Todo apuntaba a que la veríamos salir de la casa y nos
agarrábamos a la esperanza de que Bárbara
tuviese la vida extra en su caja, pero se obró el milagro y se hizo justicia.
No hubo que dejar en manos de la suerte del juego de las cajas la vuelta de Bárbara a Gran Hermano 17 porque no
tuvo que salir, se dio el sorpasso, y finalmente fue Candelas la que tuvo que abandonar el reality. El público le ha
brindado a Bárbara el cariño que
todo el grupo, excepto Adara, le ha
negado, destilando odio hacia su presencia. Fue su gran noche, la noche en la
que recibió una bocanada de oxígeno
para continuar reforzada haciendo frente al ataque desmedido de la mayoría. La
gala terminó con ella nuevamente en la palestra, esta vez acompañada por su
única aliada, Adara, pero también se
suman a la terna de nominados Montse y
Bea. Naranjita la lía al inmolarse como concursante, así que, copiando una
de las frases de esa ídolo a la que tanto imita: “Bea, hasta nunquiiiii”.
Parecía imposible darle el giro a los porcentajes por la diferencia
con la que habían empezado la semana. Incluso, el mismo martes en Límite 48
horas, aunque se acortaba la distancia pero seguía sin haber un cambio
significativo. Probablemente, hasta entonces la cantidad de votos computados no
fue muy grande, en comparación con el movimiento que se creó desde ese día para
ir a por Candelas, tras ver cómo
había tenido un repentino cambio de grupo y que toda la casa, excepto Adara y Alain, se posicionaban en
contra de Bárbara y la machacaban
con todo tipo de excusas con la única intención de verla tocada y hundida.
Candelas era una
concursante con un gran potencial y podríamos haber vivido con
ella un recorrido interesante pero su salida ha sido muy oportuna, después de
que ella se cavase su propia tumba. Candelas
empezó el reality siendo una concursante y terminó siendo otra. La vimos valiente, arriesga y real. No se
cortaba a la hora de hacer frente a un compañero, como hizo cuando a los cuatro
días se enfrentó a Adara en la mesa.
Esto la llevó a vivir un aislamiento grupal y nominaciones en masa, incluso le
vetaron la posibilidad de ejercer su derecho a voto. Parecía una concursante fiel y agradecida a sus amigos pero
esta última semana ha tirado por tierra todo lo ganado, prefiriendo camuflarse, dejar de arriesgar y de dar
la cara.
Antes que a ella hubiese sacado a otras personas de la casa
porque hay que reconocer que ha sido una gran concursante, pero ha mordido la mano de una de las personas
que le brindó un abrazo cuando más lo necesitaba, la de Bárbara. Muchos
dicen que la única amiga que ha tenido Candelas dentro de la casa es Meritxell. Ella también incluye a Noelia. Pero es muy injusto negar, al
menos, la gran complicidad que vimos
durante días entre ella y Bárbara,
incluso cómo se acercó a Adara
olvidando las rencillas que habían creado y compartiendo momentos sin rencor
por lo sucedido. Puedo llegar a entender que no se hable de amistad en tan poco
tiempo, pero sí eran aliadas en el
concurso. Yo comprendo que las relaciones no son sólidas hasta que el concurso
tiene un recorrido más amplio y que se pueden producir cambios de bandos si un concursante no comulga con el
comportamiento de un aliado, al igual que el público nos encontramos en nuestro
derecho de cambiar nuestro parecer sobre un concursante si sus actos no
respaldan lo que nosotros defendemos, pero lo que no vi normal fueron las formas con las que jugó Candelas,
por simple miedo a seguir saliendo nominada. Lo único que yo le hubiese pedido
a Candelas hubiese sido una conversación con las que hasta
ahora habían estado con ella en sus peores momentos, qué mínimo. Pero no,
después de estar esa misma mañana de risas y burlándose del comportamiento de
la mayoría decidió acercarse a ellos para negar casi todo lo dicho y hecho,
retirando la palabra a Bárbara de
forma tajante.
El comportamiento de Candelas
fue de un error sublime. Y en principio pensé que lo que pretendía era abrir un nuevo camino. Es decir, no se
sentía cómoda ni con unos ni con otros e iba a preferir formar un nuevo bando
de juego, pero no, decidió sumarse al rebaño como una ovejita más. Era necesaria su expulsión. En primer
lugar no podíamos permitir que el acoso y derribo al que se ha visto sometido Bárbara se viese premiado, en segundo
lugar había que castigar el error cometido por Candelas y en tercer lugar había que enviarle un toque de atención
a Meritxell, quien hasta ahora
estaba demostrando ser una gran concursante pero, por fidelidad a su amiga
Candelas, decidió apostar por seguir su corriente de actuación. Es el momento
de que Meritxell juegue sola pero no
sé si será capaz. Ayer ya se posicionó en las nominaciones junto a la mayoría
disparando contra el blanco fácil, haciendo una nefasta lectura sobre lo sucedido
y sin valorar que esa mayoría en la
que ahora se siente respaldada, la
dejará tirada en la cuneta en cuanto les interese.
La vida extra
tampoco se encontraba en la caja de Candelas.
Ya sólo nos quedan 9 posibilidades, siendo 7 de ellas francamente catastróficas.
