Mi ganador abandona GH VIP como un triunfador, Alejandro Nieto

La final de GH VIP está muy cerca, los concursantes ya pueden ver el maletín al final del largo camino que han tenido que recorrer para llegar a este punto y, sin embargo, Alejandro Nieto no dudó ni un momento para decidir abandonar el programa o, mejor dicho, como él mismo dijo, para irse con su hijo. Alejandro tomó la decisión más lógica y humana, la de estar al lado de su hijo cuando debe realizarse una prueba médica importante, sin importarle nada todo lo demás. Su lucha en GH VIP ha sido por y para él, y ahora le toca seguir luchando desde otro lugar.

Mucha gente me ha recriminado por redes sociales que apoyase a Alejandro, me habéis dicho que era absurdo apoyar a un concursante que no iba a ganar, ya que todo el mundo piensa que el maletín se lo están disputando Carlos Lozano y Laura Matamoros. Pienso que yo nunca he destacado por unirme a la corriente de masas, me da igual hacia dónde se reme con el voto fácil, nunca apoyaré a un concursante del que no me guste su concurso a cambio de agradar a una mayoría, ni siquiera ahora que Alejandro ya no opta a ganar el programa. Si mi opinión coincide con la de mayoría bienvenido sea pero no lo provocaré, siempre presentaré mi opinión, sea cual sea, independientemente del agrado que pueda producir. De hecho, muy pocas veces ha ganado el maletín un concursante al que yo haya apoyado de forma incondicional durante todo el concurso, lo que quizás demuestre que no suelo guiarme por las voces que gritan sin cesar el nombre de un ganador sino por lo que yo siento al ver el programa.

Mucha gente, a pesar de la dureza de las circunstancias, se alegró de la salida de Alejandro porque allana el camino de Carlos hacia el maletín, pues se terminó la división de votos. Esperan que los fans de Alejandro vuelquen su apoyo en el presentador y, probablemente, mucha gente así lo haga. Yo me niego. Me parece alucinante ver cómo Alejandro siempre ha depositado su total confianza en Carlos y cómo ha recibido por su parte una constante lluvia de traiciones, lo ha vendido en múltiples ocasiones y ha jugado con la información que ha obtenido a través de utilizar lo que Alejandro entendió como una amistad y en la que yo he visto, principalmente, intereses de concurso.

Alejandro ha sido un concursante muy completo. Para muchos de los espectadores entró siendo un total desconocido, él mismo muchas veces se ha colgado la etiqueta de “el menos VIP”, aunque en esta edición muchos podrían llevarla… Al partir casi como un anónimo hemos tenido que observarlo para conocerlo, para saber que se ocultaba tras ese Míster repeinado con acento gaditano que vimos entrar tímidamente a la casa el día del estreno. Poco a poco se fue desnudando ante la audiencia y nos mostró, generosamente, tanto sus virtudes como sus defectos. Hemos podido ser muy críticos con él, tanto para bien como para mal, porque él ha sido transparente para los espectadores, se ha pringado en los asuntos de la convivencia y ha brillado por encima de personajes con una amplia experiencia ante los focos de televisión. Aunque le costó, supo encontrar su sitio dentro de la casa, siempre ha sido fiel a sus ideas y a los que ha creído amigos, ha entendido el concurso y ha disfrutado del juego y las estrategias, y ha sabido construir un muro para separar su vida de fuera con la convivencia de dentro, aunque muchas veces ha deseado saltarlo y mirar hacia el exterior, ya que lo que tiene fuera es el mayor tesoro de su vida y ahora es lo único importante.

Alejandro ha abandonado el concurso por la puerta grande. Mi ganador sale de la casa como un triunfador, con el cariño, admiración y respeto de gran parte de la audiencia.

Y a los que quedan dentro no les diré eso de “que gane el mejor” porque para mí el mejor ya ha ganado y le deseo mucha suerte en su lucha. Fuerza. Entonces, diré simplemente que gane el más votado, el que la audiencia quiera. Mi campaña no irá a favor de ninguno de los finalistas que continúan en competición, no veo en ellos méritos completos para defender su candidatura y no lo voy a hacer, sobre todo, porque mi ganador ya ha ganado.