2 dic 2015

La información del exterior y las normas arbitrarias definen GH 16

Hoy quiero desahogarme respecto a cómo siento que están destruyendo a martillazos los cimientos de Gran Hermano. Creo que será la última vez que lo haga esta edición y empezaré a asumir que están inventando un formato nuevo, intentaré disfrutar de él las pocas semanas que quedan de concurso y rezaré para que rescaten nuestro Gran Hermano, el que nos enamora, en GH 17.

Vamos por partes, empezaré hablando del río de información del exterior que reciben continuamente los concursantes, algo que me parece totalmente innecesario porque modifica la conducta del grupo, no les permite actuar libremente y se rompe de forma radical un pilar fundamental para que Gran Hermano pueda llamarse así, el aislamiento.

La semana pasada, en la gala de expulsión de Marina, Quique se acercó a abrazarla en su entrada a plató y le dijo que saludase a Ivy y Carolina, nada más. Cuando Mercedes Milá se enteró de lo sucedido lo abroncó duramente, incluso haciendo referencia a que él conoce este programa muy bien. Me pareció un ataque desproporcionado y fuera de lugar hacia Quique, como si él la hubiese puesto al tanto de algo que no conocía o la hubiese alentado a hacer algo que no quería, cuando simplemente le aconsejó algo que se encuentra dentro de las bases de la educación de toda persona, el saludar a tus compañeros de concurso.

Siempre defenderé que el expulsado llegue de la forma más pura a la silla de entrevistas y, por supuesto, que dentro de la casa no se reciba ningún tipo de información del exterior, pero para hacer una crítica, como la que Mercedes hizo a Quique, el programa debe estar limpio de ella, y este año no es así. La semana anterior vimos cómo la madre de Suso exigía a determinados concursantes que no saludasen a su hijo, y con esto considero que se le estaba dando más información al expulsado que con las palabras de Quique, sin embargo, no se censuró. Por otro lado, la propia Mercedes Milá, en diversas ocasiones en esta edición, ha enviado información del exterior a la casa, por ejemplo, con el propio Quique, cuando hizo referencia a que él había comentado que quería sentarse en la sala de expulsiones junto a Suso, lanzándole un órdago que lo puso entre la espada y la pared y pudo cambiar el rumbo del concurso en una decisión tan importante como una salvación, o, por poner otro ejemplo, cuando felicitó a Han por ser un gran cocinero. Algo que también me gustaría destacar es que Quique le hizo un pequeño comentario a Marina, concursante que ya estaba expulsada, sin embargo, todo lo que se arroja dentro de la casa se hace con concursantes que aún se están disputando el premio final.

Pero vamos más allá, porque estos comentarios o momentos podríamos decir que son anecdóticos. Si se aboga por que los concursantes no reciban ningún tipo de información del exterior, como ha sucedido otros años por ser una base de este reality, no entiendo por qué no se censura a los expulsados que se despiden con mensajes en clave, previamente pactados, y se les consiente que hagan daño con la información recibida en las entrevistas; no entiendo por qué se les presentan imágenes de su paso por la casa minutos antes de la expulsión, imágenes muchas veces descompensadas en las que, incluso, se ve lo más privado, el confesionario, las cuales, además, son un privilegio para el nominado que se salva, ya que regresa a la casa con una información que no posee el grupo; no entiendo por qué se permite que los familiares entrasen en la casa y en los encuentros diesen abiertamente datos de lo que estaba sucediendo fuera y se les emitiese al grupo de participantes las nominaciones a la cara que fueron una fuente cristalina de lo que se está criticando de ellos; no entiendo por qué no se penalizó a Raquel por todo lo que contó de fuera de la casa tras su repesca, sino que se la premió con una hora sin cámaras donde pudo decirle a Suso mucho más; no entiendo por qué se ha consentido que un familiar o amigo pasase la noche en el apartamento con un concursante; no entiendo por qué se emiten dentro de la casa alegatos que hacen los ex concursantes en plató, en los que se les pide que no den información del exterior pero, sin embargo, lo hacen e incluso mencionan  vídeos que hemos visto fuera; en definitiva, no entiendo por qué se están cargando la esencia de Gran Hermano.

Pasando ahora a hablar de la arbitrariedad con la que se establecen las normas del juego tengo que decir que ayer también estallé, por cómo se inventaron el juego de “La Caja”. Este juego se presentó diciendo que el concursante que consiguiese abrirla se convertiría directamente en finalista y que si alguien la rompía esa posibilidad quedaba totalmente descartada. Enseguida hubo que matizar las normas, ya que Suso rompió la caja nada más cogerla y no se extinguió la posibilidad de continuar con el juego, todo lo contrario, se sustituyó por una réplica, introduciendo el matiz de que para acabar con el juego debían romperla intencionadamente.

Ayer, Han abrió la caja. Dentro de ella encontró el papel que ponía “¡ERES FINALISTA!”, sin embargo, hay otro cambio en esas normas, ahora resulta que Han es lo mismo que ya era, por haberse salvado de la nominación el pasado jueves, semifinalista. Por lo que sólo hubiese sido un privilegio si lo ganase uno de los nominados, pues lo salvaría automáticamente de la expulsión, porque el próximo jueves se abren las líneas en positivo.

El año pasado se hizo una mecánica parecida. Quedando siete concursantes dentro de la casa se abrieron las líneas en positivo, pero esto no implicaba que esos concursantes fuesen finalistas, porque ser finalista significa llegar al final del concurso, en este caso las afortunadas fueron Yoli, Alejandra y Paula, pero no Azahara, Hugo, Jonathan y Juanma, aunque para ellos también se abriese la votación para ganar, en positivo.

A partir del jueves, la audiencia podrá empezar a votar por su ganador e irán saliendo de la casa los que menos votos reciban. A mí el juego de la caja no me ha hecho ninguna gracia, creo que es injusto, pero exijo que se cumplan las normas que se nos han presentado, siempre lo hago así. Si Han ha abierto la caja, Han merece un sitio en la final de Gran Hermano 16. Si la votación se abre en positivo también debería abrirse para él, simplemente que si se sitúa como el semifinalista menos votado no debería abandonar la casa, debería mantenerse dentro hasta el último día y continuar acumulando votos porque ha conseguido su sitio en la final abriendo esa caja. A no ser que lo de la caja sea una pantomima que han utilizado para enmascarar el último secreto de la edición, porque ciertamente es muy sospechoso que Han abriese la caja durante la publicidad y que su reacción fuese tan calmada, cuando suele ser muy exagerado en todo lo que le sucede, tanto positivo como negativo.

Pero bueno, como digo esta edición se caracteriza por las normas arbitrarias que se presentan. Ayer me hizo mucha gracia que castigasen a los concursantes donando el 50% de sus alimentos a una campaña que va a promover la cadena, por haber jugado con la comida. Sin embargo, la organización no ha sido tan rigurosa este año al sancionar a los concursantes cuando no han cumplido con el manual de la casa, tanto en tareas del hogar, como en jugar con el agua, en mantener ciertas normas de decoro y no estar todo el día semidesnudo, el que hayan pasado de fijar un moderador de la convivencia, no sancionar las conductas agresivas o la entrada de información del exterior y un largo etcétera.

Si alguien como respuesta a este artículo me dice que el formato evoluciona, yo no lo acepto. La evolución de Gran Hermano jamás ha implicado que destruyan las bases del concurso como se está haciendo en Gran Hermano 16, ese que nos vendieron como el de los secretos y, sin embargo, es donde tienen las cartas más visibles sobre la mesa.  

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