Ahora mismo, la vuelta de Candelas a
la casa ya no me causa ningún interés. En su entrevista no quiso ser del todo sincera
y dentro no tiene muchas cuentas pendientes. En el caso de que tras la tercera
expulsión se iniciase un proceso de repesca,
como se anunció antes de la primera expulsión, el que debería volver para
reforzar alianzas y hacer frente a todas las burlas que ha tenido que sufrir es
Pablo, que volvería a SU CASA con un análisis muy interesante
del concurso y dispuesto a quitar muchas caretas.
Las nominadas de
esta semana son Bárbara, Adara, Montse y
Bea. Esta última se ha pasado toda la semana diciendo, por activa y por
pasiva, que quería medirse frente a la audiencia con Adara, y así va a ser porque decidió exponerse después de que Jorge
Javier la dejase en evidencia en directo. Los miembros del Club tenían ayer el poder extra de meter a un concursante en la lista de nominados. Cuando conectaron
con El Club, Bea no tenía la
intención de exponerse ella, de hecho estaban a punto de sortear esa nominación entre Alain y Noelia cuando Jorge Javier
conectó con ellos. Si de la propia Bea
hubiese salido el gesto de ser la nominada podría haber sido plausible su
valentía pero lo hizo presionada por las palabras del presentador, que le lanzó
un órdago similar al que vivió Quique
en la pasada edición, donde se le incita al concursante a actuar en
consecuencia de lo que han estado predicando a lo largo de toda la semana. Tengo
que decir que en su día no me pareció bien lo que se le hizo a Quique, por lo que hoy no voy a
defender que Jorge Javier no dejase
estrictamente en manos de los concursantes la decisión, sin ejercer ningún tipo
de presión. Lo que sí no puedo evitar es alegrarme
por la nominación de Bea, ya que es una concursante con una falta de personalidad
tremenda, llena de artificialidad y con ansias de protagonismo. Una concursante
demasiado obvia que no aporta más
que ruido a la convivencia. Incluso,
diría que participantes como ella son el
peor ejemplo para futuras generaciones de grandes hermanos que considerarán
que en GH se premia la mala educación por encima de otras virtudes, además de
preferir seleccionar en el proceso de casting a copias baratas de personajes televisivos que a gente auténtica.
Probablemente sea la expulsada y lo mejor es que todo pillará por sorpresa
porque su nominación es secreta.
Sólo espero que no tenga la vida extra.
Para acabar quiero hacer dos apuntes:
Juraría que en el manual que leen los concursantes el
primer día de convivencia, en el que se recogen las normas que deben cumplir
los concursantes dentro de la casa, hay una cláusula dedicada a las
nominaciones que se refiere directamente a que los concursantes están obligados a nominar con razones reales y
que, de lo contrario, el voto podría ser impugnado.
Les piden que se tomen en serio este proceso porque hay mucho en juego, por lo
que no es justo, ni para ellos ni para el espectador, nominar a un concursante “porque
es rubio”. Ayer Miguel hizo
esto mismo sin ni siquiera recibir un toque de atención por parte del Súper
requiriéndole una razón real para nominar a Bárbara, pues con cierto retintín le dio tres puntos porque no le
gustaba que usase una sombra de ojos tan oscura, eludiendo argumentar los
motivos reales por los que estaba adjudicándoselos. Manual en mano, como hizo
la gran Ares Teixidó, procedo al
menos a pedir que esto no vuelva a suceder y que se les exija a los
concursantes compartir los motivos por los que están nominando y si no es así,
impugnen su nominación como está estipulado en las normas, precisamente, para
que estas cosas no sucedan.
Lo último a lo que me quería referir es a la conducta de Jorge Javier Vázquez durante la gala.
Parece que en un intento de ganar en naturalidad ha empezado a cargar contra
los concursantes y familiares de una forma incomprensiva. El opinar de esta forma no le da naturalidad a un presentador y,
mucho menos, debe posicionarse de
una forma tan descarada en favor de Adara.
Vivir Gran Hermano no es hacer lo que él está haciendo porque, además, sitúa al
resto de participantes en una desigualdad
de condiciones. Y, ojo, lo digo y puedo estar de acuerdo en algunas de las
cosas que llegó a defender ayer porque me siento mucho más cerca de Adara que
de otros participantes, pero critico su actitud porque la veo del todo fuera de
lugar. Y no me vengáis a decir que Mercedes
Milá también opinaba porque nunca se pronunció abiertamente diciendo quién
era su favorito ni siendo tan destructiva con los que no lo eran, sin tener un
hilo argumental potente. Mercedes
vivía Gran Hermano, empatizaba con los concursantes y trataba de ponerse en la piel de todos ellos. Se implicaba con todo
lo que sucedía en la casa, reaccionaba, se revelaba ante las injusticias y opinaba ante situaciones concretas, pero también sabía morderse la lengua, sin meter una
cuña constante y estudiada en favor de su favorito ni tiraba por tierra el
concurso de otros, como la burla a la que se está viendo sometida Montse por su parte. Y las
explicaciones hay que pedirlas en las entrevistas,
que están quedando en un limbo muy tibio. Su descarado posicionamiento como
presentador me parece directamente una falta
de respeto a los concursantes y la inteligencia del espectador. Tengo que
decir que estoy disfrutando mucho más de la
casa en directo que de una gala,
cuando considero que la gala es el momento más especial e importante de la semana y, en muchas circunstancias, no se
está presentando a la altura que lo requiere el reality.
No hay comentarios:
Publicar un comentario