La gala 3 de
“Levántate” empieza a lograr que se definan los favoritos entre el público. Tras las actuaciones, individuales y
grupales, de los 10 dúos y una nueva
sorpresa que variaría la clasificación general vivimos una nueva doble expulsión, quedando en
competición, tan sólo, 8 parejas.
La mecánica de la gala 3 fue muy similar a la anterior. En
primer lugar, las 10 parejas pisaron el
escenario de forma individual y era el público
el que, levantándose de su asiento, otorgaban sus puntos a los artistas. En una
segunda fase, disfrutábamos de las actuaciones
grupales donde era el jurado el
que si se levantaba podría dar 50 puntos a una de las parejas. Finalmente, la novedad fue que una vez que estaba
formada la clasificación general, cada miembro
del jurado tuvo en su poder 50 puntos extras
para otorgarle a la mejor pareja de la noche.
El dar estos 50
puntos extras no me pareció adecuado, ya que es una forma más evidente de seleccionar a dedo tanto a los
ganadores como a los expulsados, pero sí es cierto que sirvieron para salvar a una de las mejores parejas del
grupo por haber tenido una mala noche porque Paqui y David hicieron una actuación muy irregular, merecedora de
expulsión, pero en las galas anteriores demostraron lo que fueron capaces de
transmitir con un tipo de canción más sentimental y me parece justo que se les
dé una segunda oportunidad y que una
mala actuación no les cueste la actuación porque también se debe valorar la trayectoria.
Los expulsados: Luis y Adry y Amariah y Michelle.
Me parecieron dos expulsiones absolutamente acertadas.
Por un lado, la salida de Luis y Adry era necesaria porque se nota que tienen un nivel inferior al resto. Es cierto que
en ellos se notaba un esfuerzo,
principalmente en Luis que luchaba
por el sueño de su sobrina, pero la actuación de “La casa por el tejado” quedó muy de karaoke. No cuestiono que en ellos puede haber talento porque han llegado muy lejos en el concurso pero el camino
que tienen que recorrer juntos aún es muy largo.
Por otro lado, la expulsión de Amariah y Michelle para muchos fue impactante pero yo la vi
adecuada porque individualmente pueden
ser grandes artistas pero no hacen el tándem perfecto para un dúo. Veo en
ellas una lucha por demostrar sus grandes cualidades
vocales, hacer una gran exhibición, olvidando que el espectáculo está más
allá y que aunque sus estilos sean diferentes tienen que encajar como piezas de puzle para coordinar el talento que ambas
tienen en una sola canción.
Sobre el resto de actuaciones, decir que empiezan a sobrarme Mara y José. Creo
que son una pareja que, a diferencia de la mayoría, han pisado ya muchos escenarios y están utilizando el programa con un
enfoque promocional sin pararse a aprender o a interiorizar los consejos
que puedan escuchar. Entre otras cosas, Mara
debería controlarse porque es muy exagerada
y no todas las canciones precisan de “partirse
la camisa” sino que tiene que primar
el mensaje de la canción.
Pasando ahora a las mejores
actuaciones de la noche, no puedo dejar de destacar la magia que se vivió en el escenario de Levántate cuando sonaron las
notas de “90 minutos” con las voces
de Adrián e India Martínez, sin
haber ensayado juntos. Fue maravilloso ver cómo Adrián tomaba el dominio del
escenario diciéndole a India: “empieza tú”. Adrián siente la música y lo transmite como pocos. Su técnica no es
perfecta pero eso pasa a un segundo plano cuando lo ves subido al escenario,
pues seguro que con el tiempo y su lucha todo
podrá perfeccionarse pero tiene una esencia que ni se compra, ni se vende,
ni se estudia, ni se aprende. Es artista.
De los dúos que se hicieron dentro de concurso me quedo, sin
ninguna duda, una semana más, con Verónica
y Yudit. Como decía la canción que cantaron de Pablo Alborán, pueden parar el tiempo. Estuvieron fantásticas y se
definen como claras favoritas para llegar a la gran final.
La semana que viene Lorenzo
y Carla, ganadores de la noche, cantarán con el grupo Auryn y nuevos dúos tendrán que abandonar el programa.
La organización de un bastante renombrado concurso de piano llamó años atrás a un gran músico español residente en el extranjero para formar parte del jurado en tal evento. Terminadas las audiciones el presidente del tribunal (por otro lado gran pianista) sin consultar a los otros dos miembros les dijo quien era el ganador. Este residente en el extranjero se negó a aceptar el trágala y el presidente se la tuvo que envainar. Por supuesto que sabe que es muy difícil que le vuelvan a llamar de España para algo parecido pero su padre me dijo que la conciencia estaba por encima de todo; años atrás él estuvo a punto de sufrir la misma jugada pero el presidente del tribunal, extranjero a quien no conocía, le otorgó el primer premio porque sencillamente había sido el mejor.
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