Seis semanas de competición,
seis semanas buscando el mejor dúo
formado entre padres e hijos y ya lo han encontrado. Paqui y David fueron los primeros en caer de la final, seguidos por
Lorenzo y Carla. Finalmente, Verónica y Yudit se disputaron la
victoria con Vanesa y Johana,
resultando éstas últimas ganadoras.
Tras una insoportable
espera, pues nos colaron un resumen que bien podría ser un programa más con
sus respectivos largos bloques de
publicidad, comenzaba la gran final de Levántate.
La gala se abría con Mónica Naranjo
cantando sus grandes éxitos junto a los finalistas
de la edición. Me pareció un fantástico
homenaje a su repertorio, además de permitirnos ver a una estrella iluminar el camino de las nuevas generaciones con su
luz, compartiendo mano a mano su pasión, la música.
El papel del jurado
fue bastante escaso, ya que se limitaron a puntuar
la actuación de Mónica Naranjo quedando el resto de decisiones en manos del público en plató. Bueno,
más bien en sus piernas, ya que
recordamos que otorgan su voto levantándose
a aplaudir la actuación.
Ya comenté la semana pasada mis impresiones sobre cada uno de los finalistas. De hecho, mi última
opción para ganar el concurso eran Vanesa
y Johana, aunque su arte es indiscutible, pero había que elegir y creo que
en muchas ocasiones se han situado en la
línea entre lo perfecto y lo excesivo, llegando a sobrepasarla en alguna
ocasión, incluso en la misma gala final.
Tengo que apuntar que la
selección de temas no fue del todo precisa. Hubo actuaciones muy acertadas,
brillantes, pero otras no estuvieron a la altura de la final, no porque los
cantantes no estuvieran a la altura de la canción sino porque las canciones no estaban a la altura de una
gran final.
Un gran error me
pareció separar los dúos en el
último momento para que cada miembro cantase una canción individual. Podría
haber sido una prueba pero no la definitiva, porque el objetivo de este
programa era encontrar al mejor dúo
formado por padres e hijos, sin embargo, en
el momento más crucial se les valoró como artistas individuales.
Dar un tirón de ojeras al que haya decidido introducir la música en directo sólo en la final. Aplaudo el trabajo de la orquesta porque la calidad, la seguridad y la flexibilidad que da la música en directo no lo da una pista de karaoke. Un formato dedicado a la música no debería permitirse el lujo de prescindir de un equipo de profesionales que hagan vibrar sus instrumentos para dar un espectáculo musical más auténtico y completo.
Aunque no todo van a ser quejas. He disfrutado muchísimo viendo este programa, sintiendo la música, conociendo nuevos talentos y descubriendo lo que hay más haya de las letras ya escritas con un sentido, las cuales giran cuando las interpretan un padre/madre junto a su hijo/a. Levántate, gracias.
Dar un tirón de ojeras al que haya decidido introducir la música en directo sólo en la final. Aplaudo el trabajo de la orquesta porque la calidad, la seguridad y la flexibilidad que da la música en directo no lo da una pista de karaoke. Un formato dedicado a la música no debería permitirse el lujo de prescindir de un equipo de profesionales que hagan vibrar sus instrumentos para dar un espectáculo musical más auténtico y completo.
Aunque no todo van a ser quejas. He disfrutado muchísimo viendo este programa, sintiendo la música, conociendo nuevos talentos y descubriendo lo que hay más haya de las letras ya escritas con un sentido, las cuales giran cuando las interpretan un padre/madre junto a su hijo/a. Levántate, gracias.
Deseo a los
finalistas que sigan luchando por su pasión, que esquiven las trabas que se les presente en el
camino, que escalen poco a poco y
que no olviden lo afortunados que
son al haber tenido la plataforma de
participar en Levántate, que lo
sepan aprovechar porque esto es el primer
empujón pero hay que seguir tirando del carro.
A los padres, en
concreto, decirles que no olviden que los
niños son niños, que les dejen jugar
y no hagan de su pasión una obligación
esclava de su tiempo, que no crean que todo está hecho con el talento
porque la formación es fundamental, tanto musical como la escolar, que les
enseñen a valorar lo que tienen, a ganar y a perder, que les den alas a su creatividad porque son
pequeñas fuentes de sentimiento, que sean su guía y que piensen en sí
mismos porque también han demostrado ser
grandes artistas, nos emocionan
y que aunque su lucha principal es hacer a su hijo feliz ellos deben continuar el camino que han empezado en
Levántate regalándole sus voces a la música.
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