermano 16. Ésta no fue la única
incorporación de la noche, Ricky, un
argentino que reside en Canarias
llegó para quedarse. Finalmente, tras la expulsión de Ivy, los nuevos nominados son Carolina,
Niedziela y Vera.
Mucho se estaba pidiendo esta repesca que se ha puesto en marcha. En Twitter veíamos, continuamente, subir a los TT diferentes hashtags que
solicitaban la vuelta de un expulsado a la casa. Yo siempre he defendido la repesca, el dar segundas oportunidades, el dárnoslas nosotros mismos como
espectadores, y poder disfrutar de un juego que quizás se precipitó por la
expulsión de un nominado que pudo enfrentarse a unos rivales importantes en la
palestra. No es pronto, de hecho, creo que retrasar en el tiempo este proceso
hace entrar a los repescados en la casa con más información de la cuenta y con
el concurso en un punto en el que podría ser injusta su incorporación.
Se me antoja la vuelta de dos de los expulsados, Maite y Quique, ella elegida por el
público (y, siempre, “Elegida de Dios”), y él por sus ex compañeros. En seis
ediciones se ha abierto un proceso de repesca y sólo en las dos primeras, GH 9 y GH 10, regresó un sólo expulsado
a la casa, Amor Romeira y Ana Toro,
respectivamente. En GH 11 y GH 14,
uno de los repescados fue elegido por sus ex compañeros, Pilarita Gómez y Juan Carlos Sánchez. Y en las dos ediciones no
mencionadas, GH 12 y GH 12+1, regresaron
dos ex concursantes elegidos por el público, teniendo que ser, en GH 12+1, una
decisión aprobada por la mayor parte de los participantes que continuaban en el
juego. Así que no estoy pidiendo algo que aún no se haya hecho en la historia
de Gran Hermano, pero por lo que
explicó Mercedes Milá parece que
volvemos a los orígenes de la repesca, con un solo regreso a la casa, elegido
por el público, o al menos así lo entendí yo. Pero por pedir que no quede.
Sinceramente, la repesca que me parece más necesaria es la
de Quique. Creo que se precipitó su
salida por un error de juego, por querer adelantar un enfrentamiento con el antagonista
de la edición, Suso, sin antes vencerlo
en la convivencia. Quienes han catalogado a Quique como un mueble simplemente no han sabido valorarlo como
concursante. No han sabido desgranar su juego, su estrategia, y cómo nos pone a
nosotros, a los espectadores, a analizar el concurso de forma más minuciosa e
inteligente. Quiero que regrese el juego
a Gran Hermano y dejarnos de historias obvias.
De todas formas, siendo realista, si sólo uno tendrá la
oportunidad de volver al programa y está decisión está en nuestras manos, creo
que la disputa va a estar entre Maite y
Raquel. Entre ellas no tengo ninguna duda en que prefiero volver a ver a Maite dentro de la casa, aquella mujer
que consiguió hacer uno de los mejores arranques en una edición de Gran Hermano, capaz de romper los
esquemas a los de dentro y a los de fuera, capaz de convertirse en protagonista.
No le auguro una estancia larga en la casa, si consigue regresar, pero al menos
reactivará tramas apagadas e introducirá un movimiento necesario. Mercedes Milá decía hace pocos días en
una entrevista que a los concursantes de esta edición les falta riesgo y valentía, y estoy
absolutamente de acuerdo. Esto puede introducirlo Maite.
De lo contrario la repescada será Raquel. Os aseguro que prefiero ver volver a la casa a Muti, que explicaba en una entrevista
que le hice hace unos días que de estar en la casa tendría algo con Sofía (puedes leerla pinchando aquí), o incluso que ninguno vuelva
a ser concursante, antes que apostar por la vuelta de Raquel, una de las participantes que más teatro ha hecho dentro de
esa casa, y que, por supuesto, si vuelve, seguirá haciéndolo. Para mí tiene cero credibilidad y lo que busco en Gran
Hermano es autenticidad.
Y hablando de incorporaciones, ayer un nuevo concursante se sumaba
a la convivencia, Ricky. Entra con
el secreto de hacer creer al grupo que hay
otra casa, en la que ha estado conviviendo con otros aspirantes a
concursante, entre los que sólo uno de ellos decidiría la audiencia añadir al
juego real. Lo único cierto es que hay otra casa, más bien apartamento, en el
que están viviendo los repescados, a
los que tendrá que visitar a diario entrando y saliendo del armario, para
contarles los últimos acontecimientos de la casa. Si lo descubren perderá sus tres puntos en las nominaciones, pero
no mencionaron nada sobre si es él quién se va de la lengua. Lo justo sería que
perdiese la parte proporcional a 100.000€,
del premio final que él podría llevarse en caso de ganar el programa.
Ricky entra con
mucha información del exterior, se nota que la tiene y que la va a utilizar,
probablemente mal, porque ya me produce rechazo ver su comportamiento, y apenas
lleva unas horas. Conoce perfectamente los nombres
de los concursantes, ni siquiera titubea al llamarlos, cuando sería lo más
normal si tiene que fingir haber estado en otra casa, aislado. Además, no dudó
en meterse en la cocina y acercarse
a Han, bromar con él y con Sofía, grandes favoritos de la edición.
No me gusta precipitarme en hacer juicios rápidos, me alegraría que esta
primera impresión cambiase y estemos ante un gran concursante, pero me temo que
es un rival para Suso, en lo que se
refiere a posible protagonista de
carpetas poco reales y al poco instinto de jugador.
Esta semana, el invitado a la casa ha sido el mago Jorge Blass, quien además de traer la inmunidad, que ganó Marina, traía una caja misteriosa que
quién consiga abrir se convertirá en finalista.
Me gustaría decir que no me gusta cuando las
normas no son claras. Cada semana se le llama “inmunidad” al objeto que se oculta en la casa pero nunca tiene el
mismo significado. A veces consta de no poder ser nominados, de vez en cuando
es un poder que se puede transferir y otras veces permite sacar a un nominado
de la lista. Ayer, Suso y Carlos,
preguntaban al Súper si podían nominar a Marina
con mucho acierto, recibiendo una respuesta un tanto irónica, como dando a
entender que era obvio que no, porque había ganado la inmunidad, pero otras
semanas sí han podido, puesto que el poder era salvar a un nominado. Las normas
tienen que ser claras y estar asentadas antes de jugar, sobre todo de cara al
público. Otro problema con las normas lo tuvieron con la caja misteriosa, pues dijeron que si algún compañero la rompía
ninguno se convertiría en finalista. De esto, después de que Suso la rompiese, hay que sobreentender
que no podían romperla intencionadamente, pero sí en su manipulación, siendo en
este último caso sustituida por una nueva. Sólo pido algo que no creo que
tuviese que ser necesario pedir: Las
normas del juego deben estar claras antes de jugar.
Y como hoy me he extendido mucho, os hablo rápidamente de
los nominados de esta semana (pinchando aquí podéis ver la distribución de puntos). Los concursantes que están en riesgo de expulsión
son Carolina, Niedziela y Vera.
Este año parece que voy luchando contra el mundo. Sé que la
guerra está entre Carolina y Niedziela,
y me mata. No entiendo que Vera vaya
a estar salvándose semana tras semana por pasar
desapercibido. Es el concursante más prescindible de la casa.
Carolina y Niedziela
mueven la casa y se mueven ellas. Carolina
despuntó como una jugadora importante desde el momento en el que ideó la
estrategia fallida de nominar a Aritz,
Han y Amanda que no fue capaz de sacar adelante, tiene a sus compañeros
comiendo de su mano cuando se pone a hablar de espíritus, y sus
movimientos de un bando a otro son dignos de análisis. Por otro lado, Niedziela, destaca como una de las
malas oficiales de la edición. Repentinamente ha desaparecido esa niña dulce y
coherente de las primeras semanas para mostrarse como una loba con piel de cordero, sibilina y acechando a sus presas para atacarlas
sin que se den cuenta. Se acerca a todos como un corderito para extraer la
información que necesita y los despelleja como una loba a sus espaldas. Puede
caernos mal pero la necesito dentro, de momento. Hay mucho concurso por delante
para castigar pero dejemos que las
tramas avancen. Vera es el
concursante que tiene que irse urgentemente del programa, él y Carlos, que no abandonó anoche después de la expulsión de Ivy, ni por amor ni por compasión a los
espectadores.
Parece que nos queda por descubrir el último secreto de la edición, no sabemos cuándo, pero apuesto que
será potente, tendrá que ver con el
desarrollo de la mecánica y que se
utilizará el apartamento. Puedo
equivocarme. La semana que viene viviremos una de las noches más esperadas por
todos nosotros, la del terror. Ya
estoy deseando que llegue el jueves.
La opción "ninguno" de la encuesta sobre la repesca falla. No registra los votos.
ResponderEliminarSí los registra porque de momento hay 1 voto computado. Lo que pasa es que, a veces, no salen al instante, tarda en cargar un poco. ¡Gracias!
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